Quiero empezar este
artículo con una primera parte aclaratoria, porque cada vez que veo, en las
indicaciones de los caminos que ha puesto el Parque Nacional, en la cartografía al uso o en relatos de montañeros desinformados, escrito Llaete con “ll”
siento una desazón similar a la que experimento cuando leo u oigo decir “el
Pico de Jario” o “el puente de Angoyo”. Aunque
desazón no sé yo si es la palabra más adecuada en estos casos. La verdad
es que me resulta muy difícil expresar lo que siento. Es como una mezcla de susto,
asombro, tristeza y enfado que, en pocos segundos, acaba basculando claramente
hacia la indignación profunda.
Señores castellano
parlantes y paladines de un castellanismo -a menudo ya inconsciente- que tiende a desbaratar todo lo que le es diferente, sepan ustedes que en Sajambre eso de Pico de Jario y Puente de Angoyo suena cursi. Muy cursi. Quien se exprese así,
está claro que no es de la tierra. Quien ponga eso en un mapa está falseando la
toponimia local. Porque lo que se dice en Sajambre y siempre se ha dicho es
Pico Jario y Puente Angoyo. Sin preposición, porque el asturleonés
no la necesita (1). El que la necesita es el
castellano.
Bien, pues si castellanización es “Puente de Angoyo” y “Pico de Jario” (con esa preposición infiltrada), también es poner “ll” a tutiplén por doquier, unificándolo todo con “ll”. Y resulta que la “ll” puede estar bien o mal colocada en Sajambre. Pero, lamentablemente, en muchas ocasiones está mal colocada. En el catastro vigente está escrito Las Orellinas (Vierdes), cuando lo correcto en Sajambre es Las Oreyinas... y así hasta Sella, que ya sabemos que fue Seya desde siempre en esta tierra (2). Una tierra en la que se hablaba (todavía quedan valientes) una lengua diferente al castellano, que es herencia de nuestros antepasados y que forma parte del Patrimonio Inmaterial sajambriego y leonés. En la tradición oral, la toponimia menor siempre se expresó en asturleonés; y en el contexto del asturleonés hay estudiar su evolución histórica (no en el del castellano, error metodológico de algunos).
Bien, pues si castellanización es “Puente de Angoyo” y “Pico de Jario” (con esa preposición infiltrada), también es poner “ll” a tutiplén por doquier, unificándolo todo con “ll”. Y resulta que la “ll” puede estar bien o mal colocada en Sajambre. Pero, lamentablemente, en muchas ocasiones está mal colocada. En el catastro vigente está escrito Las Orellinas (Vierdes), cuando lo correcto en Sajambre es Las Oreyinas... y así hasta Sella, que ya sabemos que fue Seya desde siempre en esta tierra (2). Una tierra en la que se hablaba (todavía quedan valientes) una lengua diferente al castellano, que es herencia de nuestros antepasados y que forma parte del Patrimonio Inmaterial sajambriego y leonés. En la tradición oral, la toponimia menor siempre se expresó en asturleonés; y en el contexto del asturleonés hay estudiar su evolución histórica (no en el del castellano, error metodológico de algunos).
A partir del siglo XIII, cuando los documentos empiezan a redactarse en vernáculo y la toponimia
menor se pone por escrito, a veces se
plasma tal y como se pronuncia localmente y a veces se castellaniza por
influencia de quien escribe. ¿Qué sucede con Yaete en la documentación histórica
sajambriega? Pues sucede que siempre se escribe con “y” para un Yaete, tal y
como todavía se pronuncia en la actualidad.
Aunque ya publiqué esta constatación en otro lugar (3), voy a poner ahora algunos ejemplos con las fotografías
de los documentos y sus dataciones. A ver si de esta manera los responsables del
Parque Nacional, los autores de los mapas modernos, los montañeros que escriben libros, los blogueros u otros cualesquier se enteran de
una vez. Porque, desgraciadamente, en la sociedad actual, en la que cada vez se desprecia más el conocimiento de los expertos, parece que si las cosas no se ven, es que no existen. Porque en el imperio de la desinformación que intentan imponernos las redes sociales, los hechos y las opiniones se confunden. En este caso, la grafía /y/ en el topónimo Yaete responde a la fonética local y esto es un hecho, ratificado además en los documentos más antiguos (que son los menos mediatizados). Hay que decir que el primer documento histórico conservado que contiene el topónimo Yaete data del año 1664.
Aparte de estos
ejemplos que hoy ofrezco hay otros. Uno de ellos es el caso de 1715 que veremos en la siguiente entrega de este artículo. Pero convenía aclarar lo que hemos dicho antes de ver cómo se escribe el topónimo Yaete en dicha fuente.
...la Braña de Yaete...
Año 1664. Véase el inconfundible caído de la “y” por debajo del renglón.
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...en el Roblo término
de Yaete... Año 1665.
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Demandó Domingo Simón a
los cavañegos / de Yaete por tres reales
de seis pucheras... Año 1675.
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...vertientes naturales
hacia Yaete y Alcenorio... Deslinde municipal de 1927.
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NOTAS
(1) Asturleonés: o
leonés, o asturiano, que cada uno ponga aquí el término que más le guste porque
todo es la misma lengua.
(2) Elena E. Rodríguez
Díaz, “Las
grafías del Seya en los documentos de los siglos XII al XIX”,
Lletres asturianes. Boletín de l’Academia
de la Llingua Asturiana, 108 (2013), págs.53-68.
(3) Elena E. Rodríguez
Díaz, Notas y cuadernos de notas de los
Piñán, escribanos públicos de Sayambre (1659-1721), Academia de la Llingua
Asturiana – Universidá d’Uviéu, 2015, págs. 250-251.
4 comentarios:
Muchas gracias por tus aclaraciones y enseñanzas que a todos nos vienen muy bien y que siempre se está aprendiendo porque nunca se sabe bastante...
De nada, Lourdes. Los carteles mal hechos hacen mucho daño.
La gente se habitúa a ver las cosas escritas de una determinada manera y acaba creyendo que son así y que así deben ser. De esa forma, sibilinamente, se va borrando, eliminando, la tradición local. Fíjate lo que ha pasado con Pio, que se escribe sin tilde, como los Diaz y Diez sajambriegos, que se debieran pronunciar como el número 'diez'. Pues ya hay gente en el propio Pio que defiende a capa y espada la pronunciación inculcada de Pío con tilde en la /i/. Todavía el otro día, leyendo una crítica de don Antonio Valbuena a los libros de Geografía de su época, escribió y publicó "Pió" con tilde en la /o/. En los documentos del siglo XIX aparece igual: Pió. Y con anterioridad, cuando no se solía poner tilde gráfica en ninguna palabra, escriben: Pioo, marcando de esta manera la pronunciación. Pero la enseñanza escolar y siglos oyendo a la gente culta decir que se hablaba mal, que decir "molín" estaba mal, que lo correcto era "molino", acabaron haciendo mella. La gente se lo acabó creyendo. Lo que sucedía es que nunca les dijeron que, en su lengua leonesa, "molín" estaba perfectamente bien dicho. Ahora que hemos superado esas limitaciones culturales y hemos puesto cada cosa en su lugar, hay que defender la lengua patrimonial, especialmente en este caso de la toponimia. En eso también están nuestras raíces, nuestra cultura, nuestra identidad.
Por eso, lo que aparezca en un cartel importa mucho.
Claro, y con razón, que mi abuelo siempre decía "pió y molin" ...bueno mi abuela lo mismo y eso que ella nació en Ribota que lo mismo en pió que en Ribota se perdió más tarde el "Bable". No te rías...pero me encanta saber cosas y todo esto ya tú nos lo habías explicado muchas veces, pero a mi edad, sigo aprendiendo...porque vuelvo a repetir: Nunca sabemos bastante...
Cierto, Lourdes. Esto es un tema recurrente en mí, lo aireo de vez en cuando para que se tome conciencia. En este caso, en que iba a hablar de Yaete, aproveché para lanzar la crítica. ¡El respingo que me da cada vez que veo escrito Llaete con esa ll tan fuera de lugar! Y eso porque yo no me muevo mucho por el monte, que si lo hiciera seguro que me encontraba con otros espeluznos.
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