A Lourdes Vega Rodríguez
Índice del artículo: 1.- Los documentos. 2.- La
revitalización del culto mariano en los siglos XVI y XVII. 3.- La devoción a la
Virgen María en Sajambre. 4.- De Santa María de Oseja y Santa María de Soto a
la Asunción y las Nieves. 5.- Devociones marianas en el siglo XVII. 6.- Devociones
marianas en el siglo XVIII. 7.- Devociones marianas a principios del siglo XIX.
8.- La devoción mariana en la onomástica femenina. 9.- La sacralización del
paisaje. 10.- La influencia de la
carretería. 11.- La influencia asturiana. 12.- La influencia
leonesa. 13.- Otras influencias.
1.- LOS DOCUMENTOS
Lo primero que quiero dejar
claro son las fuentes en las que me he basado para este artículo. Los
principales documentos que transmiten información de esta naturaleza son los
protocolos notariales y la documentación eclesiástica. La investigación ha sido
sistemática en el primer caso y parcial en el segundo.
Los documentos que más datos
proporcionan son los testamentos y esto por dos razones. Primero porque
existían unas cláusulas obligatorias en todas las últimas voluntades de la Edad
Moderna que eran las mandas pías, donde se destinaba una parte de los bienes de
cada uno a misas y oficios religiosos. Esto sucedía porque los católicos de la
época creían que tras la muerte las almas iban al purgatorio, donde los pecados
mundanos se purgaban antes cuanto más rezasen los vivos por los difuntos. Como
ya vimos en otra ocasión en este mismo blog, esto suponía una enorme
desigualdad ante la muerte en la mentalidad de aquellas gentes y un suculento
negocio para la Iglesia.
En Sajambre había muchos que no
tuvieron medios para testar. En el Libro
de Difuntos de Domingo Piñán, que está editado
íntegramente, se observa cómo algunos debieron dejar sus últimas voluntades de
forma oral y cómo otros las pusieron por escrito recurriendo a algún vecino
caritativo que supiera escribir, sin tener que recurrir al trabajo de un
profesional que cobraba por su actividad gráfica.
Por estudios realizados en
otros lugares de la actual provincia de León, sabemos que, en general, menos
del 50% de la población rural o urbana de la Edad Moderna acostumbraba a dejar
sus últimas voluntades por escrito ante un notario público. Por ejemplo, en el
siglo XVIII menos del 50% en la ciudad de León; menos del 40% en el Bierzo; un
36’8% en La Bañeza o un 33’9% en Ponferrada (1).
Entre los que tenían medios
para pagar el trabajo de un escribano público, los había que solo podían
costear los oficios fúnebres y una o dos misas. Pero entre los que podían diversificar su fortuna,
en mayor o en menor medida según el estatus de cada uno, aparecían siempre las «misas votivas» que además eran obligatorias.
Esta es la segunda razón por la
que los testamentos son una fuente muy interesante para acercarse a la
religiosidad popular. En las misas votivas, los creyentes instituían encargos
de misas dedicadas a sus principales devociones, por lo que esta manda piadosa
sirve de termómetro histórico para valorar la presencia y difusión de una u
otra devoción a lo largo del tiempo. Los más humildes se veían forzados a
apelar solo a las advocaciones generales de la Virgen. En Sajambre, esto sucede
de forma general con Nuestra Señora de los Ángeles, intermediaria por
excelencia en la carrera de salvación.
Pero los que podían, dedicaban misas a santos y a diferentes
advocaciones cristológicas y marianas, donde tenían especial presencia los
cultos locales.
Para esta ocasión, he hecho una
revisión sistemática de todos los testamentos redactados in extenso que se conservan de Sajambre y que arrancan del año 1600
hasta la década de 1820 inclusive. De la segunda mitad del siglo XVI existe
mucha documentación notarial y judicial, pero ningún testamento.
Aparte de los protocolos
notariales, los testamentos también pueden aparecer en los expedientes
judiciales. Cuando existía algún pleito por herencias, a veces había que
aportar las últimas voluntades familiares, con lo cual en un archivo como el de
la Real Chancillería de Valladolid podemos encontrar testamentos e inventarios
de bienes. En este caso, he efectuado una revisión amplia de las fuentes
conocidas, aunque no descarto encontrar más documentos en futuras consultas.
La segunda fuente de
información son los documentos eclesiásticos, fundamentalmente los libros
sacramentales de difuntos y las visitas pastorales, en las que se inspeccionaban
los templos de un lugar y el estado de las imágenes que en ellos existían. He
revisado varias visitas en el Archivo Histórico Diocesano de León y varios
libros sacramentales. Aquí interesan, sobre todo, los libros de difuntos porque
llegará un momento en el que se obligue a los párrocos a resumir el contenido
de las últimas voluntades, especialmente todas aquellas mandas que implicasen
una obligación para los párrocos o legados para la Iglesia.
El problema es que esto no se
generaliza en España hasta bien entrado el siglo XVIII, porque a diferencia de
los libros de bautismos, el control escrito de los decesos no fue obligatorio
hasta el Concilio de Trento y durante toda la segunda mitad del siglo XVI y el siglo
XVII existió una enorme indefinición diplomática en este tipo de documentos
parroquiales. Quienes estén interesados en un acercamiento a esta problemática
pueden consultar mi
libro del año 2016, disponible on line, sobre uno de los registros de
difuntos más antiguos de Sajambre, que contiene las muertes de adultos de la
parroquia de Oseja y Soto entre los años 1623 y 1649.
Del siglo XVII se conservan dos
libros de difuntos de Sajambre, los dos de la parroquia de Oseja y su anexo,
Soto: uno en el Archivo Histórico Diocesano de León y el otro, en el Archivo de
la Casa Piñán, que es el que está editado y disponible on line en abierto.
Ambos han sido analizados al completo. Pero ninguno recoge las misas votivas y,
en el mejor de los casos, esto se hace solo de forma cuantitativa o genérica,
sin indicar a qué devociones iban dedicadas. De manera que para acercarnos a lo
que nos interesa en el siglo XVII solo contamos con los testamentos y con los
documentos de visitas pastorales. Todos han sido utilizados.
Del siglo XVIII se conservan ya
varios libros de difuntos del valle que he revisado de forma parcial hasta el
momento, puesto que esto supone un desplazamiento a León que no siempre puedo
hacer. Por tanto, la información que aporta la documentación notarial de esta
época podrá completarse con las fuentes parroquiales. No obstante, como la
serie de libros de difuntos no está completa y el número de testamentos
conservados es amplio en este momento, los resultados pueden ser representativos.
Del siglo XIX solo he utilizado
testamentos de las dos primeras décadas y no he revisado ningún libro
sacramental. En consecuencia, los datos de este período han de tomarse como
indicativos, pero nunca como conclusivos.
2.- LA REVITALIZACIÓN DEL CULTO MARIANO EN LOS SIGLOS XVI Y XVII
En
el mundo católico de la Edad Moderna se produjo una enorme difusión orquestada
de los cultos marianos, con la fundación y construcción de numerosos santuarios
y ermitas como respuesta al protestantismo, que ponía en duda la virginidad de
María. En ese contexto tienen origen muchos templos marianos peninsulares y la
revitalización y difusión de cultos ya existentes en el período medieval.
De
esta época procede con seguridad la ermita de Saúgo, entre Amieva y Sajambre,
que construyó el arcediano, don Pedro Díaz de Oseja, hacia 1642.
Es
posible también que la fundación de la ermita de Arcenorio sea posterior a 1500,
ya que los documentos que existen del siglo XV no mencionan ninguna
presencia religiosa en el lugar.
Y
el culto a la Virgen de Pontón, cuya ermita no es anterior a 1424, debió
empezar a difundirse fuera del término municipal de Burón a partir del siglo
XVI.
3.- LA DEVOCIÓN A LA VIRGEN MARÍA EN SAJAMBRE
La advocación genérica a la
Virgen María se documenta en Sajambre desde principios del siglo XI. Santa
María fue el nombre de la iglesia más antigua del valle que terminó por
convertirse en parroquia. Santa María de Oselia, más tarde Oseya/ Oseja se
mantuvo con dicha denominación hasta el siglo XIX. Su anexo, la iglesia de
Soto, fue también de Santa María durante la misma época.
En la documentación conservada
vemos cómo todos los sajambriegos de la Edad Moderna, hombres y mujeres, se
encomendaban a la Virgen en el momento más difícil de sus vidas: cuando se
preparaban para la muerte. En ella confiaban como intermediaria entre los
fieles devotos y su Hijo. Incluso en los testamentos de quienes no tenían bienes
suficientes para diversificar sus ofrendas en las mandas piadosas, existía
siempre al menos una misa dedicada a «María santísima» o a la «Virgen
santísima».
Fuera del registro escrito
quedaban los sajambriegos más humildes, que no tenían medios para costear un
testamento escriturado por un notario, ni tampoco para pagar al clérigo local
otra cosa que la misa de su entierro y, como mucho, el cabo de año. Vista la
tendencia local, podemos imaginar a los fieles más pobres encomendándose de
palabra y de intención a la Virgen María, lo que en la mentalidad de la época
era poco consuelo, puesto que se creía que cuantas menos misas se rezaran por
un difunto, más tiempo tardaría este en salir del purgatorio.
En las devociones genéricas de
los siglos XVII, XVIII y XIX destaca claramente Nuestra Señora de los Ángeles,
llamada también la Reina de los Ángeles y la Reina del Cielo.
4.- DE SANTA MARÍA DE OSEJA Y SANTA MARÍA DE SOTO A LA ASUNCIÓN Y LAS NIEVES
Mientras las iglesias de Oseja
y de Soto permanecieron juntas, dependiendo la de Soto de la de Oseja, su
advocación se mantuvo intacta: Santa María en ambos casos.
En 1781 Soto se convirtió en
vicaría perpetua, aunque todavía no tuviera la categoría plena de parroquia. Por eso,
siguió teniendo la misma advocación de Santa María, como consta en fuentes de
la década de 1780, entre ellas un libro administrativo de 1784 que en el año
1925 se conservaba en Soto y que ofrecía el siguiente encabezamiento:
Libro de tazmías que compró D. Matías
García el año de 1784 para esta parroquia de Santa María de Soto, segregada de
Oseja, de quien era su hijuela, y el dicho primer poseedor como vicario in
perpetuum de ella (2).
No obstante, la asignación a
Soto de un vicario o clérigo ayudante del párroco de Oseja supuso la transición
hacia la independencia parroquial definitiva que llegaría en el siglo XIX.
El mejor cronista que tuvo
Soto, don Moisés Díaz-Caneja, canónigo y archivero de la Catedral de Oviedo,
supuso que la independencia total y el nacimiento de la parroquia de Soto de
Sajambre sucedieron en el año 1815. Con el rigor que le caracterizaba, basó
esta hipótesis (y así lo explicó) en el hecho documentado de que el primer párroco conocido fuera Andrés del Otero,
quien entró como tal en 1815, frente al clérigo anterior, Matías García, que
llegó como vicario en 1784 (3). No obstante, don Moisés también dejó escrito
que, en su época, los vecinos de Soto consideraban a Matías García como su
primer párroco.
A la luz de las fuentes con las
que contamos a día de hoy y que desconocía don Moisés, es muy probable que tengamos
que dar la razón a los vecinos de Soto.
En su testamento del año 1805,
Isabel González, vecina de Soto, dejó establecida
A Nuestra Señora de las Nieves, patrona de
este lugar, una misa cantada luego que yo fallezca, quanto antes se pudiere.
Este cambio de advocación coincide
con otro coetáneo en la iglesia de Oseja, que empieza a llamarse a partir de
entonces de Nuestra Señora de la Asunción,
nuestra soberana patrona. No parece casual esta doble y coincidente
distinción, con un doble y bien distinto patronazgo. Algo debió suceder alrededor de 1805 (o
antes) que obligó a establecer una diferenciación nominal clara entre las
iglesias de Oseja y de Soto.
Lo que creemos que sucedió pudo
haber sido el cambio institucional que supuso el nacimiento de la parroquia de
Soto. Dicha transformación, ya consolidada en 1805, acaeció en la época del
cura Matías García, quien entró como vicario
en 1784 y seguramente murió como párroco
en 1815.
Ahora bien, ¿por qué se
eligieron estas dos advocaciones para Soto y para Oseja cuando ambas completaron
su proceso de independencia la una de la otra?
Los documentos callan para el
caso de Soto que, no obstante, coincide con otros emplazamientos peninsulares
donde abundan las nieves. Pero en Oseja pudo haber existido una cierta devoción
a la Virgen de la Asunción en épocas anteriores al siglo XIX, aunque no
estuviera muy extendida. Esta afirmación la hago porque en el testamento del
vecino del barrio de Quintana, de Oseja, Pedro Alonso de la Mata, datado en
1675, leemos lo siguiente:
Yten mando otra
misa de deboción en amor a Nuestra Señora de la Asunción.
Aunque
el culto a la Asunción de la Virgen ya existía en España mucho antes de que Pío
XII estableciera el dogma católico en 1950, en Sajambre no vuelve a aparecer en
otros casos del siglo XVII, ni del XVIII. Pero también hay que considerar que
los testamentos del Archivo de la Casa Piñán son solo una parte (la que se ha
conservado) de todos los que se pusieron por escrito, porque la serie de
registros notariales sajambriegos está incompleta. Tampoco hay que olvidar a
quienes no testaron y lo dicho sobre los libros sacramentales. De ahí que no descarto volver a toparme con
esta devoción en otros documentos de Oseja.
En
la actualidad, existen 53 iglesias dedicadas a la Asunción en la provincia de
León y solo 4 dedicadas a la Virgen de las Nieves (4).
5.- DEVOCIONES MARIANAS EN EL SIGLO XVII
En el 100% de los testamentos
del 1600 se dedican misas a la Virgen de Covadonga (Cangas de Onís) y a la
Virgen de la Velilla (La Mata de Monteagudo).
Le siguen en importancia y en
alto porcentaje, la Virgen de Guía (probablemente Llanes) y Nuestra
Señora del Rey Casto (Oviedo).
En menor medida, la Virgen del
Rosario, Nuestra Señora de Pontón (Burón), la Virgen del Buen Suceso (Lastres)
y la Virgen de Arcenorio (Ponga).
Con menciones aisladas, la
Virgen de la Soledad, la Virgen de la Merced, Nuestra Señora de los Remedios, la
Virgen de Guadalupe (Cáceres), la Virgen del Camino (Valverde de la Virgen, León),
la Virgen de Valvanera (La Rioja), la Virgen de la Cerca (Segovia), el Pilar de
Zaragoza y Nuestra Señora del Risco (Ávila).
La Virgen de Covadonga se documenta como Quadonga y Cuadonga, Coadonga, Ubadonga, Quobadonga y Cobadonga (5), variantes que atestiguan
la pronunciación asturiana de este topónimo en Sajambre. La veneración a
Nuestra Señora de Cuadonga fue absolutamente
general en los cinco pueblos del valle durante toda la Edad Moderna, algo que no
extrañará a ningún sajambriego, ya que la devoción sigue viva en la actualidad.
Como bien se sabe, la Señora de
la cova d’onnika o de la cova Dominica está estrechamente ligada
al origen del Reino de Asturias y a la resistencia local contra los invasores
musulmanes en el siglo VIII. Según la
tradición, fue el rey Alfonso I quien mandó construir una iglesia dentro de la
cueva, de madera y en voladizo, que llegó hasta el año 1777.
De manera que cuando los
sajambriegos instituyeron dotaciones de misas a Nuestra Señora de Cuadonga «en
su santa casa», estaban encargando la celebración del oficio litúrgico dentro
del templo primitivo que perduró hasta el reinado de Carlos III. Al no
conservarse testamentos del siglo XVI, no sabemos con certeza cuándo se inició
el culto, aunque bien podría haber sucedido en la misma Edad Media, dada la
cercanía geográfica y los muchos contactos con Asturias.
La existencia de ermitas de
advocación mariana en La Mata de Monteagudo (León) data de la Alta Edad Media y
el santuario que hoy lleva el nombre de la Virgen
de la Velilla fue construido por el marqués de Prado en el siglo XVIII,
aunque la tradición sitúa la leyenda de su fundación en el siglo XV.
Como en el caso de Covadonga,
no sabemos con seguridad cuándo se inició esta devoción en Sajambre. Pero
debido a los vínculos con la demarcación bajomedieval de «las montañas de Aguilar
y Monteagudo», es más que posible que el culto a la Virgen de la Velilla
proceda, por lo menos, de dicha época.
La Virgen de Guía que se veneró en Sajambre pudo ser la de Llanes (Asturias), la de Ribadesella (Asturias)
o la de Santa María del Páramo (León). Descartamos la de Vidanes porque no se documenta con esta advocación hasta el siglo XIX. La del Páramo empieza a documentarse con
este nombre en el año 1663 (6), siendo la devoción sajambriega más antigua: el primer caso documentado se fecha en 1649. La llanisca ya
existía con ese nombre en el año 1515, cuando se funda su ermita que termina de
construirse en 1516. La de Ribadesella es muy posterior a la de Llanes. Su ermita es de principios del siglo XVII o muy finales del XVI (6b). En esa época, los sajambriegos ya efectuaban viajes a la Meseta y posiblemente ya se encomendaban a la que era la patrona de los trajineros, carreteros, mensajeros, correos y viajeros en general. Asimismo, considerando lo que tardaban en extenderse algunos cultos locales, hay muchas más probabilidades de que la devoción sajambriega haya tenido su origen en la más antigua, es decir, más en la de Llanes que en la de Ribadesella, a lo que hay que añadir que las relaciones entre los sajambriegos y los llaniscos fueron más intensas que las que tuvieron con los riosellanos, como veremos más adelante.
Otro de los cultos difundidos por todo el valle fue el de Nuestra Señora del Rey Casto, que se expresa con las variantes de Recastro/ Re Castro y, sobre todo, Ricastro. A menudo se especifica «Nuestra Señora del Rey Castro que está en la ciudad de Obiedo» y no pocas veces las misas votivas se instituyen con la obligación de celebrarse «en su santa casa».
Otro de los cultos difundidos por todo el valle fue el de Nuestra Señora del Rey Casto, que se expresa con las variantes de Recastro/ Re Castro y, sobre todo, Ricastro. A menudo se especifica «Nuestra Señora del Rey Castro que está en la ciudad de Obiedo» y no pocas veces las misas votivas se instituyen con la obligación de celebrarse «en su santa casa».
La iglesia ovetense a la que se
refieren los testamentos sajambriegos fue la basílica prerrománica de Santa
María, construida en el siglo IX por Alfonso II (791-842), que albergó el
primitivo Panteón Real de los monarcas asturianos y de los primeros reyes
leoneses en el nártex de la basílica. El edificio, adyacente a la iglesia de
San Salvador, fue incorporado a la Catedral de Oviedo con la construcción en 1705
de la Capilla de Nuestra Señora del Rey Casto. Desde entonces, los restos
mortales de los reyes asturianos se guardan en nichos barrocos protegidos por
una reja junto a las puertas de la nueva capilla y en el interior de la
Catedral de San Salvador de Oviedo.
En algunos casos se menciona Nuestra Señora de Pontón, pero en menor
medida de lo que sería de esperar. Aunque el albergue para caminantes de Pontón
ya existía en el siglo XII, no parece que la ermita se construyera antes del
siglo XV.
Lo que sucede con la Virgen de Arcenorio es otra de las
cosas que sorprenden mucho: su devoción se limita a los vecinos de Pio y
Vierdes, y no existe entre los restantes pueblos de Sajambre. Incluso no todos
los que vivían en Pio y Vierdes mencionan a la Virgen de Arcenorio en sus
testamentos, ni siquiera todos los que establecen un nutrido conjunto de misas devocionales
se acuerdan de Nuestra Señora de Arcenorio.
Según las fuentes conservadas,
el primer testamento que dota misas a la Virgen
del Rosario es del año 1649. En dicho año ya debía existir el altar
dedicado a esta imagen que se documenta en la antigua iglesia parroquial de Oseja
en 1667. En el año 1711 se renueva, tras describirse como viejo y en mal estado.
El culto a la Virgen del
Rosario empezó a difundirse a partir de 1573, cuando el Papa Gregorio XIII
instituyó la fiesta de Nuestra Señora del Rosario, en recuerdo de la ayuda que
prestó a las huestes cristianas en la batalla de Lepanto (1571), cuya victoria
se le atribuyó.
Existe constancia de este culto
en La Puerta en la temprana fecha de 1575, con la fundación de la capellanía
del Rosario que terminaría por dar nombre a la antigua iglesia parroquial de
San Pedro, cuyo edificio se trasladó al nuevo Riaño, donde actualmente se
encuentra. Al otro lado de la Cordillera, existió una cofradía del Santo
Rosario en Ribadesella desde 1596 (7).
Así que la devoción pudo empezar en Sajambre antes incluso de 1649.
Aparece ahora el culto a la Virgen del Buen Suceso de Lastres, que
seguiremos viendo en el siglo XVIII. Pero ¿por qué Lastres? Pues porque los
sajambriegos acudían a esta villa marinera por razones comerciales.
Por ejemplo, en 1636, algunos vecinos de Soto están documentados allí vendiendo
pieles, seguramente de animales salvajes (8).
Entre las devociones que se
mencionan solo una o dos veces en este siglo, se encuentra la Virgen del Camino, situada en la
antigua localidad de Valverde del Camino, llamada hoy Valverde de la Virgen, a poco
más de 12 kilómetros de la ciudad de León. Su culto se originó en los primeros
años del 1500 gracias al hallazgo de la imagen en 1505. No empezó a tener cierta
importancia en Sajambre hasta el siglo XIX. Esta es otra de las cosas que
sorprenden.
Otra de las devociones menores
que seguirá documentándose en siglos posteriores es la de la Virgen medieval de
Valvanera (La Rioja). A su vez, los
transportes de almagre hasta Ávila se reflejan en la devoción a Nuestra Señora del Risco, que
volveremos a ver más adelante.
Excepcionales son la Virgen de Guadalupe del lugar del mismo
nombre en Cáceres, a no ser que corresponda a algunas ermitas del sur de la
provincia de León; la Virgen de los Remedios , la Bien Aparecida (Cantabria) y la segoviana Nuestra Señora de la Cerca, también
medieval, que debió estar relacionada (como la del Risco) con el comercio del
almagre. La primera se menciona dos veces, una en 1613, en Oseja, y
otra en 1666 en el testamento de Juan de Coco, vecino de Soto. La segoviana y
la de Los Remedios solo una vez: respectivamente en la última voluntad de
Toribio Díez y en la de Pedro Alonso de la Mata, ambos vecinos de Oseja.
6.- DEVOCIONES MARIANAS EN EL SIGLO XVIII
En el 100% de los testamentos
del 1700 aparecen la Virgen de Covadonga (Cangas de Onís), la Virgen de la
Velilla (La Mata de Monteagudo), la Virgen de Belén (Oseja) y la Virgen del
Rosario (Sajambre).
Ya sabemos que la devoción a la
Virgen de Belén se debe a una imagen
de la Virgen con el Niño que existió en la ermita de San Roque, de Oseja, con
posterioridad a 1700. En las proximidades de Sajambre, el mayor índice de
veneración hacia la Virgen de Belén o Virgen de la Leche, que es lo mismo, sucedió
en aquella época en la vecina Cantabria.
Sigue venerándose la Virgen del Rosario, con altar en la iglesia de Oseja desde 1649 por lo menos. En
el año 1711 un miembro de la familia Díaz-Caneja costea un altar nuevo por
hallarse roto el antiguo. El donante fue Toribio Díaz, casado con Ana Díaz,
hermana de Tomás Díaz de la Caneja, abuelo de Ignacio y Joaquín Díaz-Caneja y
Sosa. En su testamento de 1711, expedido por el escribano público de Valdeón,
José Antonio Blanco Cosío, encarga también un frontal donde debía constar su
nombre y apellido:
Yten mando por
mi devozión, vn frontal que sea de toda satisfación a la Virgen Santísima del
Rosario para que esté con más adorno y assí mismo una ara para que se pueda
dezir missa en dicho altar, mediante la que tiene está quebrada, y el día que
se aze la dilixenzia de el Ánima se gane yndulugenzia. Y dicho frontal a de
tener un rótulo, que lo dí yo por mi devozión, poniendo mi nombre y connonbre.
Que luego que aya fallecido, el señor cura se obligue a mandarlo hazer y
comprar dicha ara. Y lo pague, el coste que tubiere uno y otro, de mis bienes.
En 1752 ya existía otro altar
dedicado a esta advocación en la iglesia de Vierdes, como se comprueba al
hablar de la carga de una misa de aniversario que tenía un prado perteneciente
a un vecino de Pio:
La carga y
grabamen de una libra de zera que sirbe para alumbrar a Nuestra Señora de El
Rosario, sita en la parrochial de Santa Marina, por razón de anibersario” (9).
En
la iglesia actual de Vierdes existe una imagen moderna de la Virgen del Rosario,
que testimonia la pervivencia de esta devoción hasta la actualidad.
En un 75% aproximadamente de
los testamentos sajambriegos del siglo XVIII, aparecen Nuestra Señora del Rey Casto (Oviedo) y Nuestra Señora de Pontón
(Burón). Sigue siendo potente el culto a esta Virgen asturiana que, desde 1705,
se veneraba ya dentro de la Catedral de Oviedo.
En 1700 aumenta la devoción a
la Virgen de Pontón. Esto es lo que
se esperaba en la época anterior, pero no fue así. Por el momento, no podemos
explicar el porqué de la (casi) ausencia de este culto en el siglo XVII, época
que está bastante bien documentada. Quizás haya que relacionarlo con algún
período de decadencia y abandono, de lo que pudiera ser indicio el contenido de
la visita pastoral de 1639 cuando se dice que el edificio de la ermita estaba
bien reparado, pero que no era decente ni el altar, ni la imagen de la Virgen
ni su adorno, ordenando el juez visitador lo siguiente:
Mandose comprar un frontal de guadamecí (e) encaxar en laltar el ara. Que se
entierre una imagen antigua que está en el altar, que se aga un ávito de buen
lienzo, que se tomen las quentas del ganado en la forma ordinaria (10).
Es decir, se ordena que se
aderece el altar, que tenía el ara removida, lo que indica descuido del
interior del templo. Se manda también que se quite la imagen de la Virgen que
allí había por estar vieja y ajada. Como las tallas de las iglesias no podían
destruirse por su carácter sagrado, cuando se hallaban en malas condiciones se
ordenaba que se ocultasen bajo tierra para dejar que la Naturaleza completara
el proceso de degradación. Siempre he pensado que el hallazgo ‘fortuito’ de
Vírgenes enterradas, que inmediatamente se atribuía a un suceso milagroso,
debió tener su explicación, en más de un caso, en esta antigua costumbre
eclesiástica que, por cierto, hunde sus raíces en la tradición judía.
Se ordena asimismo que «se haga
un hábito de buen lienzo», no sé si para vestir a la Virgen o para cubrir el altar.
En cualquiera de los dos casos, esta descripción habla de abandono ¿quizás por
falta de devociones y ofrendas?
Algo menos que las anteriores,
pero asimismo bien representadas, están ahora la Virgen de Arcenorio (Ponga), la de Valvanera (La Rioja), la de Guía
(seguramente Llanes) y la del Buen Suceso (Lastres).
La devoción a la Virgen de Arcenorio
sigue estando presente en las últimas voluntades de algunos vecinos de Vierdes
y de Pio.
Con una o dos menciones
solamente nos encontramos a la Divina Peregrina de Sahagún, la Virgen de la
Zarza (Villamañán), la Virgen del Camino (León), la Virgen del Brezo
(Palencia), Nuestra Señora de Alconada (Palencia), Nuestra Señora de la Peña de
Francia (Salamanca), Nuestra Señora del
Risco (Ávila), Nuestra Señora de Atocha (Madrid), la Virgen del Sagrario
(Toledo), el Pilar de Zaragoza, la Virgen de las Angustias (León), la Virgen de
la Consolación, la Virgen de Montserrat, Nuestra Señora del Carmen (Vierdes) y
la Virgen de Corona (Valdeón).
En el testamento de María
Fernández, mujer de José Redondo Mayón, vecinos de Pio, fechado en el año 1787,
se instituye la celebración de una misa en
el Carmen de Vierdes. Por tanto, en dicha fecha de 1787 ya existía la
ermita de Nuestra Señora del Carmen.
Pero la primera vez que un sajambriego dedica misas a la devoción del Monte
Carmelo sucede en Soto en el año 1711. Ahora bien, no parece que esto tenga
relación con el establecimiento más temprano de esta advocación en Vierdes,
porque con anterioridad a 1787 no encontramos ninguna dedicación a la Virgen
del Carmen entre los vecinos de la feligresía de Santa Marina de Vierdes. En
cambio, sigue apareciendo en los testamentos del siglo XIX.
Los valdeoneses que testan en
Sajambre se acuerdan siempre de la Virgen
de Corona, como Pedro Domingo, natural de Caldevilla, en 1613 o Pablo de
Riero, originario de Los Llanos de Baldión,
en 1720. La documentación notarial nos cuenta que los sajambriegos acudían a la
romería de la Virgen de Corona, pero la dedicación de misas entre ellos es
mucho más escasa. Solo la encontramos entre aquellos que tuvieron algún vínculo
con Valdeón. Al margen de esto, la hallamos en muy pocas circunstancias, como en
el caso de la anteriormente citada María Fernández, de Pio, quien quizás fuera
natural del concejo vecino o tuviera alguna conexión que no quedó reflejada en
los documentos.
Las primeras menciones
documentales a la ermita de Corona que conocemos hasta el momento son de
principios del siglo XVII, en concreto de una partida de defunción del año 1613
que aparece en un libro de difuntos sajambriego. Yo misma proporcioné esta
noticia en un post
publicado en este mismo blog el 16 de febrero del año 2016. Esto
no quiere decir que no existiera con anterioridad, sino que no se han
conservado o no se conocen aún (me inclino por esto último) documentos en los
que aparezcan menciones a la Virgen de Corona.
Lo que sí sabemos es que en el
siglo XII ya existía un templo en el lugar de Corona, pero no estaba dedicado a
la Virgen, sino a San Isidoro y había sido construido por los monjes del
monasterio de Santa Marina de Valdeón (11). A este respecto digo lo mismo que
manifesté en la conferencia que impartí el pasado mes de junio de 2018 en el
marco de las celebraciones del centenario del Parque Nacional de Picos de
Europa, a las que fui invitada en León: considerando lo bien que se describe toda
la zona de Corona en los documentos de finales del siglo XI y del siglo XII que
se guardan en el Archivo de la Catedral de León, no creo que existiera otro
templo en dicho lugar más que el único que se menciona, el de San Isidoro, que
sin ningún género de dudas fue fundado y construido por los monjes benedictinos
de Santa Marina de Valdeón, como los mismos documentos expresan de forma
precisa. Dicho de otro modo, el templo
cristiano más antiguo del lugar valdeonés de Corona fue levantado entre los años
1081 y 1113 por los monjes de Santa Marina de Valdeón con la advocación de San
Isidoro.
7.- DEVOCIONES MARIANAS A PRINCIPIOS DEL SIGLO XIX
En este breve período de 20
años siguen siendo protagonistas indiscutibles la Virgen de Covadonga, la
Virgen del Rosario y la Virgen de Belén. Desaparece la Virgen de la Velilla.
Medianamente representadas están
Nuestra Señora de la Zarza (Villamañán), Nuestra Señora del Brezo (Palencia),
la Virgen de Arcenorio (Ponga), la Virgen de Guía, la Virgen del Camino (León)
y el Pilar de Zaragoza. Esta última con más misas que en épocas anteriores, por
haberse revitalizado el culto al Pilar como resultado de la importancia del
sitio de Zaragoza durante la Guerra de la Independencia.
La Virgen de la Zarza, de Villamañán (León), ya venerada en Sajambre
en el siglo XVIII, hunde sus raíces en el siglo XIV cuando la leyenda atribuye
el hallazgo de la imagen a un pastor del lugar. También encontramos misas de
devoción a la Virgen del Brezo en
los siglos XVIII y XIX. En este caso se trata de un culto de la montaña
palentina, a escasos kilómetros de Guardo, asimismo de origen medieval y con
una Virgen que también se apareció a pastores.
Con una o dos menciones:
Nuestra Señora del Risco (Ávila), la Divina Peregrina (Sahagún), la Virgen del
Carmen de Vierdes, Nuestra Señora de los Montesclaros (Palencia), la Virgen del
Valle (Palencia), la Virgen del Henar (Segovia) y la Virgen de Montserrat.
La devoción
a la Virgen del Risco se atestigua
en Sajambre desde el año 1697, se incrementa en el siglo XVIII y se mantiene en
las primeras décadas del XIX. Su imagen se veneró en el monasterio de Nuestra
Señora del Risco, situado en plena Sierra de Ávila y hoy abandonado. Según
leyenda del siglo XIV, nuevamente es un pastor el que encuentra una imagen de
la Virgen en una cueva. La advocación y la devoción a la Virgen del Risco
arrancan de principios del siglo XVI (1505).
La Divina Peregrina de Sahagún ya se
veneraba en Oseja en el año 1701, cuando se nombra como la Gloriosa Peregrina de Sahagún. Su imagen se guardó en lo que fue
convento franciscano en el siglo XIII, a las afueras de la villa, aunque la
imagen fue hecha alrededor de 1687 por La Roldana, bautizada Luisa Roldán. Poco
tiempo después, un miembro de los Piñán de Cueto Luengo que fue clérigo (Pedro
Piñán) instituyó varias misas de devoción a la Peregrina de Sahagún, que siguió
documentándose en Sajambre aunque de forma bastante minoritaria.
8.- LA DEVOCIÓN MARIANA EN LA ONOMÁSTICA FEMENINA
La antroponimia cambia con el
tiempo. En todas las épocas ha habido modas y tendencias en este sentido.
Tenemos próximas las épocas de las Vanesas, las Lauras y las Paulas y más cerca
todavía las Albas o las Ainhoas. Pues igual sucedió en el pasado, aunque con
menor variedad de nombres que en la actualidad y, sobre todo, con una evolución
más lenta.
Sin embargo, en lo que se
refiere a las advocaciones marianas, el
único nombre con el que se bautizaba a las mujeres en España durante toda la
Edad Moderna fue el de María.
Hay que esperar al siglo XIX para
que se empiecen a bautizar niñas con advocaciones marianas concretas, como la
del Carmen. Es tendencia general en España. Sin embargo, en la documentación sajambriega
manejada no he encontrado ninguna advocación mariana usada como nombre de pila.
Quizás el fenómeno se detecte en los libros sacramentales que, como manifesté
al inicio de este trabajo, no he utilizado en esta ocasión.
9.- LA SACRALIZACIÓN DEL PAISAJE
Al igual que en otros muchos lugares
de la geografía peninsular, también en los alrededores de Sajambre hay templos
marianos en lo alto de las montañas que, al mismo tiempo, coinciden con límites
entre concejos: la de Arcenorio, entre Sajambre y Ponga, y en el linde entre el
Principado y León; la de Pontón (junto al puerto del mismo nombre) entre
Sajambre y Burón; la antigua de Saúgu (junto al puerto de Beza) entre Amieva y
Sajambre, en las proximidades de la frontera entre Asturias y León.
Si seguimos hacia el Oeste, el
mismo fenómeno se repite en la ermita de Nuestra Señora de Ventaniella, entre
Ponga y La Uña, y nuevamente entre Asturias y León; en la de Riosol (al pie del
Puerto de Tarna) entre Maraña y La Uña, también cercana a la raya entre León y
Asturias; en la ermita de Nuestra Señora de Pruneda, entre Babia y Luna; o en
la iglesia colegiata de Santa María de Arbas, entre Villablino y Lena, también en
las cercanías de la divisoria de Asturias y León.
Puede pensarse que la
valdeonesa de Corona se aparta de dicho modelo, ya que se halla en el fondo del
valle del mismo nombre. Pero la función fronteriza que no se entiende hoy, tuvo
lógica en el pasado, al ubicarse entre los términos del antiguo concejo
señorial de Caín y el realengo de Valdeón.
Como hemos dicho, el problema de
Corona estriba en que, hoy por hoy, no podemos documentar la existencia de esta
advocación mariana en el lugar antes del año 1613. Pero su localización geográfica me sirve de
base para plantear la siguiente hipótesis sobre su fundación o cambio de
advocación (si consideramos el antiguo templo de San Isidoro): que esto
sucediera cuando todavía existía una división jurisdiccional entre los concejos
de Caín y de Valdeón.
10.- LA INFLUENCIA DE LA CARRETERÍA
Los viajes comerciales que los
sajambriegos hicieron en los siglos XVII, XVIII y XIX a Tierra de Campos, a
Castilla, a Cantabria y a Asturias dejaron su impronta en la devoción mariana.
Es decir, los carreteros y los arrieros de Sajambre se vieron influenciados por
algunos de los cultos de aquellos lugares que más frecuentaron. Me los imagino
encomendándose a las Vírgenes locales para culminar sin sobresaltos ni
accidentes los distintos tramos de sus recorridos por las tierras meseteñas. Me
los imagino también siendo receptivos a las historias milagrosas que se debían
contar por aquellos lugares, transmitidas oralmente o por lecturas oídas de las
relaciones de sucesos en los lugares que atravesaban o en los que pernoctaban.
En mi
trabajo sobre la carretería histórica, publicado por la Universidad
de León en el año 2015, puede verse una relación de los trayectos documentados
que frecuentaban los sajambriegos con sus carros o con sus recuas de acémilas (12).
Todas las referencias que aquí hagamos, pueden comprobarse en dicha fuente.
Los caminos de León quedaron
reflejados en la Divina Peregrina de Sahagún; en Nuestra Señora de la Zarza, de
Villamañán; en la Virgen del Camino de León que, como dijimos, no empieza a ser
importante hasta una época tardía; en la Virgen de las Angustias, de León; y
quizás (no lo tengo claro) en un par de templos titulados de Nuestra Señora de
Guadalupe que existieron en el sur de la provincia de León durante la Edad Moderna
(13).
Las sendas palentinas arrancan
de Villafría de la Peña, junto a Guardo, donde se localiza el santuario de
Nuestra Señora del Brezo. Siguiendo hacia el Este, encontramos a Nuestra Señora
de los Montesclaros, en las tierras de Aguilar de Campoo. En dirección Sur, los
sajambriegos asumen la devoción a la Virgen del Valle, de Saldaña, y la de Nuestra
Señora de Alconada, venerada en el monasterio cisterciense del mismo nombre, en
Ampudia, muy cerca de Torremormojón, donde los de Sajambre se documentan en
varias ocasiones a principios del siglo XVII.
La ruta sajambriega del almagre
llegaba a Segovia, a Ávila y a Hoyocasero, al pie de la Sierra de Gredos. De aquellos
viajes proceden las devociones a las segovianas Virgen de la Cerca y Virgen de Henar
(de 1580) y a la abulense Virgen del Risco.
El santuario de Nuestra Señora del Risco se sitúa -precisamente-
en el camino entre Ávila y la Sierra de Gredos, junto a Amavida, en plena ruta
de los carreteros como recuerda la literatura contemporánea. La Virgen del Henar, cuyo culto arranca
del año 1580, se localiza junto a la villa de Cuéllar, entre las tierras de
Valladolid y Segovia, asimismo transitadas por los carreteros de Sajambre. Finalmente,
no por casualidad la iglesia medieval de la Virgen de la Cerca se halla en Madrona, justo en el camino entre
Segovia y Ávila, es decir, en uno de los trayectos que debieron seguir los
sajambriegos en los transportes de almagre por las tierras de Castilla.
Como se ve, de aquellos viajes
no solo traían mercadurías y productos de primera necesidad, como el cereal
panificable. Traían también influencias culturales de otros lugares de España,
reflejadas aquí en manifestaciones de la religiosidad popular de la época.
Cuanto más profundizo en la
historia de Sajambre anterior a 1800, más compruebo la inexactitud de un tópico
creado en el siglo XX, cuando periodistas y escritores sin conocimiento
extrapolaron la realidad de los años finales del siglo XIX y de la primera
mitad del siglo XX al pasado, cometiendo con ello un tremendo error histórico. El
tópico al que me refiero es el del «aislamiento».
Pues bien, si el mencionado
aislamiento puede definir la situación de Valdeón en la segunda mitad del siglo
XIX y primera del XX, no sirve para el Sajambre anterior a la construcción de
la carretera de los Beyos. En realidad, no sirve para ninguna época de la
historia moderna y contemporánea de Sajambre. Lo explico.
Con anterioridad a la
construcción de lo que hoy es la carretera nacional 625, que cruza Sajambre de
Sur a Norte, el valle estaba atravesado por el Camino Real que conectaba
Ribadesella con la Meseta, por el que transitaron gentes de uno y de otro lado
de la Cordillera desde la Alta Edad Media. Pero es que además, en casi todas
las casas de todos los pueblos de Sajambre se realizaban al año dos viajes como
mínimo (a veces tres) a Asturias, Cantabria, Palencia, León, Zamora,
Valladolid, Segovia, Ávila, llegando en ocasiones hasta Madrid. Incluso hubo épocas
en las que las recuas sajambriegas viajaban también durante los inviernos.
Esto es lo que muestran una y
otra vez los documentos de los siglos XIX, XVIII, XVII y segunda mitad del
siglo XVI. Viajando así de forma
continuada durante más de 300 años, no se está aislado. Y cuando el viejo
camino real cayó en desuso por la apertura de otras vías de comunicación más
cómodas entre León y Asturias, se empezó a construir la carretera actual que
sirvió y sirve a Sajambre de principal conexión con el Norte y el Sur de la
región.
Para finalizar digamos que los viajes de los sajambriegos por la Península estaban presididos por la devoción a la Virgen de Guía, patrona de trajineros, carreteros, mensajeros, correos, marineros y de todos aquellos que se veían obligados a viajar por tierra o por mar para desempeñar sus oficios.
Para finalizar digamos que los viajes de los sajambriegos por la Península estaban presididos por la devoción a la Virgen de Guía, patrona de trajineros, carreteros, mensajeros, correos, marineros y de todos aquellos que se veían obligados a viajar por tierra o por mar para desempeñar sus oficios.
11.- LA INFLUENCIA ASTURIANA
Potentísima presencia de la Virgen de Covadonga desde principios
del 1600 y la única devoción que se mantiene desde que tenemos fuentes hasta la
actualidad con idéntica fuerza. A ningún sajambriego de hoy le extrañará esta
afirmación y todos ellos deben saber que el culto a Nuestra Señora de Covadonga
en Sajambre es una tradición muy antigua y sólidamente arraigada.
En segundo lugar se situaría la
Virgen de Guía si consideramos las asturianas de Llanes o Ribadesella y no la leonesa de Santa María del Páramo. Muy venerada en
Sajambre durante los siglos XVII, XVIII y XIX.
Si acudimos a los documentos,
encontramos más argumentos a favor de las asturianas, pues hasta el momento no
conocemos ningún testimonio que muestre la relación de los sajambriegos con el
lugar de Santa María del Páramo, La Bañeza o sus alrededores. En cambio,
contamos con muchísimos testimonios que hablan de los vínculos con Llanes y los
llaniscos y otros que muestran la relación con Ribadesella, que era donde finalizaba el camino real que cruzaba Sajambre y donde los sajambriegos compraban salmones para vender en Valdeburón. No obstante, a juzgar por la realidad que ofrecen las fuentes documentales conservadas, la relación con Llanes parece que fue bastante mayor que la de Ribadesella, siendo además el culto el más antiguo de la región.
Las fuentes notariales,
judiciales y eclesiásticas testimonian la frecuente presencia de vecinos de
Llanes en Sajambre y de sajambriegos en las tierras del concejo asturiano. Por Sajambre pasaron canteros llaniscos, como
Pedro de Vada, de la localidad de Nueva; tejeros llaniscos; carpinteros
llaniscos, como Juan Sordo Cubillas y
Pedro Díaz, vecinos que dixeron ser del lugar de Soberrón del conçejo de
Llanes, carpinteros y estantes en este dicho lugar (Oseja, 1698); trabajadores
llaniscos, como Julián de Cortina, vecino
de Posada, conçejo de Llanes... quando vino de baquerín, de cargar los carros”
(Soto, 1640).
Muchos cruzaban Sajambre por el
camino real y más de uno terminó preso por entrar en los prados de Berrunde a
destiempo, como hizo Juan Antonio Porrúa en 1705 con sus
cinco caballerías y sus cinco cargas de vino, que acabaron incautadas y el
infractor encarcelado en Oseja. Entre los viajeros y transeúntes del camino
real muchos hicieron parada en Soto o en Oseja, algunos para descansar o
refrescar las caballerías, otros para comerciar y otros para morir, como Juan
García de Llanes en 1660; o como Diego Díaz, vecino del Rioseco llanisco, que
mientras estaba de paso por Soto actuó como testigo en un documento de 1665, al
igual que Pedro Ruiz Colsa, vecino de la villa de Llanes, en 1662 y que Pedro
Bustillo, del mismo lugar, en 1668. Los viajes compartidos sirvieron en más de
una ocasión para que llaniscos declarasen como testigos en pleitos y querellas
interpuestas contra sajambriegos. Al haber sido intenso el tráfico por el
camino real, la documentación nos permite saber lo que costaba alquilar un
rocín para cubrir la distancia entre Llanes y Soto, y las fluctuaciones de
precios que sufrió el servicio entre el siglo XVII y el siglo XVIII (de 15 a 19
reales y medio).
Durante los inviernos, el
comisario Piñán llevaba todas sus vacas «a la marina» de Llanes, donde también
envió a estudiar a su sobrino, el escribano Gonzalo Piñán de Cueto Luengo. Otros
se casaron con llaniscos y llaniscas. Otros compraban y vendían en Llanes e
incluso acudían a sus escribanías públicas para dar forma escrita a algunos
documentos particulares. Del otro lado, hubo llaniscos que avalaron a
sajambriegos, como Juan Carrera, vecino del lugar de Poo, que en 1677 actuó como
fiador de los hermanos de Oseja, Juan y Damián Alonso Díez. Otros, en cambio,
fueron prestamistas, como en 1665 Juan
García, vezino de Río Caliente en el conçejo de Llanes; Sebastián Fernández
Arnero, acreedor de vecinos de Soto y Ribota en 1670 o Diego Fernández Arnero
en 1672. Otros llegaron acompañando a
sus familiares clérigos, como Manuel de Posada Arnero, un cangués de
ascendencia llanisca que fue confirmado en Oseja y avecindado en Soto en 1714, cuando
se casó con Juana Díez. Moriría joven, en 1723, dejando huérfanos a sus hijos
María, Teresa y Juan Manuel, de quien descienden todos los Posada de Soto.
Estos son ejemplos. La relación
es mucho más extensa porque existió un flujo humano constante, de ida y vuelta,
entre Llanes y Sajambre durante toda la Edad Moderna.
En cambio, no contamos con
ningún documento notarial o judicial que demuestre la relación de los
sajambriegos con Santa María del Páramo y que, de existir, debió ser casual o
muy minoritaria. En consecuencia, existen muchas más probabilidades de que nos
encontremos ante la Virgen de Guía del concejo de Llanes.
La evolución decreciente del
culto sajambriego a Nuestra Señora del
Rey Casto me parece muy interesante. Según lo que hemos visto, la Virgen de
Ricastro está muy presente en la
religiosidad popular sajambriega del siglo XVII, disminuyendo en el XVIII y desapareciendo
en el XIX, aunque habría que contrastar esta última observación con las fuentes
eclesiásticas. De todas formas, esta
evolución decreciente podría ser indicativa de la antigüedad de la devoción:
¿medieval quizás?
Lo que no puede discutirse es
que Nuestra Señora del Rey Casto y la Virgen de Covadonga son elementos
innegables de la más antigua tradición asturiana, con la que se identificaron
los habitantes de Sajambre en el pasado. Y el culto a la Virgen del Rey Casto
establece un vínculo claro con la ciudad de Oviedo y con los reyes asturianos.
A mucha distancia y con menor
relevancia hay que colocar a la Virgen
de Arcenorio y a la del Buen Suceso de Lastres. Otras Vírgenes del Oriente
de Asturias ni se mencionan.
Extraña mucho lo que sucede con
Arcenorio, limitado exclusivamente a los vecinos de Pio y Vierdes, y ni
siquiera aparece en todos los testamentos con misas de devoción. Al contrario
que con la Virgen del Recastro, el
culto a la Virgen de Arcenorio aumenta según avanza el siglo XVII y el XVIII,
lo que puede ser indicio de una menor antigüedad de la ermita.
12.- LA INFLUENCIA LEONESA
Por encima de todas las
Vírgenes leonesas destaca la de la Velilla
en los siglos XVII y XVIII. Y aunque en
los testamentos que he manejado del siglo XIX la Señora de La Mata de
Monteagudo desaparezca, me consta que el culto llegó al siglo XX, porque a mi
abuela sajambriega había que llevarla todos los veranos a Covadonga y a la
Velilla.
La poca importancia devocional
que parece haber tenido la Virgen de
Pontón es un aspecto a tener en cuenta. El culto es mayor en el siglo XVIII
que en el XVII (pese a estar mejor documentado el siglo XVII) y vuelve a
disminuir en el XIX. De todas formas, nunca igualó ni a la Velilla, ni a
Covadonga, ni al Rey Casto, ni siquiera a la Virgen de Guía. Esto llama mucho
la atención, porque pertenecía al concejo que era cabeza de la Merindad y su
ermita se levanta casi en los límites de Sajambre.
En el conjunto de documentos
utilizados, la presencia de la Virgen
del Camino es anecdótica y solo el culto a Nuestra Señora de la Zarza de Villamañán parece que aumenta
ligeramente desde los últimos años del siglo XVII. A mi parecer, la Divina
Peregrina de Sahagún, la Virgen del Camino e, incluso, la de la Zarza llegaron
al alma de los sajambriegos por sus viajes a Tierra de Campos.
En 1711,
Juan Díaz de la Caneja, abuelo de Ignacio y Joaquín, instituye misas de
devoción a la Virgen de las Angustias
y a la Virgen de la Consolazión, Virgen
de los consoladores remediadora de afligidos,
apareciendo estas dos advocaciones una detrás de otra en el documento.
Considero que la primera debe referirse a la imagen del siglo XVI que se venera
en la Catedral de León y la segunda
seguramente también estuvo relacionada con la Pulchra Leonina.
Lo
que más sorprende con respecto a las Vírgenes de la ciudad de León es que, a
diferencia de Oviedo, no exista devoción por ningún culto mariano anterior al
siglo XVI. Parece que los sajambriegos no se identificaron con ninguna
tradición religiosa medieval vinculada a la ciudad de León. Y aquí he de decir
que lo mismo sucede con las advocaciones cristológicas y con el santoral
registrado en las mismas fuentes: no existe ninguna santa o santo propios del
calendario leonés. Únicamente, fuera de
la capital, se veneraba el Cristo de Villaquejida que, no por casualidad, es devoción
e imagen de Tierra de Campos.
13.- OTRAS INFLUENCIAS
Aunque en la Edad Moderna
existieron dos iglesias dedicadas a Nuestra
Señora de Guadalupe en el sur de la provincia de León, como ya hemos mencionado,
creo que el culto sajambriego se refiere a la Virgen extremeña, teniendo el
mismo origen que las de Montserrat, Peña de Francia, Valvanera, Atocha, el
Sagrario de Toledo y el Pilar de Zaragoza.
Su fundamento estaría en la
popularidad que adquirieron en la España barroca las colecciones de milagros
que circularon en forma de pliegos sueltos y que se leían en voz alta tanto
durante los sermones y los oficios religiosos, como en otros espacios públicos.
Estas colecciones de milagros marianos tienen origen en la Edad Media. Recuérdense
en Castilla, las Cantigas de Santa María
de Alfonso X o los Milagros de Nuestra
Señora de Gonzalo de Berceo. Sin embargo, lo que llegó al público popular y
mayoritariamente analfabeto de la Edad Moderna fueron versiones vulgarizadas y
simplonas de colecciones previamente copiadas en manuscritos o dadas a la
imprenta.
Los milagros de la Virgen cacereña
de Guadalupe empezaron a recopilarse de forma manuscrita en la Baja Edad Media,
pero la divulgación se alcanzó con la imprenta a partir del siglo XVI (1575 y
1596). Por eso, no extraña que la misa de devoción más antigua dedicada a la
Virgen de Guadalupe en Sajambre date del año 1613. Así mismo, en 1604 se
publicó la historia y milagros de la Virgen de Atocha (14), en 1614 los
milagros de Nuestra Señora de la Peña de Francia y en 1627 la versión
castellana de los de Nuestra Señora de Montserrat (15), que correrían igual
suerte que la extremeña en la vulgarización de sus apariciones y actuaciones en
el mundo.
A lo largo del siglo XVII verán
la luz muchos pliegos sueltos, formados por 2 o 4 folios, que contenían una
selección de milagros marianos abreviados y en lenguaje accesible para todo
tipo de oyente (muchas veces versificados), entre los que se encontraba el antecedente
de la prensa periódica: las llamadas Relaciones de sucesos.
Una variedad de estas Relaciones de sucesos contenía lo que
hoy tildaríamos de puro amarillismo: sucesos extraordinarios, prodigios, crímenes
y atrocidades, descripción dramatizada de autos de fe, seres monstruosos,
epidemias y desastres naturales, donde se entremezclaba la realidad, a menudo
exagerada, con la fabulación. Entre toda esa frivolidad, se incluían milagros
acaecidos gracias a la intervención de algún santo o de Nuestra Señora de
Guadalupe, de la de Montserrat o de la salmantina Virgen de la Peña de Francia,
cuyo culto no es anterior al siglo XVI. Tan populares fueron estas historias
que llegaron a existir diferentes versiones de un mismo suceso milagroso intercambiable
entre diversas Vírgenes o con cualquier otro agente sobrenatural. No importaba demasiado, porque lo que se
pretendía era encender la piedad popular y difundir modelos de comportamiento.
De hecho, todas estas
‘noticias’ fueron un vehículo de adoctrinamiento y propaganda por los
contenidos subyacentes de carácter político y moral, que bajo formas de
prodigios, sucesos truculentos, sensacionalismos y escenas dramatizadas en
exceso calaban con rapidez entre las clases bajas fácilmente impresionables. Esta
fue también la estrategia general de todo el
discurso barroco y su puesta en escena (sermones, procesiones, autos de fe,
teatro religioso...), utilizada para inculcar las ideas contrarreformistas en
la población ‘anulando el entendimiento, cautivando los sentidos’ (16) y sirviéndose
así de las pulsiones más viscerales.
No hay duda que los
sajambriegos de los siglos XVII y XVIII (que no brillaban precisamente por su
cultura) consumieron milagros y martirios, transformándolos en devociones a las
lejanas Vírgenes de Guadalupe, de Montserrat o de la Peña de Francia, cuyos
milagros se reproducían con frecuencia en los pliegos populares de la España
barroca.
También la devoción a la
madrileña y asimismo milagrera Virgen de
Atocha debió estar relacionada con las Relaciones
de sucesos, aunque ahora con las noticias que se publicaban sobre los
miembros de la monarquía hispana. Como
se sabe, la familia real fue devota de esta imagen desde el traslado de la
corte a Madrid en 1561, pasando el santuario a formar parte del patrimonio real
desde 1602 e intensificándose el culto durante el siglo XVII.
La veneración por la Virgen de Valvanera que se documenta en
Sajambre desde 1675 debió tener un origen similar, ya que los hechos milagrosos
atribuidos a la imagen riojana se empezaron a divulgar por las ediciones
impresas de finales del siglo XVI y otras posteriores de los siglos XVII y
XVIII.
Por su parte, la historia de la
Virgen del Sagrario de Toledo se
difundió gracias a una comedia de Pedro Calderón de la Barca, estrenada en 1637
y titulada Origen, pérdida y restauración
de la Virgen del Sagrario. Su conocimiento pudo llegar a los sajambriegos a
través de cualquiera de las vías que hemos ido mencionando en este artículo: homilías,
sermones, lecturas oídas, sin descartar la asistencia a algún corral de
comedias en sus viajes por Tierra de Campos y Castilla (Zamora, Valladolid, Segovia).
Cuando en 1640 la Virgen del Pilar restituyó a Miguel
Pellicer la pierna que este había perdido en un accidente, el hecho corrió como
la pólvora por todo el reino, declarándose como milagro poco después. Fue el comienzo
de la extensión del culto al Pilar por toda España. La primera mención a esta
Virgen en Sajambre data del año 1677.
Como se ha podido ver, las
devociones de los sajambriegos en la Edad Moderna se nutrían de cultos locales
y de cultos de otras procedencias: Asturias, León, Palencia, Segovia, Ávila, Salamanca,
La Rioja, Cáceres, Toledo, Zaragoza, Madrid y Cataluña. Muy propio de una ‘sociedad
aislada’ ¿verdad?
Por mucha influencia que
pudieran haber tenido los párrocos locales y los predicadores itinerantes, la
relación de devociones marianas que coinciden exactamente con las rutas comerciales de los sajambriegos no son
casualidad. Por el contrario, son muestra de un hecho muy concreto: el intercambio cultural
que existió entre los sajambriegos y las tierras que frecuentaron en los siglos XVII, XVIII y en las primeras décadas del siglo XIX, que hemos observado aquí desde el punto de vista de la religiosidad popular.
También se aprecia una gran diversidad de cultos marianos, lo que es característico de la España de la Contrarreforma. Primero, por una mayor presencia de la religiosidad en las sociedades del pasado y, segundo, por la alta difusión de las devociones marianas como resultado de las políticas eclesiásticas derivadas de las controversias teológicas con el Protestantismo. Ya el Concilio de Trento incidió en la defensa del culto a la Virgen María, pero a partir de 1600 se procedió a desarrollar intensamente la piedad mariana entre los fieles, aun a sabiendas de que muchas veces la devoción cristiana se entremezclaba con prácticas y concepciones supersticiosas. De hecho, el culto mariano se convirtió en uno de los estandartes que diferenciaban a la Europa católica de la luterana. En términos de religión y a diferencia de las ciudades, la Ilustración influyó poco en el medio rural por situarse al margen de la cultura erudita y de las principales corrientes intelectuales.
También se aprecia una gran diversidad de cultos marianos, lo que es característico de la España de la Contrarreforma. Primero, por una mayor presencia de la religiosidad en las sociedades del pasado y, segundo, por la alta difusión de las devociones marianas como resultado de las políticas eclesiásticas derivadas de las controversias teológicas con el Protestantismo. Ya el Concilio de Trento incidió en la defensa del culto a la Virgen María, pero a partir de 1600 se procedió a desarrollar intensamente la piedad mariana entre los fieles, aun a sabiendas de que muchas veces la devoción cristiana se entremezclaba con prácticas y concepciones supersticiosas. De hecho, el culto mariano se convirtió en uno de los estandartes que diferenciaban a la Europa católica de la luterana. En términos de religión y a diferencia de las ciudades, la Ilustración influyó poco en el medio rural por situarse al margen de la cultura erudita y de las principales corrientes intelectuales.
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NOTAS
(1) Juan Manuel Bartolomé
Bartolomé, «Las actitudes religiosas colectivas ante la muerte», en Laureano M.
Rubio Pérez (coord.), La Historia de León,
vol. III: Edad Moderna, Universidad
de León, 1999, p.478.
(2) Moisés Díaz-Caneja Piñán,
Apuntes descriptivos y reseña histórica
del lugar de Soto de Sajambre, manuscrito inédito, 1925-1938, p.112.
(3) Ibídem, p.113.
(4) Manuel Olano Pastor, «Fiesta y
religiosidad», en Laureano M. Rubio Pérez (coord.), La Historia de León, vol. III: Edad
Moderna, Universidad de León, 1999, p.455.
(5) Elena E. Rodríguez Díaz, Notas y cuadernos de notas de los Piñán,
escribanos públicos de Sayambre (1659-1721), Academia de la Llingua
Asturiana – Universidad d’Uviéu, 2015, p.231.
(6) Cándido Santiago Álvarez, «La
advocación mariana de Nuestra Señora de la Virgen de la Guía en la villa de
Santa María del Páramo (León)», Revista
Folklore, 399 (2015), on line. Última
consulta: 2018-11-29.
(6b) Juana M. Gil López, "Zona costera oriental. Colunga, Caravia, Ribadesella, Llanes y Ribadedeva", Liño, 4 (1983), pp.767-768.
(6b) Juana M. Gil López, "Zona costera oriental. Colunga, Caravia, Ribadesella, Llanes y Ribadedeva", Liño, 4 (1983), pp.767-768.
(7) Florentino Fernández Álvarez, Santuarios marianos de Asturias, Madrid, 1990, p.45.
(8)
Elena E. Rodríguez Díaz, «Carreteros y arrieros de Sajambre. El
intercambio de mercancías en la montaña oriental leonesa (ss. XVI-XVIII)», Estudios Humanísticos. Historia, 14
(2015), pp.59-60.
(9) Oseja de Sajambre, Archivo Municipal, lib. 1, f. 587r.
(10)
León, Archivo Histórico Diocesano, Fondo General, carp. 7, n.37, f.58v.
(11)
Elena E. Rodríguez Díaz, Valdeón:
Historia y colección diplomática. El occidente de Picos de Europa en la Edad
Media, Real Instituto de Estudios Asturianos, Oviedo, 2000, pp. 92-93 y
214-216.
(12)
Elena E. Rodríguez Díaz, «Carreteros y arrieros de Sajambre», ob.
cit., pp.46-48.
(13) Manuel Olano Pastor,
«Fiesta y religiosidad», en Laureano M. Rubio Pérez (coord.), La Historia de León, vol. III: Edad Moderna, Universidad de León, 1999,
p.466.
(14) Jeffrey Schrader, La Virgen de Atocha. Los Austrias y las
imágenes milagrosas, Ayuntamiento de Madrid, 2006, p.22.
(15) Silvia Canalda i Llobet, «La
imatge barroca de la Mare de Déu de Montserrat», en S. Canalda y C. Fontcuberta
(eds.), Imatge, devoció i identitat a
l’época moderna (segles XVI-XVIII), Universitat Autónoma de Barcelona,
2013, p. 85.
(16)
Palma Martínez-Burgos García, “Imágenes emocionadas. Devoción e identidad en la
España moderna”, en S. Canalda y C. Fontcuberta (eds.), Imatge, devoció i identitat a l’época
moderna (segles XVI-XVIII), Universitat Autónoma de Barcelona, 2013, p.18.
10 comentarios:
Super interesante, no me podría imaginar que en esas épocas hubiera una variedad tan grande devociones marianas en los sajambriegos.
En Ribadesella también existe la Virgen de Guía, con su ermita en la desembocadura del Sella, no sé la antigüedad que tendrá, pero también ¿podría ser que se refirieran a ella?.
Respecto a La Virgen de Belén, el cuadro que dices en la capilla de San Roque, todavía hay allí un cuadro de una Virgen con el niño, ¿Será al que te refieres?.
Un saludo
Estoy de "Capitulo"...ahora Local, desde mañana (No se si sabes a qué me refiero) es cada 6 años y tengo abundante trabajo por ser Secretaria,,,ya lo leeré despacio que me interesa mucho...y te doy hoy las gracias de corazón por todo
Hola, Lourdes. Tranquila, ya lo leerás cuando puedas, porque además esta vez es muy largo.
Hola, Josefina. Sí, sí, claro que también podría ser la Virgen de Ribadesella, pero yo tendría que comprobar su cronología para saber si es suficientemente antigua. También hubo contactos con Ribadesella, desde luego, aunque fueron mayores los de Llanes.
El cuadro que menciono es el actual, sí. Pero en el pasado debió haber también una talla. Las referencias no son explícitas, pero parece deducirse que así fue. Además hay un cura del siglo XVIII que tenía en su casa una imagen de la Virgen de Belén, que podía ser la de la ermita.
Gracias a las dos.
Ribadesella añadida, Josefina.
Ya lo leí entre una cosa y otra...Hay que tener en cuenta que esa mentalidad duró hasta hace muy poco yo diría hasta el Concilio vaticano II, tan fructífero para la Iglesia y aún casi sin estrenar...La devoción a la Virgen estuvo siempre muy arraigada en España por eso la llamaban la "tierra de María" (que se la apropiaron los Andaluces...)Tenían en la Madre esa confianza por aquello de que se predicaba tanto el pecado y el infierno...Esa devoción ya venía por los Dominicos en las Misiones y por aquello de Sto Domingo en los años de 1221...más o menos, fundador del Rosario. Además se luchó mucho en la Edad media contra la heregía de Nestorio...y aumentaba esa devoción, de ahí, tanta Iglesia edificada a su nombre...Hay que reconocer que Sajambre era un pueblo muy religioso y temeroso de Dios y que la mentalidad de la época así era en la Iglesia
Sí, así es, Lourdes. Duró hasta el CV II y se reactivó en el siglo XIX como resultado de apariciones marianas, como la de tu nombre. En la Edad Media hispana existió, claro, sobre todo en la Baja Edad Media. Fue el modelo de comportamiento femenino por antonomasia: madre abnegada y sumisa. Pero de esa época solo sabemos de dos iglesias de Sajambre con advocación mariana: Oseja y Soto. Y no se conservan documentos para más. Está la de Pontón desde c.1424 y es muy posible que no existiera todavía la de Arcenorio. El siguiente impulso a las devociones marianas llega con la Contrarreforma, cuando ya hay muchas fuentes para Sajambre. Muchas de las ermitas y advocaciones que se originan en los siglos XVI y XVII tienen leyendas fundacionales que se atribuyen mayor antigüedad, pero eso no siempre es real.
Efectivamente, el rosario se debe a Santo Domingo de Guzmán, que muere en 1221, cinco años antes que San Francisco. Pero la devoción a la Virgen del Rosario no fue demasiado importante en la Edad Media, estaba muy poco difundida. Su extensión se produce en el siglo XVI, gracias a la batalla de Lepanto contra los turcos y a los papas del siglo: Pío V, Gregorio XIII, Clemente X. Ten en cuenta que, en el calendario litúrgico, no existió una fiesta de dicha Virgen hasta el siglo XVI.
Nestorianismo, sí, sí, del siglo V, que consideraban a María madre del Jesús hombre, no del Dios, y que fue combatido por Cirilo de Alejandría (ya sé que es santo, pero yo lo degrado siempre por fanático y envidioso, pues azuzó al populacho cristiano para asesinar a Hipatia). Y Docetismo, Adopcionismo, Arrianismo, Priscilianismo... No he querido empezar la historia tan atrás, Lourdes, que a saber cómo andaban los sajambriegos por entonces, aunque es tema interesante porque ya había cristianos en Cangas de Onís en el siglo V.
También es muy interesante cómo la negación de la virginidad de María es tema recurrente desde muy pronto. Precisamente, para combatir esas creencias (que pueden leerse en la refutación de Orígenes a Celso) se escribió uno de los evangelios apócrifos más antiguos: el “Protoevangelio de Santiago”, que ya se leía en el año 215 (sigo la edición de la BAC). Allí apareció por primera vez el argumento de que los hermanos de Jesús fueron hijos de un primer matrimonio de José. Desde entonces, el cuestionamiento de la virginidad o de la Encarnación fueron reapareciendo en varias herejías. Los protestantes rechazaron el ritualismo católico y sus devociones a las imágenes (incluida la de la Virgen), que consideraron y consideran idolatría, aunque los padres de la Reforma no llegaron a atacar a la Virgen frontalmente.
¡MUCHAS GRACIAS!, Elena, Un abrazo
De nada, Lourdes. Gracias a ti por tus lecturas, te lo he dicho muchas veces, pero es así. Y gracias también por tus comentarios y tu fidelidad: fidelidad lectora y humana. Porque has estado ahí, hasta en momentos difíciles, y yo eso no lo olvido. Eres una gran persona y una muestra de lo bueno que hay en la Iglesia.
Por otro lado, redactando la última parte de este artículo, en la que menciono las Relaciones de sucesos con aquellas 'noticias' sobre crímenes, criaturas monstruosas, siniestros autos de fe, sucesos maravillosos, epidemias horribles y otras atrocidades y quimeras que consumía el pueblo inculto en el siglo XVII... se comprueba con tristeza lo poco que ha cambiado la situación.
Ahora hay mucha (demasiada) gente que consume exactamente la misma basura. Solo que ahora sale por televisión. Está en casi todas las cadenas, pero sobre todo en Tele 5. Para encontrar cosas parecidas a los espectáculos de la Inquisición, las ejecuciones públicas y otras truculencias morbosas no hay más que fijarse en el número de visionados que tienen algunas cosas sangrientas en YouTube. Para encontrar el equivalente moderno a los relatos fantasiosos de criaturas extrañas y prodigios varios, no hay más que ver lo que la gente consume sobre ovnis, pirámides milagrosas, pulseritas magnéticas y toda la caterva de horóscopos, pronósticos o pseudociencias. Ya no puede achacarse todo esto a la falta de educación, porque al menos en nuestro mundo todos están escolarizados. Pero por mucho que hayan pasado por la escuela o la Universidad, ni la una ni la otra han pasado por ellos. Es un problema de falta de Cultura, falta de cultura humanística, falta de cultura científica...
Te digo lo mismo a tí y ya te dije muchas veces lo que pienso de tí...no he cambiado en absoluto y te digo que tu honradez y punto de vista de las diferentes situaciones de la vida y la Historia las comparto y te doy mucha razón...estoy orgullosa de que de Sajambre...haya salido una persona tan culta y valiosa, y me digo que "de raza le viene al galgo..."porque conocí bien ya, a tu abuelo y especialmente a tu tío Pepe aunque ignore la familia de tu querido padre que para mí era de gran aprecio...Por otra parte te digo lo mismo es una pena, lo de antes por ignorancia y lo de ahora creo yo que por egoismo...Nosotras nos estamos poniendo al día con el Capitulo en cuanto a la Comunidad y en cuanto a la Misión...queremos otro mundo y trabajamos lo que podemos para estar alertas y con la vista y el oido atentas...para que este "pequeño grano de mostaza" Crezca y se haga un árbol frondoso...estamos muy preocupadas por la Educación que es lo nuestro...para eso son las Reuniones en toda la semana y es cada 6 años. Esto es así en todas las Congregaciones Religiosas...Con nuestras sombras y luces andamos buscando siempre lo mismo y estamos convencidas de que una buena Educación cambia la sociedad ...Así lo vio San Jose de Calasanz ya allá por el año 1629 en Roma y dejó todas sus pretensiones de "Cardenalato" por los niños pobres y arapientos del Trastevere y M.Paula Montal lo mismo para la mujer en 1828...en la costa Catalana...Arenys de Mar...
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