Gracias a las fuentes
escritas que vamos reuniendo, cada vez podemos documentar mejor los caminos
históricos que cruzaban Sajambre y la parte leonesa de lo que hoy es el Parque
Nacional de Picos de Europa. En esta ocasión, vamos a centrarnos en una parte
del antiguo Camino Real, que se conoce como Senda del Arcediano, por haber sido
remodelada por el arcediano de la catedral de Oviedo, llamado Pedro Díaz de
Oseja (c.1580-1665).
No voy a referirme a la
historia de dicho camino real, por haberlo
hecho en otros lugares. Lo que voy a hacer ahora es una síntesis de lo que vamos sabiendo
sobre el tramo mencionado.
PRIMERA ETAPA: ANTES DE 1642
En su testamento del
año 1665, don Pedro Díaz de Oseja manifestaba que él ya había gastado parte de
su fortuna en arreglar los caminos principales que atravesaban su Sajambre natal.
Los documentos conservados confirman estas palabras. Sabemos que las obras de
lo que, con el tiempo, se habría de llamar Senda del Arcediano se habían
iniciado antes del año 1642 y que, para entonces, se estaba trabajando en el
término del concejo de Amieva (Asturias), junto a la majada de Saúgu.
En dicho lugar existió
una venta desde el siglo XVI, pero en aquella fecha de 1642 el Arcediano costeaba
la construcción de una hospedería para caminantes y la capilla anexa, dedicada a la Virgen María, que se documenta a partir de 1642 y que seguía existiendo
a mediados del siglo XVIII. El albergue y la capilla ya estaban terminados a finales del
mes de septiembre de 1642.
SEGUNDA ETAPA: 1643-1701
Consta que en el año
1643 se estaba trabajando en el término de Soto de Sajambre y que la mano de
obra era local. Es decir, que los vecinos de dicho lugar colaboraron en el
empedrado y remodelación del camino real a su paso por dichas tierras.
En los 58 años que
mediaron entre 1643 y 1701 se avanzó en la obra comprendida entre los términos
de Soto y los de Berrunde, ya en Oseja. Dicho de otra manera, se tardó 58 años en cubrir la distancia entre Beza/Soto y la Portilla de Berrunde. Como se verá, tal cantidad de años no fue producto solo de las dificultades de la orografía, sino especialmente de la resistencia de los canónigos de la catedral de Oviedo a financiar las obras.
TERCERA ETAPA: 1701-1708
En el año 1701, el
Concejo de Sajambre contrata a un perito de cantería para trabajar en las pedreras de Berrunde, en concreto, para continuar la obra entre la Portilla de Berrunde y Los Trabanzos. Este perito de
cantería era de Llanes (Asturias) y se llamaba Martín Sánchez del Toro. Los
sajambriegos le pagaban 3’5 reales por cada braza al cuadrado (1). No puede saberse si los sajambriegos tuvieron capacidad para costear un total de 82’85 brazas anuales, a partir del presupuesto que poseían de 220 reales al año, ya que en esa financiación había que incluir también el coste del trabajo en el
camino del Beyo que se realizaba simultáneamente al del camino real.
Del documento se deduce
que este “perito” trabajaba con más gente, seguramente ayudantes y aprendices.
Por documentos posteriores sabemos que la mano de obra no cualificada estuvo
formada por vecinos del concejo de Sajambre, lo que confirma lo detectado en el
documento de 1643. Una vez terminado el
trabajo de empedrado, este debía ser inspeccionado por «personas peritas del
oficio o las que el concejo nombrare».
El problema fue que los
albaceas testamentarios del Arcediano, que fueron los canónigos de la catedral
de Oviedo, se retrasaban en el libramiento de los 20 ducados de vellón anuales
(220 reales) que estaban obligados a enviar a Sajambre para la obra de los
caminos. En el mes de junio de 1708, la catedral de Oviedo debía a Sajambre 180
ducados, es decir, el equivalente a 9 años. La petición que el notario público
del Número, Agustín Piñán de Cueto Luengo, traslada a los señores canónigos, en
representación de los vecinos de Sajambre y que se ha conservado en el archivo
de su familia, permite conocer la parte del camino en la que se estaba
trabajando desde el año 1701: «desde la Portilla que llaman de Berrunde hasta el collado do dizen Los Trabanzos».
CUARTA ETAPA: DESPUÉS DE 1708
El 24 de junio de 1708 todavía no se había llegado a Los Trabanzos. Hacía ya 43 años que había muerto el Arcediano y más de 66 años desde que se habían iniciado los trabajos de remodelación del camino real. Desde Los Trabanzos al Collado de Pontón quedaba todavía un buen trecho que, además, tenía bastante dificultad por el desnivel que debía salvarse.
CUARTA ETAPA: DESPUÉS DE 1708
El 24 de junio de 1708 todavía no se había llegado a Los Trabanzos. Hacía ya 43 años que había muerto el Arcediano y más de 66 años desde que se habían iniciado los trabajos de remodelación del camino real. Desde Los Trabanzos al Collado de Pontón quedaba todavía un buen trecho que, además, tenía bastante dificultad por el desnivel que debía salvarse.
Hay que recordar que en el
presupuesto disponible se debía incluir el trabajo en el
camino del Beyo, lo que
ralentizaba el avance de la obra en la Senda del Arcediano. No
obstante, en el año 1708, el camino del Beyo estaba casi terminado, a falta tan
solo de un puente.
Si a todo esto se suma que
los canónigos de la catedral de Oviedo solían demorarse en los pagos, no sería nada
arriesgado suponer que esta obra caminera sufriera varios retrasos.
Por tanto, no me extrañaría que lo que
hoy se conoce como Senda del Arcediano tardara alrededor de un siglo en
concluirse.
Por último, toda la
obra que hoy se observa y se conserva a lo largo de este tramo, es decir, entre
el Collado de Angón y el Collado de Pontón, data de esta remodelación descrita.
Dado el estado actual de la investigación, no creo que pueda detectarse en la
Senda del Arcediano nada anterior a la Edad Moderna. Del camino medieval no
debe quedar nada. Para buscar indicios materiales anteriores al siglo XVII se debe investigar
en tramos de este camino real diferentes al sajambriego.
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NOTAS
(1) El documento dice
claramente “braza”. Está editado en Elena E. Rodríguez Díaz, “La Senda del
Arcediano y el camino del Beyo: nuevos documentos para su historia”, Boletín de Letras del Real Instituto de
Estudios Asturianos, 175-176 (Oviedo, 2010), pp.95-116. También se habla
del camino real en Elena E. Rodríguez Díaz, “Carreteros y arrieros de Sajambre.
El intercambio de mercancías en la Montaña Oriental leonesa (ss. XVI-XVIII)”, Estudios Humanísticos. Historia, 14 (León,
2015), pp.39-71.
5 comentarios:
¡Impresionante! tanto el camino del Beyo como el Angón a Pontón. Qué trabajos... sin medios de aperos o herramientas, sin dinero, sin mucho alimento, sin trasportes adecuados...qué condiciones infrahumanas y qué pobre gente, digno todo ello de admiración. así año tras año...¡ Cuánto debemos a nuestros antepasados...!
Perdón por la tardanza en contestar, Lourdes, estoy otra vez en “estado de clausura editorial”. Pues sí, considerando los medios de la época y lo que se tardó en finalizar la Senda, la obra debió ser de envergadura. ¡Y eso que era una remodelación! En vida del Arcediano todo debió ser más fácil, pero a su muerte la catedral de Oviedo puso trabas. Tantas que el almacén de grano nunca se hizo. Don Pedro empezó la obra del camino real en Amieva, que pertenecía a su arcedianato, donde hay que suponer que también trabajaron los vecinos del concejo. Y debió supervisar los trabajos en una parte del tramo Beza-Soto antes de morir. Después, las cosas fueron más lentas. Pero es muy interesante lo que vamos descubriendo: el tiempo que se tardó en rehacer el camino, el nombre de algunos de los que trabajaron en él (como el cantero llanisco), lo que cobraron, el troceado y labrado de las piedras que se colocaron en el camino. Por cierto, para el labrado de la piedra de edificios nobles sajambriegos (que son los que están mejor documentados) se recurría siempre a los canteros de Llanes. No olvidemos que, simultáneamente a la obra caminera, el Arcediano costeó la reconstrucción de la iglesia de Soto en 1642, en la que trabajó otro cantero llanisco, y posiblemente construyó una capilla en Oseja, dentro de la antigua iglesia de Sta. María.
¡ BUENÍSIMO ! EL PODER CONOCER TODO ÉSTO Y DE BUENA FUENTE...GRACIAS.
Ya oí tu entrevista... ¡fenomenal...!
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