El núm. 177 del Boletín de
Letras del Real Instituto de Estudios Asturianos que se publicó el pasado
mes de julio, aunque con fecha de 2011, contiene un artículo mío titulado
«Genealogía y derecho de patronato: relaciones entre Sajambre, Amieva y Ponga en el siglo XVII»,
en el que se dan a conocer varios documentos que demuestran el origen asturiano
de familias sajambriegas, cuyos descendientes llegan a la actualidad.
Para dar a conocer este
descubrimiento y estando ya editado el artículo con los cinco documentos que
interesan al caso, el 18 de agosto di
una charla en Oseja de Sajambre sobre el particular. El trabajo completo será
colgado en la red cuando el Real Instituto de Estudios Asturianos lo considere
conveniente.
Lo que voy a exponer en este post
no es un resumen de dicho artículo, sino solo una parte del mismo centrándome en
lo que resulta de mayor interés para los sajambriegos.
Y para aquellos que saben
Historia debo empezar diciendo que cuatro de los cinco testimonios que nos
interesan en este caso (se editan seis) son documentos de presentación de
clérigos intitulados por los patronos de varias iglesias asturianas que estaban sometidas
al derecho de patronato bajo la modalidad del patronato laical.
Como resulta obvio, para que un
público no especializado pueda entender bien el párrafo anterior (y alguna otra
cosa) es necesario que lo explique de la manera más sencilla posible, pues los
documentos hablan de realidades jurídicas e institucionales desaparecidas.
Lo que estos documentos dicen es
que una serie de familias (que se enumeran) de Oseja, de Soto, de Ribota y de Vierdes
poseían derechos recibidos por herencia de sus antepasados en iglesias
parroquiales de Amieva y de Ponga. Dicen, en concreto, que eran patronos de
Santa María de Viego (Ponga), Santa María de Mián (Amieva), San Juan de
Casielles (Ponga) y, algunos de ellos, también de San Pedro de Sobrefoz (Ponga).
Los documentos están
datados en los años 1660 y 1670, y se conservan en el Archivo de la Casa Piñán.
Pero ¿qué significa esto de que un grupo de familias
sajambriegas eran «patronos» de iglesias de concejos distintos al suyo? Vamos a explicarlo a través de un caso actual que guarda cierto parecido.
Hoy existe un patronato laico de ermitas y así los
vecinos de Oseja son los patronos de la ermita de San Roque o los vecinos de
Burón son los patronos de la ermita de Pontón. Lo que estos documentos retratan
es algo similar que hunde sus raíces en la Edad Media y cuyos rescoldos
siguieron vivos en la Edad Moderna.
En la Edad Media los laicos
podían ser dueños de monasterios, de iglesias o de ermitas y la Iglesia
reconocía y respetaba esos derechos de propiedad. Este fue el origen, por
ejemplo, de la iglesia de Santa María de Oseja que había sido propiedad de los
condes de Flaínez hasta que fue entregada al monasterio de Sahagún.
Cuando a partir del siglo XII empiezan a desaparecer
muchos de los grandes dominios monásticos, algunos de aquellos templos que
fueron en su origen «monasterios propios» o «iglesias propias» (id est, de
propiedad privada laica) y que acabaron absorbidos por los grandes señoríos
monásticos, se convertirán en parroquias, aunque la Iglesia seguirá
reconociendo a los antiguos propietarios permitiéndoles elegir al párroco,
participar en los diezmos, disfrutar de asientos destacados en las iglesias,
etc.
De todos estos privilegios, nos interesa fijarnos en
la elección de los clérigos porque, una vez elegido por los patronos, el candidato se
«presentaba» al obispo, quien a su vez se aseguraba de que éste cumpliera con
los requisitos establecidos en los cánones y, si no existía impedimento, procedía
a su institución canónica. Esto se conocía con el nombre de «derecho de
presentación». Por eso, el monasterio de Sahagún poseyó el derecho de
presentación de los clérigos presbíteros en la iglesia parroquial de Oseja.
De esta manera, desde la Edad Media, la Iglesia
reconocía derechos de fundación y construcción de iglesias a los laicos y,
asimismo, reconocía derechos de fundación o dotación de los beneficios (curados
o simples). Para que todo el mundo lo entienda y simplificándolo, podemos decir
que el beneficio curado era “una plaza de cura” adscrita a un templo
determinado y, por consiguiente, a efectos institucionales y administrativos una cosa era el templo y otra cosa era el beneficio que
se obtenía de la administración de los sacramentos, los derechos parroquiales y
los diezmos. En el pasado, los laicos podían fundar templos y acompañarlos de
una dotación económica y podían también fundar beneficios y dotarlos sin que
necesariamente hubieran construido la iglesia a la que se adscribía dicho
beneficio. En ambos casos, se les
reconocían los derechos derivados de haber sido los fundadores, dueños o
«patronos» tiempo atrás.
Estos derechos fueron disminuyendo según avanzaron
los siglos a favor de la Iglesia, hasta que el Concilio de Trento estableció
límites a aquella vieja servidumbre a la que estaban sometidos los obispos. A partir de entonces, los derechos de los patronos quedaron
reducidos al derecho de presentación.
Y esto es lo que hacen algunas familias sajambriegas
en 1660 y en 1670, como patronos que eran de los beneficios de Santa María de
Viego (Ponga), Santa María de Mián (Amieva), San Juan de Casielles (Ponga) y,
algunos de ellos, de San Pedro de Sobrefoz (Ponga): elegir a los clérigos de los beneficios de los que eran patronos y presentarlos al obispo de Oviedo. Ese acto jurídico se plasma en cuatro documentos que se conservan: dos hechos en Oseja, uno en Soto y otro en Ribota que incluye a los presenteros de Vierdes.
Los documentos de 1660 nos dicen que los patronos del
beneficio de Santa María de Mián vivían en Sajambre y en Valdeón; y que los patronos
de Santa María de Viego vivían en Sajambre, en Amieva, en Ponga «y en otras partes». Ahora bien, como los documentos conservados
solo contienen la elección hecha por los patronos sajambriegos, únicamente conocemos
los apellidos de éstos y no los de las familias amievenses, ponguetas o valdeonesas.
Todos los patronos pertenecían al estado noble (hidalgos), lo que no podía ser de otro modo, pues los miembros del estado llano
no podían disfrutar de tales privilegios.
Los patronos sajambriegos de Santa
María de Mián se apellidaban Alonso, Díaz/Díez, Fernández, González,
Mendoza, Suero y Vega.
Los patronos sajambriegos de los restantes
beneficios se apellidaban Alonso, Amigo, Blanco, De la Puente, Díaz/Díez,
Fernández, García, González, Granda, Gutiérrez, Martino, Mendoza, Muñiz,
Palacio, Simón, Suárez, Suero, Vega y Viya.
Pero lo más interesante a efectos genealógicos
es que los documentos fechados en Oseja, Soto y Ribota en 1670 nos dicen de dónde
procedía el derecho de patronato que tenían estas familias sajambriegas. Veamos
el pasaje correspondiente del documento hecho en Soto, el 19 de marzo de 1670, que
dice exactamente lo mismo que los instrumentos hechos en Oseja (el 23 de marzo)
y en Ribota (el 26 de marzo):
«...todos vezinos y naturales del dicho lugar de Soto de Sajanbre, dijeron
y otorgaron que por quanto el beneficio curado de Santa María de Biego,
arçiprestazgo de Ponga y Amieba, en el Concexo de Ponga, diócesis de Obiedo, es
de patronato laizal y presentación en todo tienpo de los susodichos, con otros
muchos patronos y presenteros de los dichos concexos de Amieba y Ponga y otras
partes, como descendientes que son
de las casas de Monasterio, Rubín y Corral de Cortés, por justos y legítimos
títulos de tienpo inmemorial a esta parte...».
De manera que varias familias que, en el siglo XVII,
vivían en Sajambre, en Amieva, en Ponga y posiblemente también en Valdeón eran
descendientes de los linajes nobles de Monasterio, Rubín y Corral de Cortés,
los tres de origen asturiano y los tres radicados en Ponga, con casas
solariegas los dos primeros en la localidad de Viego.
Como decía más arriba, el artículo ofrece más
información sobre este asunto en base a lo que sabemos de estas iglesias y de
estos linajes asturianos afincados en Ponga, aunque su principal finalidad fue
la edición de los documentos conservados en el Archivo de la Casa Piñán.
Por otra parte, este mismo fondo documental está demostrando
la procedencia asturiana de casos concretos por otras vías, como sucede con los Vega, y de otras familias
que no aparecen en estos testimonios de 1660 y 1670, lo que está permitiendo que las piezas dispersas de este rompecabezas vayan encajando.
Resumiendo y a los efectos que aquí interesan, podemos
decir que los documentos publicados muestran lo siguiente:
1.
La existencia de antiguos vínculos genealógicos entre algunas
de las familias hidalgas que vivían en los concejos de Ponga, Amieva, Sajambre
y Valdeón por proceder todas ellas de linajes nobles del Oriente de Asturias.
2.
Una parte importante de los hidalgos de Sajambre descienden
de los linajes asturianos de Monasterio, Rubín y Corral de Cortés.
3.
La existencia de una población de origen común (en este caso,
asturiano) asentada en el territorio que son los actuales concejos de Sajambre,
Amieva, Ponga y Valdeón es totalmente coherente con la lógica geográfica por
encontrarse Sajambre y Valdeón aguas vertientes a Asturias.
4.
Los documentos sobre Sajambre que se conservan en el Archivo
de la Casa Piñán y en otros archivos peninsulares están mostrando que no sólo
existió una confluencia social y económica entre Sajambre, Amieva y Ponga, sino
también una coincidencia histórica de carácter más amplio entre poblaciones y
territorios que acabaron disgregándose en distintas realidades
político-administrativas con el correr de los siglos.
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Elena E. Rodríguez Díaz, «Genealogía y derecho de patronato: relaciones entre Sajambre, Amieva y Ponga en el siglo XVII», en Boletín de Letras del Real Instituto de Estudios Asturianos, n.177 (2011), pp.79-101.
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Elena E. Rodríguez Díaz, «Genealogía y derecho de patronato: relaciones entre Sajambre, Amieva y Ponga en el siglo XVII», en Boletín de Letras del Real Instituto de Estudios Asturianos, n.177 (2011), pp.79-101.
5 comentarios:
Por mi parte y después de tu conferencia en Oseja este verano más las explicaciones de ahora, me quedo muy contenta y enriquecida al poder comprobar ésta coincidencia Histórica entre las poblaciones de Sajambre Amieva y Ponga y más, que por ahí andaban mis antepasados también.
Lourdes Vega
Gracias, Lourdes. Como decía este verano, a veces los documentos nos van llevando por senderos insospechados, como pasa en este caso. Aquel patronato que compartieron algunos sajambriegos con otras familias de los concejos vecinos, al modo gentilicio, es un indicio tardío de las estrechas relaciones que mantuvo Sajambre con Asturias en el pasado. Y ya sabemos que ni siquiera el tajo del Beyo fue un impedimento para ello, sino todo lo contrario.
pero como os parecéis los asturianos a los gallegos y a los castellanos, en lo colonialistas que sois.
ya quisierais atoupar sayambre y valdion, pero estan donde tien que estar, en leon, ya que la montaña llama a montaña, y las montañas estan casi todas pa esti llau da llinde rapacines.
a ver si dais dejado de hacer pindadinas de esto ye asturies, que dais cansado ya, maxime cuando teneis un buen trozo leones en somieu, que sois mas lamprones..
Sr. o Sra. Anónimo, lo que aquí se publica está fundamentado en documentos históricos, unos documentos que usted mismo o misma puede leer en el último Boletín del RIDEA en donde han sido publicados. Y esos documentos lo dicen muy clarito. Si a usted no le agrada, no es mi culpa sino su problema.
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