LA BERRONERA
El Vocabulario sajambriego (2001, 95) aporta dos acepciones. En el primer caso se trataba de un ser que habitaba en antros o sitios lóbregos. En el segundo, se utilizaba como sinónimo de coco, duende o trasgo.
La etimología del término no parece estar relacionada con la voz “berrón, na” que define a un niño/a que llora mucho y ruidosamente (ibídem), sino con los topónimos El Berrón (Asturias), la Playa del Berrón (Cantabria), El Berrón (Burgos), El Berrón (Vizcaya) o la mina de la Berrona, situada al sur de la provincia de Badajoz. Quizás, la pista para rastrear el origen, hoy por hoy desconocido, de todos estos topónimos la proporcione el personaje fabuloso sajambriego y el último de los nombres de lugar mencionados, ya que pocas cosas hay más lóbregas que una mina.
Volvemos a encontrarnos con la supervivencia de una divinidad femenina, quizá de carácter infernal y similar a las lamias, que vivía en cuevas (véase Barbarona) o en el inframundo y que, en el mejor de los casos, se identifica con los duendes y los trasgus.
El Vocabulario sajambriego (2001, 95) aporta dos acepciones. En el primer caso se trataba de un ser que habitaba en antros o sitios lóbregos. En el segundo, se utilizaba como sinónimo de coco, duende o trasgo.
La etimología del término no parece estar relacionada con la voz “berrón, na” que define a un niño/a que llora mucho y ruidosamente (ibídem), sino con los topónimos El Berrón (Asturias), la Playa del Berrón (Cantabria), El Berrón (Burgos), El Berrón (Vizcaya) o la mina de la Berrona, situada al sur de la provincia de Badajoz. Quizás, la pista para rastrear el origen, hoy por hoy desconocido, de todos estos topónimos la proporcione el personaje fabuloso sajambriego y el último de los nombres de lugar mencionados, ya que pocas cosas hay más lóbregas que una mina.
Volvemos a encontrarnos con la supervivencia de una divinidad femenina, quizá de carácter infernal y similar a las lamias, que vivía en cuevas (véase Barbarona) o en el inframundo y que, en el mejor de los casos, se identifica con los duendes y los trasgus.
EL CUÉLEBRE
El mito del dragón o serpiente alada que custodia tesoros y lugares encantados está presente en Sajambre con el nombre astur del monstruo. Vivía en las más tenebrosas y profundas simas y cavernas de bosques y montañas. Dice el Vocabulario sajambriego (p.166) que engullía a las personas y a los animales atrayéndolos con su vista. Es, como se sabe, un mito muy extendido en todas las culturas de la Tierra.
LOS DUENDES
“Es muy familiar entre los sajambriegos y en sus conversaciones, aunque ya tan sólo festivamente” (Vocabulario sajambriego, 199). En cambio, en 1959 Ángel Fernández González había recogido la tradición de que los duendes asustados corrían a esconderse en las cuevas de Llareya o Gurimaldo en el término de Oseja.
LAS JIANASEn la toponimia queda la Cueva de las Jianas y en la tradición oral la leyenda del Pozo Agustinos o de las Agustinas, en donde las jianas hacían la colada y la lejía enturbiaba las aguas del manantial de Igüeyo (Vocabulario sajambriego, 309). A medio camino entre las Xanas asturianas y las Anjanas cántabras se sitúan las Jianas sajambriegas. En todos los casos, son restos de un antiguo culto a las divinidades acuáticas femeninas, que los griegos llamaron ninfas. El esposo o hijo de la jiana se ha conservado en la majada o Collada de Jián.
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