miércoles, 7 de octubre de 2009

EL PUEBLO DE RIBOTA ENTRE 1550 Y 1835: ¿cuándo se abandonó la ermita de San Pedro de Orzales?


Los documentos que he consultado hasta ahora no hablan explícitamente del posible caserío situado en el barrio alto de Ribota. Hablan, sobre todo, de huertas, tierras, prados, cuevas y caminos, que estudiaré en los posts siguientes. Con una excepción: la iglesia de San Pedro de Orzales.

Al haber dedicado las primeras entradas de este blog a hablar del origen histórico y de las características arquitectónicas de esta ermita, voy a referirme ahora a la devoción que los sajambriegos tuvieron a San Pedro de Orzales, observándola a través de las mandas piadosas de los testamentos realizados en los siglos XVII, XVIII y principios del XIX. Estas noticias nos van a permitir también empezar a delimitar la época hasta la que estuvo en uso este templo y, con ello, acercarnos al momento de su abandono.

Reproduzco una muestra de las mandas de misas dedicadas a San Pedro de Orzales por vecinos de los cinco pueblos del valle desde el siglo XVII hasta el final de la Guerra de la Independencia. Todos los documentos se guardan en el Archivo Piñán.

1636-10-24: manda de Sebastián Fernández, natural de Ribota, para que “me digan otras misas rezadas en San Pedro de Horzales”.

1649-04-28: Gerónima Díaz, viuda de Pedro Díaz de Caldevilla, vecina de Ribota, ordena “otras dos misas al señor San Pedro y es mi intenzión se digan en la ermita del señor San Pedro que está en el término de Rivota deste concejo”.

1666-01-13: manda de misas de Juan Redondo, vecino de Pío, “otra al señor San Pedro”.

1669-04-01: manda de misas de Catalina Díaz, viuda de Juan Fernández y vecina de Ribota, “otra al señor San Pedro”.

1699-04-20: manda de misas de Catalina Díaz de Vega, mujer de Damián Fernández y vecina de Ribota, “dos al glorioso San Pedro de Orçales que me abra las puertas del Cielo”.

1711-04-15: manda de misas de Toribio González, vecino de Oseja, “otra al señor San Pedro de Orzales”.

1711-06-01: manda de misas de Toribio Díaz, vecino de Oseja: “dos al señor San Pedro de Orzales”.

1712-02-01: manda de Ana Sánchez de Vega, viuda de Gonzalo Piñán de Cueto Luengo y vecina de Oseja, de 3 misas “al glorioso San Pedro”.

1712-03-10: en su testamento, don Toribio Díaz Prieto, cura de Ribota, dona “una baca al señor San Pedro de Orçales y esta se entregue no más que fallezca al mayordomo de dicho santuario”.

1714-05-31: manda de misas de Dominga Alonso, vecina de Soto, de “otra misa al glorioso San Pedro”.

1716-04-07: manda de Juan Alonso, vecino de Oseja, en la que “asimismo mando vna sábana de lienzo delgado, cordalón y longeo(?) al señor San Pedro de Orzales para que la pongan en su altar de su santa cassa para que esté con más adorno”.

1716-04-07: manda de misas de Juana Alonso, vecina de Oseja, de “dos al señor San Pedro de Orzales”.

1718-04-21: manda de misas de Francisco Piñán, vecino de Oseja, de “otra al señor San Pedro, otra al señor San Juan”.

1787: manda de misas de María Fernández de Mendoza, vecina de Pío, de “otra a San Pedro”.

1813: manda de misas de Ángela Díaz de Caldevilla, vecina de Vierdes, de “otra al señor San Pedro”.

1815: manda de misas de Manuel Díez, vecino de Ribota, de “otra a San Pedro”.

A partir de mediados del siglo XIX deja de mencionarse la ermita de San Pedro, aunque sabemos que una vez abandonada, se siguieron celebrando misas en honor a San Pedro en la iglesia de San Juan, en donde una vez al año acudía una representación oficial de los cinco pueblos del Concejo para una ceremonia que estuvo vigente hasta 1925 (Vocabulario Sajambriego, voz Monarga, p.371). Del origen y razón de ser de esta ceremonia se ha perdido la memoria, pero por alguna causa el culto a San Pedro de Orzales fue un vínculo de unión entre los cinco pueblos de Sajambre desde época inmemorial.

Sigamos. Por razón de esta continuidad del culto a San Pedro en Ribota de Abajo, nos puede quedar la duda de si algunas de las últimas misas a él dedicadas en el siglo XIX se celebraron ya en San Juan. Por eso, vamos a intentar ir sobre seguro y empezar a datar el uso y el consiguiente abandono del templo. Los antiguos testamentos nos la proporcionan una aproximación, lo cual ya es un avance muy importante en nuestro conocimiento de las ruinas cristianas más antiguas de Sajambre.

Con absoluta seguridad, la ermita de San Pedro siguió estando en uso hasta el año 1716, que es cuando se dona “una sábana de lienzo delgado” para colocarla sobre “su altar de su santa cassa” y probablemente lo estuvo también hasta la primera mitad del siglo XIX.  Según las piezas numismáticas que se han ido encontrando a lo largo de varios años, la datación más temprana que proporcionan es de la época de los Reyes Católicos, lo que es coherente con la información transmitida en las fuentes documentales.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe tu comentario aquí