Al ser el trabajo de la madera
una industria tradicional, tanto el maderamen de los edificios, como los
enseres domésticos de las casas campesinas eran fabricados por los propios
sajambriegos sirviéndose de la riqueza de sus bosques como materia prima.
Las maderas que se documentan
para tales usos son las siguientes:
Roble:
la madera de roble fue la más utilizada en la construcción y en la manufactura
de arcas, escaños y tayuelos. Todas las casas del valle, ricas y pobres,
poseían objetos fabricados con este árbol, aunque el roble fue el único tipo de madera que podían permitirse los más
modestos, a excepción de los vecinos de Soto de Sajambre.
Plágano:
la madera del plágano comparte el espacio de las viviendas
de Soto con el roble, documentándose solo allí arcas de este material. El arce
blanco o plágano es un árbol autóctono de Asturias, León y parte oriental de
Galicia. En Sajambre debía darse especialmente en Soto, en donde se
documenta durante toda la Edad Moderna.
Fresno: en algunas casas medianamente acomodadas
existían arcas de fresno. Esto se registra sobre todo en el fondo del valle y, en
especial, en Ribota.
Castaño:
sucede lo mismo que con el fresno, documentándose únicamente en la vivienda de
Juan Fernández de Ribota en el año 1662.
Cerezo:
como sucede con el fresno y el castaño, lo encontramos muy pocas veces en los
siglos XVII y XVIII. Hasta el momento solo he visto descrita un arca de este
tipo de madera en la casa de un vecino de Pio del año 1714, que también poseía algún que otro objeto doméstico de calidad.
Nogal:
como en la actualidad, el nogal fue en el pasado una de las maderas nobles más
apreciadas y más caras. Por eso no extraña que, en el Sajambre del Antiguo Régimen, solo aparezca en las casas de los más acomodados. Así nos lo
cuentan varios documentos que hablan del contenido de las viviendas de los
Piñán de Cueto Luengo, de los diferentes párrocos que se sucedieron en las
iglesias del valle y de los Díaz de la Caneja que fueron herederos y sucesores del
escribano Tomás en Oseja. En estas casas
había arcas, escaños, armarios y alacenas de roble, pero también había bufetes,
sillas torneadas, bancos, mesas, arcas y otros objetos suntuarios hechos con
madera de nogal que acostumbran a calificarse en los inventarios de bienes como buenos, refiriéndose a su alta calidad.