En 1684 se tachó a los Acevedo de los padrones de 1680 en donde figuraban como pecheros, como puede leerse en este fragmento de los mismos sin dificultad (Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, Protocolos y Padrones, 65, n.7).
Pinchar en la foto para verla ampliada.
De los Acevedo de Oseja ya hemos hablado aquí en varias ocasiones y sus orígenes están reconstruidos en la página genealógica de este blog. Lo que vamos a hacer ahora es describir cómo consiguieron pasar del estado pechero al estado noble. Para ello contamos con varios documentos originales conservados en el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid y en el Archivo de la Casa Piñán.
Los Acevedo actuales descienden de quienes, procedentes de Corniero, se instalaron en Sajambre como criados. En la segunda mitad del siglo XVII lo fueron de la Casa de la Caneja. Estas familias cotizaron, al menos durante los 80 primeros años del siglo XVII, como pecheros sin haber protestado ni reclamado nunca por ello. Sin embargo, después de todo ese tiempo, o más (cfr. con la página de Genealogía), empiezan a insistir sobre su hidalguía y pleitean por ella hasta conseguirla. Pero ¿cómo pudieron unos criados y campesinos de tierra pobre costear un pleito tan largo y convertirse en hidalgos? Veámoslo.
1. A comienzos del año 1684 llega a Oseja una real provisión diciendo que los Acevedo son hidalgos y ordenando que se les acepte como tales, borrando su nombre de los padrones en donde aparecen como pecheros. En Oseja se ven obligados a hacerlo ante las justicias locales y reales allí personadas y dentro de la casa del escribano, Manuel Díaz de la Caneja:
«Abrió el archivo de sus papeles y, habiéndole abierto, en él hallé un protocolo y padrón con su comisión para hacerle por cabeza del año de mil seiscientos y ochenta, según consta dél... en él hallé a los dichos Gregorio de Acebedo y consortes». Y para dar cumplimiento a la real provisión «borré y tildé del estado pechero en que estaban asentados los dichos Gregorio, Pedro, Santiago y Miguel de Acebedo y sus hijos, cuya diligencia se hizo en presencia de su merced el señor juez».
Conservamos estos padrones con todos los miembros de ese linaje tachados (ver FOTO).
Conservamos estos padrones con todos los miembros de ese linaje tachados (ver FOTO).
2. Inmediatamente después de este suceso, los hidalgos y los pecheros de Oseja deciden unirse para apelar al rey porque, según ellos, los Acevedo se habían ennoblecido a base de falsos testimonios conseguidos mediante sobornos hechos a su favor por Manuel Díaz de la Caneja, escribano público de Sajambre, que como vimos en otras ocasiones estaba al servicio de la Casa de la Caneja: «a quien dieron los susodichos (los Acevedo) mucha cantidad de dinero a quien, como hombre poderoso que es en el concejo, atemorizó a los vecinos de dicho concejo para que lo declarasen así y sobornó a otros».
3. El fiscal real ordena que se inicie una investigación. Durante su desarrollo y ante los oficiales del rey que acuden a Sajambre, declaran hidalgos y pecheros contra los Acevedo diciendo que siempre estuvieron inscritos en todos los padrones como pecheros; que siempre pagaron sus impuestos y que nunca protestaron por ello durante más de 80 años; y que aunque dicen descender del estado noble de la villa de Corniero y aunque vienen de allí, no es verdad que sean descendientes de la nobleza de dicho lugar.
4. Al comprobar los oficiales del rey que, efectivamente, en todos los padrones que entonces conservaban en Sajambre los Acevedo aparecían como pecheros desde muy atrás en el tiempo, recomiendan revisar los autos y documentos previos.
5. Ante una situación tan peligrosa que ponía en riesgo los privilegios conseguidos, los Acevedo se defienden y se justifican diciendo que es verdad que estuvieron inscritos como pecheros mucho tiempo, durante el cual pagaron impuestos como tales, pero que esto fue porque les obligaron los vecinos de Oseja, quienes los consideraron así solo porque eran pobres, pero que ellos siempre fueron hidalgos, aunque no presentan ningún testigo de dicho lugar que lo ratifique.
6. Los vecinos de Oseja consiguen demostrar con documentos que dicha argumentación era mentira porque, en padrones que aportan como prueba y que no se han conservado, los Acevedo aparecían como «pecheros cuantiosos», es decir, pecheros ricos. Esta demostración anula totalmente los argumentos de los Acevedo, por lo que los vecinos de Oseja piden al rey que se revoquen las decisiones anteriores y los vuelvan a declarar pecheros.
7. Ante una situación tan delicada y viéndose abocados a perder el pleito, los Acevedo cambian de procurador y... ¿a que no se imaginan a quién nombran como su nuevo representante legal ante el presidente y oidores de la Real Chancillería de Valladolid? Pues a nuestro viejo amigo Don Leonardo García de Mendoza, hijo de Leonardo García, Merino Mayor de Valdeburón entre 1677 y 1680, y de Doña Francisca de la Caneja, cabeza de la Casa de la Caneja, parientes todos ellos de los Goméz de Caso de Burón y de dos arcedianos de la Iglesia de Oviedo.
8. «Don Leonardo García de la Caneja y Mendoza» se persona ante la Audiencia real y habla en defensa de los Acevedo presentando como prueba un reconocimiento de hidalguía que la propia Chancillería había dado a Domingo de Acevedo, vecino de la villa de Madrid, hijo de Juan de Acevedo y María Martínez, y nieto de Diego de Acevedo y María Canin, vecinos que fueron del concejo de Sajambre y parientes de los Acevedo que pleitean.
9. Los vecinos de Oseja desconfían, preguntando por qué utilizan ahora este documento y no antes. Argumentan malicia y falsedad.
10. Ante este nuevo testimonio, la Real Chancillería otorga la razón a los Acevedo emitiendo una ejecutoria a su favor en el año 1697.
11. Pasado un tiempo, los vecinos de Oseja volverán a apelar, los padrones volverán a enviarse a Valladolid y un nuevo pleito se extenderá hasta el año 1704, cuya ejecutoria no se conserva. A los Acevedo se les reconocerá su hidalguía y, a partir de entonces, se mantendrán en el estado noble sin más sobresaltos.
En sus reclamaciones, los pecheros de Oseja se quejaban porque, al haberse hecho hidalgos los Acevedo, se incrementarían las cargas fiscales que sobre ellos recaían. Esto, que puede ser una buena razón para los pecheros, no explica la reacción de los hidalgos, quienes respaldaron siempre al estado general enfrentándose a los Acevedo. ¿Cuáles pudieron ser sus razones?
La ayuda de los miembros de la Casa de la Caneja, de la que los Acevedo fueron fieles servidores, debió ser decisiva en su ennoblecimiento. Parece bastante claro que gracias a la Casa de la Caneja se remata el pleito de hidalguía en 1697 y, posiblemente, gracias a ellos se gana definitivamente en 1702/1704.
Mientras tanto, Doña Francisca de la Caneja recompensaba a Luis de Acevedo traspasándole dos censos suyos, gracias a los cuales éste se convirtió en acreedor de vecinos de Oseja adquiriendo poder (no solo económico) con ello. Y al poco de haber asegurado su hidalguía en 1704, vemos a Gregorio, a Luis o a Fernando de Acevedo ocupando oficios públicos en Oseja y en el ayuntamiento que antes no podían ejercer por pertenecer al estado llano.
Por ejemplo, el 30 de diciembre del mismo año de 1704 Luis de Acevedo presenta un informe jurídico en el que se argumenta sobre su capacidad para desempeñar el oficio de alcalde de la Santa Hermandad. Este Luis de Acevedo que pretendía convertirse en el "jefe de policía" local es el mismo que había acompañado a Leonardo García de Mendoza cuando ambos fueron a arcabucear al prior de Pedrosa y el mismo que se había enfrentado con malos modos al pueblo de Oseja tras ser increpado por entrampar intencionadamente el Camino Real.
Ciertamente, resultaba ser una gran ventaja para la Casa de la Caneja tener en el gobierno local a hombres de su total confianza. Quizás fuera ésta una de las razones que explican el rechazo rotundo (y persistente durante 20 años de pleito) de «todos» los vecinos de Oseja (nobles y pecheros) a aceptar a los Acevedo como hidalgos.
Por ejemplo, el 30 de diciembre del mismo año de 1704 Luis de Acevedo presenta un informe jurídico en el que se argumenta sobre su capacidad para desempeñar el oficio de alcalde de la Santa Hermandad. Este Luis de Acevedo que pretendía convertirse en el "jefe de policía" local es el mismo que había acompañado a Leonardo García de Mendoza cuando ambos fueron a arcabucear al prior de Pedrosa y el mismo que se había enfrentado con malos modos al pueblo de Oseja tras ser increpado por entrampar intencionadamente el Camino Real.
Ciertamente, resultaba ser una gran ventaja para la Casa de la Caneja tener en el gobierno local a hombres de su total confianza. Quizás fuera ésta una de las razones que explican el rechazo rotundo (y persistente durante 20 años de pleito) de «todos» los vecinos de Oseja (nobles y pecheros) a aceptar a los Acevedo como hidalgos.
5 comentarios:
No cabe duda que es muy interesante descubrir la Historia y también ver que en todas las épocas existieron los sobornos y las falsedades...y también saber que...por desgracia, todos salimos "salpicados" por algo...
Este caso está muy bien documentado y esto es lo que nos permite observar con detalle las estrategias de ascenso social puestas en práctica por algunos, por un lado, y el acaparamiento de poder de ciertos grupos, por otro. Son exactamente los mismos fenómenos que existen en otros tantos lugares del reino, solo que, aquí, vistos a través del caso de una pequeña comunidad rural.
No sería raro que hubiera habido más casos, porque en la Edad Media los documentos no hablan de hidalgos, sino de "hombres buenos", de pecheros, que parecen haber sido la mayoría. Pero no hay documentos que nos expliquen qué pasó para que siglos después dominaran los hidalgos. Sin embargo, en el caso de los Acevedo de Sajambre se conserva casi toda la documentación de su largo conflicto. Y esto sirve para analizar cómo era aquella sociedad.
A mi no me interesa hacer la historia de ésta o de aquélla familia. Me interesa saber cómo se vivía en el pasado, cómo la sociedad rural sajambriega se fue adaptando a los tiempos, cómo fue cambiando o cómo fue retrocediendo, cómo le afectaron las coyunturas de cada época, etc. Sé que a la gente le interesan las genealogías, por eso dedico una página a proporcionar datos antiguos. Pero a mí no me interesa esa faceta en absoluto, como tampoco me interesan las batallas o los "grandes hechos". Me interesa el día a día, el trabajo cotidiano de unos para mantener a otros, la lucha por la supervivencia, me interesan las consecuencias de los hechos más que los hechos en sí.
Por otro lado, sin fuentes no se puede escribir la Historia. A veces, algunas personas me preguntan sobre su familia, sobre tal o cual apellido. Y a veces tengo que responder que no hay fuentes, que no se habla de ellos en los documentos. En cambio, cuando aparecen casos bien documentados, como éste de los Acevedo (siempre escrito en la documentación como Acebedo), es un lujo al que se debe sacar partido.
Gracias por ésta explicación tan provechosa ,tan sensata y tan de acuerdo. Por supuesto que eso es Un Historiador/ra.
En mi propia familia hubo Acevedos/Acebedos (una bisabuela al menos), pero esto no me condiciona y no quiero que nada personal lo haga. Un abrazo, Lourdes.
Eso es Ser Libre. Ya se que cuanto más se sabe, más libre se es...
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