FOTO 1.- El coro situado a los pies de la iglesia y cubierto con bóveda de cañón con lunetos. Fuente: picojario.
FOTO 2.- Características y situación del coro respecto a la nave. El espacio se separa mediante un gran arco carpanel. Fuente: picojario.
FOTO 3.- Baptisterio, reutilizado en la actualidad. Fuente: picojario.
El sotocoro y la nave están separados por un gran arco carpanel sobre pilares (FOTO 2). Justo después del ancho arco y al inicio mismo de la nave principal encontramos dos puertas enfrentadas, ambas de arco rebajado. Se trata de la entrada secundaria y de la puerta del baptisterio.
Para el baptisterio, con su pila bautismal de mármol situada en el centro del recinto, se eligió una planta poligonal que queda enmascarada al exterior y que reproduce, a pequeña y muy modesta escala, la más antigua tradición de las iglesias cristianas. Como mandan los cánones (nunca mejor dicho), el espacio está clausurado por una cancela de hierro que, según es preceptivo, debe cerrarse con candado.
Sin embargo, en la actualidad este espacio tiene un uso muy diferente al que ordena el ritual católico y para el que fue diseñado en el siglo XIX, ya que se ha transformado en un lugar multifuncional destinado baptisterio (la pila sigue estando en su sitio), a capilla y a una especie de memorial place (FOTO 3).
Quizás la baja tasa de natalidad de los tiempos contemporáneos haya sido uno de los factores que ha contribuido a terminar por desnaturalizar este pequeño recinto de la iglesia parroquial de Oseja de Sajambre.
FOTO 3.- Baptisterio, reutilizado en la actualidad. Fuente: picojario.
La pronave o sotocoro interior es propiamente la entrada de la iglesia, en uno de cuyos laterales se ubica la escalera de roble que conduce al coro. En el piso superior se abren tres puertas, dos de ellas situadas en cada uno de sus extremos. De estos dos huecos salen los lunetos que se incrustan en la bóveda de cañón que sirve de cobertura a este tramo del interior del templo (FOTO 1).
Como se observa en la FOTO 2 existe un juego visual entre el espacio que forma el arco frontal del coro (el balcón mirado desde la parte superior de la barandilla), los espacios de los muros laterales de la nave que le son inmediatamente contiguos y las ventanas semicirculares que se abren en su interior.
Como se observa en la FOTO 2 existe un juego visual entre el espacio que forma el arco frontal del coro (el balcón mirado desde la parte superior de la barandilla), los espacios de los muros laterales de la nave que le son inmediatamente contiguos y las ventanas semicirculares que se abren en su interior.
El sotocoro y la nave están separados por un gran arco carpanel sobre pilares (FOTO 2). Justo después del ancho arco y al inicio mismo de la nave principal encontramos dos puertas enfrentadas, ambas de arco rebajado. Se trata de la entrada secundaria y de la puerta del baptisterio.
Para el baptisterio, con su pila bautismal de mármol situada en el centro del recinto, se eligió una planta poligonal que queda enmascarada al exterior y que reproduce, a pequeña y muy modesta escala, la más antigua tradición de las iglesias cristianas. Como mandan los cánones (nunca mejor dicho), el espacio está clausurado por una cancela de hierro que, según es preceptivo, debe cerrarse con candado.
Sin embargo, en la actualidad este espacio tiene un uso muy diferente al que ordena el ritual católico y para el que fue diseñado en el siglo XIX, ya que se ha transformado en un lugar multifuncional destinado baptisterio (la pila sigue estando en su sitio), a capilla y a una especie de memorial place (FOTO 3).
Quizás la baja tasa de natalidad de los tiempos contemporáneos haya sido uno de los factores que ha contribuido a terminar por desnaturalizar este pequeño recinto de la iglesia parroquial de Oseja de Sajambre.
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