jueves, 23 de octubre de 2008
FUNDACIONES HISTÓRICAS EN SAJAMBRE: LA IGLESIA DE SANTA MARÍA DE SOTO Y SU CAPELLANIA (I).
sábado, 18 de octubre de 2008
MÁS SOBRE APELLIDOS SAJAMBRIEGOS (IV): LOS PATRONÍMICOS
Hoy voy a hablar de todos los que llevamos apellidos tan comunes como Díaz, Fernández, Ibáñez, González, Martínez o Pérez e, incluso, Alonso, García y Martino.
En un documento del año 1304 que ha llegado hasta nosotros gracias a una defectuosa transcripción del siglo XVIII aparecen individuos llamados Domingo Fernández, Martín Domínguez, Juan Pérez, Domingo Rodríguez. Más adelante, encontramos nombres como Alfonso Pérez, Suero Díaz y Martín Díaz en 1406, María Alonso y Diego Díaz en 1408, Toribio Martínez, García Sánchez, Pedro Díez o Juan Alonso en 1411. Como se ve, pese a su vulgaridad, resultan ser los apellidos más antiguos del valle, hecho que no es privativo de Sajambre, sino que se trata de un fenómeno general que paso a explicar de la manera más sencilla posible.
Todos estos apellidos son patronímicos, lo que quiere decir que derivan del nombre del padre. El proceso histórico que dio lugar a los apellidos más característicos de nuestro país está muy documentado y muy estudiado, de tal manera que
Hasta 1000 aprox. = el apellido deriva del nombre del padre.
De
A partir de 1200/1250 = se adopta el apellido del padre.
No obstante, en determinadas épocas veremos aflorar costumbres algo distintas a la práctica actual, como por ejemplo que los hijos varones adopten el primer apellido del padre y las hijas el de la madre.
El castellano, así como el asturleonés hablado en Sajambre, derivan del latín vulgar y la antroponimia deriva tanto del latín medieval como de las prácticas sociales de dicho período. En la alta Edad Media, la filiación se indicaba diciendo “Pedro hijo de Gonzalo” (“Petrus filius Gundisalvi”) simplificándose en un “Pedro de Gonzalo” o “Petrus Gundisalvi”, en donde el nombre de pila del padre (Gonzalo/Gundisalvus) aparece en genitivo indicando procedencia. A estos nombres en genitivo empieza a añadírseles una desinencia de origen prerromano que tiene el mismo significado: “-z” (“Gundisalviz”). La evolución del latín medieval al romance hará el resto y el antiguo “Gundisalviz” se transformará en el moderno “González” que, por esta razón, significa hijo de Gonzalo.
Paso a enumerar el desarrollo de algunos patronímicos usuales, considerando 1º) que la doble “n” evoluciona a “ñ”; la “e” y la “i” se intercambian, así como la “o” y la “u”; que la “i” larga se convierte en “j” ó “y” según pronunciación; y 2º) que a veces conviven diferentes grafías y diferentes maneras de pronunciar un mismo nombre que sufrirán distintas evoluciones:
ÁLVARO
Aluarus / Alvarus > Alvarii > Álvarez (= hijo de Álvaro)
DIEGO
Didacus > Didaci > Didaz > Díaz / Díez (= hijo de Diego)
FERNANDO
Fredenandus > Fredenandi > Fernandi > Fernández (= hijo de Fernando)
Fredenandus > Ferrandus > Ferrandi / Ferrández / Ferrándiz (= hijo de Fernando)
GONZALO
Gundisaluus/ Gundisalvus > Gundisalvi > Gunsalvi > González / Gonzálvez (= hijo de Gonzalo)
JUAN
Iohannes > Iohanni/Iohanne > Joanniz/Joannes > Juánnes/Yuánnez > Yáñez (= hijo de Juan)
Iohannes > Iohanne > Iohanniz/ Iohannez > Iuánnez > Ivánnez > Ibáñez (= hijo de Juan)
MARTÍN
Martinus > Martini > Martiniz > Martínez (= hijo de Martín)
PEDRO
Petrus > Petri > Petriz > Pétrez > Pérez (= hijo de Pedro)
RODRIGO
Rodericus > Roderici > Rodríguez (=hijo de Rodrigo) y su hipocorístico Ruy > Ruiz (= hijo de Rodrigo)
SANCHO
Sancius > Sancii > Sanz (= hijo de Sancho)
Sancius > Sancho > Sanchiz > Sánchez (= hijo de Sancho)
Otros antropónimos tuvieron el doble uso de nombres de pila y apellidos sin la “-z”, a pesar de que en determinadas épocas se utilizara (Adefonsiz y Garciaz aparece en documentos de los siglos XI y XII). Es lo que sucedió, por ejemplo, con:
Adefonsus > Adefonso > Alfonso > ALONSO (el Martín Alfonso de 1304 es, en realidad, un Martín Alonso). La forma Alonso se utiliza con posterioridad al siglo XVI.
Garcia > recibe la “z” en Garcíaz > para perderla en el posterior GARCÍA. Fue usado como nombre y como apellido.
El hipocorístico de Martinus, MARTÍN se usa como nombre y como apellido.
Martinus > se castellaniza en MARTINO y es variante asturleonesa (recuérdese el célebre Santo Martino de León y los muchos topónimos). Se utiliza como nombre y como apellido.
MÁS SOBRE APELLIDOS SAJAMBRIEGOS: LOS PATRONÍMICOS.
Hoy voy a hablar de todos los que llevamos apellidos tan comunes como Álvarez, Díaz, Fernández, Ibáñez, González, Martínez o Pérez e, incluso, Alonso, García y Martino.
En un documento del año 1304 que ha llegado hasta nosotros gracias a una defectuosa transcripción del siglo XVIII aparecen individuos llamados Domingo Fernández, Martín Domínguez, Juan Pérez, Domingo Rodríguez. Más adelante, encontramos nombres como Alfonso Pérez, Suero Díaz y Martín Díaz en 1406, María Alonso y Diego Díaz en 1408, Toribio Martínez, García Sánchez, Pedro Díez o Juan Alonso en 1411. Como se ve, pese a su vulgaridad, resultan ser los apellidos más antiguos del valle, hecho que no es privativo de Sajambre, sino que se trata de un fenómeno general que paso a explicar de la manera más sencilla posible.
Todos estos apellidos son patronímicos, lo que quiere decir que derivan del nombre del padre. El proceso histórico que dio lugar a los apellidos más característicos de nuestro país está muy documentado y muy estudiado, de tal manera que
Hasta 1100 aprox. = el apellido deriva del nombre del padre.
De
A partir de 1200/1250 = se adopta el apellido del padre.
No obstante, en determinadas épocas veremos aflorar costumbres algo distintas a la práctica actual, como por ejemplo que los hijos varones adopten el primer apellido del padre y las hijas el de la madre.
El castellano, así como el asturleonés hablado en Sajambre, derivan del latín vulgar y la antroponimia deriva tanto del latín medieval como de las prácticas sociales de dicho período. En la alta Edad Media, la filiación se indicaba diciendo “Pedro hijo de Gonzalo” (“Petrus filius Gundisalvi”) simplificándose en un “Pedro de Gonzalo” o “Petrus Gundisalvi”, en donde el nombre de pila del padre (Gonzalo/Gundisalvus) aparece en genitivo indicando procedencia. A estos nombres en genitivo empieza a añadírseles una desinencia de origen prerromano que tiene el mismo significado: “-z” (“Gundisalviz”). La evolución del latín medieval al romance hará el resto y el antiguo “Gundisalviz” se transformará en el moderno “González” que, por esta razón, significa hijo de Gonzalo.
Paso a enumerar el desarrollo de algunos patronímicos usuales, considerando 1º) que la doble “n” evoluciona a “ñ”; la “e” y la “i” se intercambian; que la “o” deriva en “u”; que la “i” larga se convierte en “j” ó “y” según pronunciación; y 2º) que a veces conviven diferentes grafías y diferentes maneras de pronunciar un mismo nombre que sufrirán distintas evoluciones:
ÁLVAREZ
Aluarus / Alvarus > Alvarii > Álvarez (= hijo de Álvaro)
DIEGO
Didacus > Didaci > Didaz > Díaz / Díez (= hijo de Diego)
FERNANDO
Fredenandus > Fredenandi > Fernandi > Fernández (= hijo de Fernando)
Fredenandus > Ferrandus > Ferrandi / Ferrández / Ferrándiz, Ferrandi (= hijo de Fernando)
GONZALO
Gundisalvus > Gundisalvi > Gunsalvi > González / Gonzálvez (= hijo de Gonzalo)
JUAN
Iohannes > Iohanni/Iohanne > Joanniz/Joannes > Juánnes/Yuánnez > Yáñez (= hijo de Juan)
Iohannes > Iohanne > Iohanniz/ Iohannez > Iuánnez > Ivánnez > Ibáñez (= hijo de Juan)
MARTÍN
Martinus > Martini > Martiniz > Martínez (= hijo de Martín)
PEDRO
Petrus > Petri > Petriz > Pétrez > Pérez (= hijo de Pedro)
RODRIGO
Rodericus > Roderici > Rodríguez (=hijo de Rodrigo) y su hipocorístico Ruy > Ruiz (= hijo de Rodrigo)
SANCHO
Sancius > Sancii > Sanz (= hijo de Sancho)
Sancius > Sancho > Sanchiz > Sánchez (= hijo de Sancho)
Otros antropónimos tuvieron el doble uso de nombres de pila y apellidos sin la “-z”, a pesar de que en determinadas épocas se utilizara (Adefonsiz y Garciaz aparece en documentos de los siglos XI y XII). Es lo que sucedió, por ejemplo, con:
Adefonsus > Adefonso > Alfonso > ALONSO (el Martín Alfonso de 1304 es, en realidad, un Martín Alonso). La forma Alonso se utiliza con posterioridad al siglo XVI.
Garcia > recibe la “z” en Garcíaz > para perderla en el posterior GARCÍA. Fue usado como nombre y como apellido.
El hipocorístico de Martinus, MARTÍN se usa como nombre y como apellido.
Martinus > se castellaniza en MARTINO y es variante asturleonesa (recuérdese el célebre Santo Martino de León y los muchos topónimos). Se utiliza como nombre y como apellido.
miércoles, 8 de octubre de 2008
MÁS SOBRE APELLIDOS SAJAMBRIEGOS (IV): BLANCO, REDONDO, MENDOZA.
REDONDO.- Es apellido dominante en Pio desde el año 1552. En 1558, un Juan Alonso Redondo es juez del Concejo de Sajambre (Archivo Piñán, Toribio de Granda 1598-05-04) y en 1607 lo es un Juan Redondo (Archivo Piñán, Sancho Díaz 1607-11-20). El apellido se documenta en Vierdes desde 1637, pero es minoritario en estos siglos. Se extiende a finales del siglo XVI por el norte de Castilla. En 1653 hay Redondos en Caín. En 1674, Alfonso de Redondo es regidor del concejo de Vierdes y Pío. En 1692, un Pedro Redondo, vecino de Pío, representa a la Asamblea Vecinal de Vierdes y Pío en un pleito contra la de Oseja (Archivo Particular s/s). En 1753 un Pedro Redondo Díez era dueño de un molino harinero en Pio o en Vierdes. En un documento de 1631 todos los testigos de Pio presentes al acto documental se apellidan Redondo (Archivo Piñán, Sancho Díaz 1631-01-21).
MENDOZA.- Como muchos de los apellidos del valle aparece documentado por primera vez en Soto en el siglo XVI, en concreto en el año 1552. Desde 1607 está atestiguado también en Oseja. Hubo dos notarios públicos en la familia (uno en el siglo XVII y otro en el XVIII) y en 1672, una María de Mendoza vivía en Los Llanos de Valdeón. Se desconoce la procedencia de las familias sajambriegas designadas con este apellido, hoy muy extendido por toda España y América.
Durante la Edad Media fue apellido noble. De esta familia proceden muchos títulos nobiliarios como el de Marqués de Santillana (Íñigo López de Mendoza). El padre de don Íñigo fue don Diego Hurtado de Mendoza, Almirante de Castilla. Su abuelo fue don Pedro González de Mendoza y su bisabuelo, don Gonzalo Yáñez de Mendoza, pertenecía al linaje oriundo de la Torre de Mendiotz, en Álava, solar de los Señores de Vizcaya. Los herederos del Marqués de Santillana, como su hijo el cardenal Mendoza, fueron Duques del Infantado (con casa en Potes) y los Reyes Católicos nombraron a don Juan Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete.
Lamento tener que descender a la tierra desde estas altas alcurnias, en serio que lo siento, pero lo que acabo de exponer no quiere decir que todos los Mendoza actuales desciendan de la alta nobleza castellana.
En los siglos XVI y XVII, la mayoría de los españoles se afanaban por ocultar sus orígenes ante las estrictas leyes que exigían la pureza de sangre para casi todo, o intentaban escapar de la Inquisición por culpa de cualquier acusación, generalmente falsa, de un convecino envidioso. Los apellidos y aun los nombres de pila denunciaban el origen social y, a menudo, racial y religioso, razón por la cual a partir del siglo XVI la gente empieza a cambiarse los apellidos. Este fenómeno tan característico de la España de los siglos XVI y XVII ha sido muy estudiado y es, por tanto, muy conocido. Entre las varias estrategias que se utilizaron para tal fin se encuentra la de sustituir antiguos apellidos "poco claros" por otros que eran típicos de familias de las que nadie dudaba, como por ejemplo la vieja nobleza castellana. Y he aquí que los dos apellidos más solicitados por los leoneses y castellanos que decidían ocultar antiguas mezclas de sangre fueron, precisamente, Mendoza y Guzmán (ya hemos visto a los Mendoza, recuérdese que Guzmanes eran los Medinaceli y los Medina Sidonia). También los nobles cedían su apellido a los que apadrinaban, incluso a miembros de sus criazones o, sencillamente, los Mendoza sajambriegos pueden proceder de la villa alavesa del mismo nombre sin conexión alguna con los nobles del lugar. Las razones que pueden explicar el origen de este apellido entre nosotros es muy diverso.
Personalmente he de decir que no sé de dónde proceden los Mendoza sajambriegos, pero lo que la Historia dice lo acabo de redactar. Ruego que no se mate al mensajero, que a estas alturas ya voy bien servida.