sábado, 8 de febrero de 2020

ZAMARRÓN Y ZAMARRONES EN SAJAMBRE


Estamos en el mes del carnaval y quiero transmitir lo que conozco en Sajambre sobre una costumbre ancestral, extendida por la Península y común a la cultura rural de Asturias, Cantabria, León, Zamora y Salamanca.   

Es imposible hacer una síntesis, en un espacio como este, de lo mucho que se ha escrito y publicado sobre lo que se denomina zamarrones en esta parte de España, aunque sigue siendo referencia obligada el estudio del carnaval de Julio Caro Baroja (1).

Hay noticia de la palabra y del concepto desde muy atrás en el tiempo. Sirvan de muestra los siguientes casos, que no son los únicos que existen.      

Época romana, Antigüedad Tardía y Edad Media, Julio Caro Baroja: Ya los primeros Padres de la Iglesia, latinos y griegos, se encontraron que en todo el ámbito del Imperio Romano, desde comienzo de año, es decir, desde enero, hasta avanzada la estación, hasta la Primavera, solían salir máscaras, sobre todo en las barriadas rurales en los pueblos, precisamente con cencerros, con cucuruchos, con trajes estrambóticos, y hay una cantidad considerable de sermones y de cánones penitenciarios y de disposiciones religiosas cristianas contra estas prácticas” (2).   

Siglo XIII. Alfonso X, Partida VII, Título 6º (De los infamados), ley 4ª: "Otrosí son enfamados (infames)  los juglares e los remedadores e los facedores de los zaharrones que públicamente antel pueblo cantan o bailan o facen juego por precio que les den”.    

Siglo XV. Las máscaras de los çaharrones o buharrachos se documentan en la traducción que Pedro Díaz de Toledo hizo en 1447 de Platón.   

1540-1553. Repertorio universal de las leyes de Castilla, reproduce la disposición de las Partidas: “Y, ansimesmo, son infames... los hazedores de los çaharrones que públicamente andan por el pueblo, y cantan, y baylan, y hazen juegos”.     

Año 1601. Francisco del Rosal, Diccionario etimológico, Biblioteca Nacional de España, T-127, p. 193: "çagarrones, que otros dicen çaarrones o çaharrones y çarraones, son figuras ridículas de enmascarados que acostumbran ir detrás de las fiestas, procesiones o máscaras para detener y espantar la canalla enfadosa de muchachos que en semejantes fiestas inquietan y enfadan, y assí, para más horror de éstos, los visten en hábitos y figura de diablo, por lo qual en Zamora los gagarrones son llamados diablícalos".  

1611. Sebastián de Covarrubias, Tesoro de la lengua castellana o española, p.390 (f.261v): "çaharrón, el momarrache o botarga que en tiempo de carnabal sale con mal talle y mala figura, haciendo ademanes algunas vezes de espantarse de los que topa, y otras de espantarlos” (3).  

¿Y en Sajambre qué? 

Para empezar, existen los siguiente topónimos: la Cuenya del Zamarrón o Cuenya Alta del Zamarrón y el arroyo del Zamarrón, tal y como se citan en un deslinde municipal de 1928; todos situados cerca de la divisoria con Amieva. 

En 1444 se documenta el Argayo del Çamarrón en el mismo lugar (4).    

Además José Díaz y Díaz-Caneja en su Vocabulario sajambriego (voz zamarrón) escribió lo siguiente:

«Zamarrón. m. Disfrazado o enmascarado en general, de ordinario zafia y extravagantemente ataviado, objeto de irrisión o mofa general. Ú. m. en pl. para designar a los que por carnavales son acompañados o seguidos por las cencerradas tradicionales. Si estos zamarrones, de origen inmemorial en Sajambre, no difieren mucho de los de otras poblaciones y comarcas, mucho se ha fantaseado respecto a ellos. Apenas pueden ser reconocidos en los textos consultados, en ninguno o casi ninguno de los cuales llevan exactamente esta denominación tradicional sajambriega» (p.564).  

«Apenas pueden ser reconocidos en los textos consultados», dice mi tío abuelo. Menos mal que, a día de hoy, conocemos muchos más ‘textos’ que en su época. 

En el Archivo de la Casa Piñán hay un documento hecho en Ribota en el año 1667, donde se registra el uso de la palabra «camarón» como insulto. 

Ésa es la ortografía del escribano, que puede y debe interpretarse como çamarrón porque en muchas ocasiones la misma persona escribe: Goncalo por Gonçalo, Goncález por Gonçález, cardo por çardo, tiera por tierra, incurido por incurrido y muchos otros casos similares. Todo esto (c/ç y r/rr) es propio de la ortografía de los siglos XV, XVI y XVII en esta zona geográfica y en otras partes de España.     

Recordemos ahora la grafía del topónimo de 1444 que se registra en un documento hecho por mano del escribano público Diego Díez de Valdeón en escritura gótica cursiva cortesana: Argayo del Çamarrón. O con más precisión: ÇamaRon, donde la R mayúscula situada en el medio de una palabra escrita con minúsculas representa siempre el sonido fuerte de la erre castellana en las escrituras de la Baja Edad Media (para más señas, la tipificación gótica de la R capital romana muy usada en las cursivas y en las híbridas castellanas).    

Aunque el término çamarrón (camaron) aparezca escrito en singular en el documento de 1667, lo interesante del caso es que se menciona en un instrumento judicial porque se usó para insultar a un vecino de Ribota, definiéndolo el propio demandante como palabra injuriosa, por lo que no puede tener otro significado que el de «objeto de irrisión o mofa general», que he destacado en la definición del Vocabulario sajambriego, junto con el carácter infamante que poseyeron los zamarrones desde las Partidas de Alfonso X. 

En consecuencia, este caso de 1667 es el registro documental más antiguo de Sajambre y quizás sea también el más antiguo de la comarca de Riaño, donde la palabra zamarrón se usó con un significado muy cercano al de los zamarrones carnavalescos.    


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NOTAS

1.- Julio Caro Baroja, El Carnaval. (Análisis histórico-cultural), Taurus, Madrid, 1979.

2.- Manuel Garrido Palacios, “Itzea 1976. Conversaciones con Don Julio Caro Baroja al hilo de los Carnavales de Zubieta, Ituren y Lanz (Navarra)”, Revista Folklore, 181 (1996). 

3.- Edición facsímil del impreso de 1611 preparada por Martín de Riquer y editada en Barcelona en 1943.

4.- Elena E. Rodríguez Díaz, Valdeón: Historia y colección diplomática, Oviedo, 2000, n.35, p.317.

4 comentarios:

Iñaki Guarda dijo...

Muy buenas.
¿Se podría etiquetar esta entrada también como toponimia?
Te lo comento para poder acceder a todas las entradas de este blog relacionadas con esta materia, de cara a una revisión de la toponimia del proyecto RAÍCES.
Por otro lado, mencionar que en el citado proyecto se han recogido dos topónimos relacionados con este tema, el Zamarrón y riega el Zamarrón. No tenemos cuenya, pero se preguntará por ella.
La riega el Zamarrón es la de mas al sur de las dos que nacen en el monte del mismo nombre y termina por unirse al río Dobra, unos 250, aguas abajo, de la cabaña del Robledo, en Carombo. El monte el Zamarrón, de 300 hectáreas aproximadas, es un lugar de bosque y bloques calizos situado en el anfiteatro que forman los contrafuertes orientales de la peña Beza sobre Carombo.
Por si a alguien le sirve para ubicarse.
Un saludo.

Elena E. Rodríguez Díaz dijo...

Gracias, Iñaki. Ya he puesto la etiqueta de "Toponimia".

lourdes vega dijo...

Con respecto a los Zamarrones yo, al menos no conocí nada en Sajambre...sí sabía cómo se celebraban en Riaño con motivo de los Carnavales y siempre me extrañó que en Oseja no existía el menor indicio...al menos que yo supiera. Gracias Elena por ampliar mis conocimientos, toda la vida aprendiendo y ¡Cuánto ignoramos...!

Elena E. Rodríguez Díaz dijo...

Lourdes, no recuerdas los zamarrones de Sajambre porque salían en carnaval y el carnaval estuvo prohibido durante todo el Franquismo desde 1937, salvo en Cádiz y poco más, donde le cambiaron el nombre y la censura campó a sus anchas.

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