jueves, 26 de marzo de 2009

MÁS SOBRE APELLIDOS SAJAMBRIEGOS: Martino y Bulnes.

MARTINO: Me referí a este apellido al hablar de los patronímicos y, en concreto, de aquellos que tenían su origen en un nombre de pila sin la presencia del sufijo –z. Allí mencionaba también cómo Martino debe entenderse como una simple variante asturleonesa de Martín, derivada directamente de la forma latina (Martinus) y recordaba para ello tanto el caso del monje viajero, Santo Martino de León, como los varios topónimos así designados en lengua romance (entradas de 2008-10-18 y 2008-10-12, etiqueta: Nombres).

Quiero ahora hablar de los casos que aparecen en los documentos de los archivos históricos. La forma más antigua que conozco hasta el momento utilizada como apellido en la comarca es la de un Gonzalo Martino que aparece en un documento fechado el 18 de julio del año 1409. Este “Gonçalo Martino” fue vecino de Riaño y uno de los procuradores que arriendan para su concejo el término de El Frade al concejo de Valdeón por 6 años (1).

Tanto el Martino sajambriego, como los “otros Martinos” documentados en todo el antiguo reino de León, han de tener dos únicas procedencias: o patronímica o toponímica. Toponímico sería el origen del apellido de este Gonzalo si procediera del lugar de Valmartino (>valle de Martinus), a 3 km de Cistierna y a 30 km del propio Riaño. Y patronímico sería si se quisiera indicar, por ejemplo, "Gonzalo (hijo) de Martino".

Son razones por las que no creo plausible una idea que goza de cierto predicamento entre algunos vecinos de Soto y que afirma que el apellido Martino sajambriego tuvo un origen italiano. No es argumento aceptable que exista un apellido idéntico en Italia (como tantas otras palabras, pues las dos lenguas tienen el mismo origen en el latín, en este caso en la voz latina Martinus). No considero aceptable esta hipótesis cuando está perfectamente documentada en España y, en concreto, en el solar del antiguo reino de León, la forma romance en nombres y en apellidos; cuando Soto jamás se caracterizó por ser un enclave abierto a la influencia foránea, sino todo lo contrario; y cuando lo que este apellido atestigua es, en realidad, la pervivencia de una arraigada tradición lingüística autóctona.

En Sajambre, el apellido Martino ya aparece en los padrones de 1552 y está sobradamente documentado en los siglos XVI y XVII hasta la actualidad. Estoy convencida de que si no aparece antes en las fuentes es por la escasez de documentos conservados.

BULNES:
Naturalmente, el origen de este apellido es de carácter toponímico y procede de la aldea cabraliega así llamada. Documentado en Cabrales y Liébana desde la Edad Media como indicativo de procedencia, no aparece en los padrones sajambriegos de 1552 y 1555. La primera persona, documentalmente conocida, que portaba este topónimo en su nombre fue la madre del Arcediano, Juana Fernández, llamada de Bulnes, no porque fuera éste su segundo apellido sino porque procedía de este pueblo cabraliego. El Arcediano nace hacia 1583, luego hemos de situar a Juana Fernández en Oseja en el último tercio del siglo XVI.

Durante la mayor parte del siglo XVII sólo hubo una familia que llevaba el Bulnes en su apellido: la de Juan Díez de Bulnes que está documentado en 1607 como vecino de Soto de Sajambre, (Archivo Piñán, Sancho Díaz 1607-11-20). El apellido aparece en los padrones de 1680 como “Díez de Bulnes” vinculado únicamente al pueblo de Soto (5). Hay que esperar a 1705 para encontrar una segunda familia, la de Juan González de Bulnes, que fue juez del Concejo de Sajambre.

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NOTAS
(1) El documento está editado íntegramente en mi estudio: Elena E. Rodríguez Díaz, Valdeón: Historia y Colección Diplomática. El occidente de Picos de Europa en la Edad Media, ed. RIDEA, Oviedo 2000, n.19, 245-246.
(2) Los casos son muy abundantes en la documentación sajambriega: Xuan de Gutierre, Xuan de Gonzalo, Pedro de Suero, María de Simón, etc.
(3) Puede verse en Valdeón: Historia y Colección Diplomática, 324.
(4) Basta hacer una pequeña indagación superficial en la base de datos del Portal de Archivos Españoles.
(5) E. Martino, La Montaña de Valdeburón, Madrid 1980, 122.

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