De los censos que se hicieron en el siglo XVIII
destinados a conocer la población española real, el del Conde de Aranda se
llevó a cabo entre los años 1768 y 1769 (1). Al año 1769 corresponde la
información relativa al concejo de Sajambre, que enviaron al rey los dos
párrocos del valle, porque el censo se realizó por obispados y
parroquias.
Cada clérigo tuvo que responder a un mismo
cuestionario en el que debía constar el número de párvulos hasta 7 años, de 7 a
16, de 16 a 25, de 25 a 40, de 40 a 50 y mayores de 50, divididos por sexo y
por estado civil. Aparte se debía indicar el número de exentos
de impuestos, es decir, los hidalgos, los que estuvieran en la milicia y los
que trabajaran para la Real Hacienda, Cruzada e Inquisición, así como el número
de clérigos y de sirvientes de la Iglesia.
De Sajambre aparecen datos de las parroquias de
Santa María de la Asunción y Santa María del Pópulo, su anexo, que
correspondían a los “lugares de Oseja y Soto de Sajambre”; y la de San Juan
Bautista y Santa Marina, su anexo, que correspondían a los “lugares de Rivota,
Vierdes y Pió”. Las dos parroquias aparecen adscritas al arciprestazgo de
Valdeburón, al corregimiento de la Merindad de Valdeburón y al concejo de
Sajambre, en el obispado y provincia de León.
Obsérvese que la iglesia de Soto ha adoptado como
advocación la de la capellanía fundada por doña Juana González de Coco y que
todavía depende de la de Oseja que, a su vez, ya se identifica como Santa María
de la Asunción. En el asiento de la parroquia de Oseja se añadió una nota
advirtiendo que, desde hacía tiempo, había dos varones fuera del concejo sin que
se conociera su paradero. Los dos estaban casados.
PARROQUIA DE SANTA MARÍA DE LA ASUNCIÓN (OSEJA) Y SU ANEXO, SANTA MARÍA DEL PÓPULO (SOTO)
386 almas censadas, con un total de 193 varones y
193 hembras, más el único cura de la parroquia. De estos 386 individuos son
hidalgos 372, uno de los porcentajes de hidalguía (96’3%) más elevados de
Valdeburón. No se registra nadie más exento.
SOLTEROS
135 varones y 133 hembras.
Varones: hasta 7 años (32), de 7 a 16 (45), de 16
a 25 (39), de 25 a 40 (10), de 40 a 50 (5), más de 50 (4).
Hembras: hasta 7 años (30), de 7 a 16 (47), de 16
a 25 (22), de 25 a 40 (12), de 40 a 50 (12), más de 50 (10).
CASADOS
58 varones y 60 hembras.
Varones: de 16 a 25 (0), de 25 a 40 (31), de 40 a
50 (23), más de 50 (4).
Hembras: de 16 a 25 (3), de 25 a 40 (30), de 40 a
50 (27), más de 50 (0).
Comentario: Como se observa, entre los solteros
hay una mayor mortalidad en la franja de 25 a 40 años, mientras que entre los
casados la mortalidad se retrasa al tramo de más de 50 años, con un paso dramático de 23 casados a 4. Las mujeres solteras son más
longevas que las casadas, seguramente por los riesgos de los partos. Los 4
hombres de más de 50 años y la ausencia de mujeres de dicha edad confirma la
ancianidad que poseían los sexagenarios en aquella época, a la que alude a menudo la
documentación notarial.
PARROQUIA DE SAN JUAN BAUTISTA (RIBOTA) Y SU ANEXO, SANTA MARINA (VIERDES Y PÍO)
285 almas censadas, con un total de 139 varones y
146 hembras, más el único cura de la parroquia. De estos 285 individuos son
hidalgos 181 (63’5%) y hay 1 en el Real Servicio.
SOLTEROS
93 varones y 100 hembras.
Varones: hasta 7 años (24), de 7 a 16 (34), de 16
a 25 (20), de 25 a 40 (10), de 40 a 50 (8), más de 50 (4).
Hembras: hasta 7 años (23), de 7 a 16 (36),
de 16 a 25 (18), de 25 a 40 (10), de 40 a 50 (5), más de 50 (8).
CASADOS
46 varones y 46 hembras.
Varones: de 16 a 25 (3), de 25 a 40 (21), de
40 a 50 (17), más de 50 (5).
Hembras: de 16 a 25 (3), de 25 a 40 (21), de 40 a
50 (17), más de 50 (5).
Comentario: En el Tercio de Allende el Agua, las
mujeres parecen algo más longevas que en Oseja y en Soto. No mucho, porque al llegar a
la cincuentena se produce una reducción drástica de mujeres casadas (de 17 a
5), pero al menos 5 sobrepasaron los 50 años. La población femenina se iguala a la masculina en índices de mortalidad y ambas se casan en la misma franja de edad, a partir de los 25
años, lo que parece tarde para la época. La progresión de la mortalidad entre sexos parece más equilibrada que en Oseja y
Soto.
PROCENTAJES DE HIDALGUÍA EN LAS LOCALIDADES DE VALDEBURÓN, TIERRA DE LA REINA Y RIAÑO SEGÚN EL CENSO DE ARANDA
Huelde 124 de 124 – 100%
Salamón 129 de 129 – 100%
Villafrea de la Reina 206 de 206 – 100%
Pedrosa del Rey 244 de 247 – 98’7%
Liegos 177 de 180 – 98’3%
Oseja y Soto de Sajambre 372 de 386 – 96’3%
Carande 268 de 285 – 94%
Polvoredo 160 de 201 – 79’6%
Ribota, Vierdes y Pío de Sajambre 181 de 285 –
63’5%
Boca de Huérgano 123 de 233 – 52’7%
Los Llanos (Santa Eulalia de
Valdeón) 171 de 344 – 49’7%
San Pedro (Soto de Valdeón) 130 de 282 – 46%
Riaño 254 de 587 – 43’2%
Acebedo 148 de 351 – 42’1%
Anciles 59 de 149 – 39’5%
Burón 152 de 403 – 37’7%
Maraña 131 de 385 – 34%
Caín (Santo Tomás) 25 de 74 – 33’7%
Santa Marina de Valdeón 51 de 172 – 29’6%
Cuénabres 40 de 162 – 24’6%
Vegacerneja 59 de 276 – 21’3%
Espejos de la Reina 17 de 88 – 19’3%
Lario 49 de 288 – 17%
La Uña 41 de 249 – 16’4%
Éscaro 200 de 364 – 10’9%
Siero de la Reina 26 de 182 – 14’2%
Besande 14 de 216 – 6’4%
Casasuertes 3 de 116 – 2’5%
Barniedo de la Reina 20 de 242 – 0’8%
Llánaves de la Reina 0 de 109 – 0%
El porcentaje de hidalgos en España en 1768 era
del 7'7% (722.794) sobre una población total de 9.309.804 (2); era lo que
quedaba del 10% de nobles que existían a finales del siglo XVI. Según el Censo
de Floridablanca, publicado en 1787, en lo que aparece como provincia de León, la hidalguía suponía el 8'8% (22.016) del
total de la población censada (250.134 almas). En la vecina Asturias, la hidalguía total suponía un 32'8% (114.174) sobre
una población censada de 347.776 almas.
El norte de León, y en él Sajambre, se aproxima
más al modelo asturiano que a lo que sucede en el resto del territorio leonés y
los niveles de hidalguía que llegan al siglo XVIII aumentan según nos dirigimos
hacia la Cordillera. A modo de ejemplo, en una localidad de la montaña central
leonesa, como Canseco, son hidalgos el 100% de sus habitantes. Aunque con
fluctuaciones, estos porcentajes disminuyen según nos orientamos hacia el sur.
Esto es un fenómeno conocido y muy estudiado. Incluso en la propia época, la
defensa de un origen "montañés" se utilizaba como argumento de peso
en las pretensiones de hidalguías (3). Sin embargo, también es verdad que
existieron muchos engaños y que en el siglo XVII se ennoblecieron muchos de
manera fraudulenta, como ya mostraba el propio Domínguez Ortiz. En este mismo
blog presentamos el caso de los Acevedo, de Oseja, que pasaron de pecheros a
hidalgos por voluntad de sus valedores enriquecidos, y algunos documentos
bajomedievales parecen transmitir la idea de que, entonces, el estado noble no
estaba tan extendido como en los siglos XVII y XVIII. La verdad es que no
resulta nada fácil dilucidar el origen de estas desigualdades.
____________________________
NOTAS
(1) Instituto Nacional de Estadística, Censo del Conde de Aranda, T. V, ns. 402 y
491.
(2) F. Menéndez Pidal de Navascués, La
nobleza en España: ideas, estructuras, historia, Madrid: BOE - RAH, 2008,
p. 324.
(3) J. Pérez León, "El fraude en la
hidalguía: intrusiones en el estado de hijosdalgo durante el siglo
XVIII", Estudios Humanísticos. Historia, 9 (2010), p.
125.
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