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SECCIÓN II: Páginas monográficas

viernes, 19 de marzo de 2010

EL BARRIO DE CALDEVILLA DE OSEJA: La Torre (final).

Como se ve en la cronología del post anterior, los señores laicos ambicionaron y disputaron Sajambre y las tierras de las Montañas durante todo el siglo XIV y todo el siglo XV(1). A esto hay que añadir las guerras civiles de la época, que tuvieron que afectar a Sajambre de alguna manera. E, incluso, pudo verse afectado también por otros conflictos armados en los que estuvieron envueltas las vecinas tierras asturianas. Por ejemplo, los concejos limítrofes con Sajambre de Ponga y Amieva estuvieron involucrados en la guerra entre Juan I y el bastardo Alfonso Enríquez, conde de Noreña, en el siglo XIV. No sería extraña alguna posible amenaza procedente de Asturias, porque no olvidemos que tanto La Torre de Oseja, como alguna otra casa fuerte, estaban emplazadas en lugares que, entre otras cosas, controlaban los pasos naturales entre Oseja y Asturias.

Los que señorearon en Sajambre fueron un nieto de Alfonso X El Sabio, llamado don Juan de Haro y apodado “el Tuerto”, que fue señor de Vizcaya y uno de los tutores durante la minoría de Alfonso XI; don Fadrique de Castilla y Ponce de León, duque de Benavente e hijo bastardo de Enrique II; la Casa de los Prado de Valdetuéjar y ya en el siglo XV, Juan de Tovar, señor de Tierra de la Reina.

Esto que sepamos.

Don Juan El Tuerto y Don Fadrique murieron ajusticiados por los monarcas a los que robaron y contra los que se rebelaron, Alfonso XI y Juan I respectivamente. Sobre los Prado de Valdetuéjar, varias veces recriminados, amenazados y castigados por los reyes, habría mucho que escribir. Y el castillo de Juan de Tovar fue asaltado en una rebelión armada por los habitantes de la Merindad de Valdeburón, que continuaron quejándose por escrito al rey por la actuación del de Tovar durante los años en los que sirvió como merino.

Pero es que además de estos nobles conocidos, Sajambre y los concejos realengos que formaron la Merindad de Valdeburón estuvieron rodeados por otros señoríos laicos y eclesiásticos, con los que seguramente existieron conflictos. A lo largo de los siglos XIV y XV, algunos de ellos fueron: los condes de Luna en Maraña; la Casa asturiana de Junco en el concejo de Caín; la Iglesia de León en el concejo de Santa Marina; los Quiñones en Lillo y Maraña; los Guzmanes en Crémenes, Acebedo y Riaño; los Cifuentes en Riaño y los Enríquez, futuros marqueses de Tábara, en Salio, La Puerta y Riaño; Tierra de la Reina siempre en manos de los Tovar y sus ascendientes; el señorío de Noreña llegaba hasta las fronteras mismas de Sajambre que delimitaban, al mismo tiempo, las Asturias de Oviedo del reino de León; etc.

Todos ellos debieron tener baluartes defensivos en los concejos que señoreaban. Hasta nosotros llegó la Torre de los Tovar y los restos del castillo hallados tras la excavación arqueológica, en Boca de Huérgano. Por los documentos sabemos que los Prado habían construido un castillo en algún lugar de la Merindad que nos es desconocido. Cualquiera de ellos pudo haber mandado edificar torres y/o casas fuertes en Oseja.

Lo que está claro es que si existió una torre bajomedieval, existió también un centro de poder señorial relacionado con ella. No sería nada raro que ese centro de poder hubiera existido en el siglo XIV, que fue la época más conflictiva (2). Las características arquitectónicas de La Torre encajarían en esta datación.

Quiero terminar este artículo recordando unas estrofas (72, 73, 80 y 81) del Poema de Alfonso Onceno que retratan mejor que nada el sufrimiento del pueblo llano ante los frecuentes abusos de la nobleza en aquel convulso siglo XIV:

En este tiempo los señores
Corrían a Castiella,
Los mesquinos labradores
Pasavan grant mansiella.

Los algos(3) les tomavan
Por mal e por codiçia,
Las tierras se hermavan
Por mengua de justiçia.

(...)
Los tutores a las tierras
Se fueron quanto podían,
Non dexaron faser guerras
Bien asý commo solían.

Cadal día ases parando,
Astragando los menores,
Las tierras robando,
Matando los labradores.


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NOTAS
(1) Para completar esta información puede verse mi estudio Valdeón: Historia y Colección Diplomática. El occidente de Picos de Europa en la Media, Oviedo 2000, pp.140-156.

(2) Del siglo XIV es también la fortaleza de Boca de Huérgano. Por otro lado, existe una teoría formulada para explicar la realidad de la vecina Cantabria, que en nada difiere del resto del norte peninsular, que dice que las torres señoriales de la Baja Edad Media se construyeron en pueblos en los que había existido un palatium durante la Alta Edad Media. Bien, pues en este supuesto, Oseja también encajaría.
(3) Los "algo": hijos de algo, hidalgos.

3 comentarios:

Elena dijo...

Que nadie vuelva a decir, ni a escribir, que por la pobreza de Sajambre, el concejo no interesó nunca a nadie. La percepción que podemos tener en la actualidad de las cosas puede ser muy diferente a la realidad de épocas pasadas.

Los documentos medievales son claros y rotundos. La cronología presentada es altamente significativa.

Y durante la Edad Moderna, las casas nobiliarias seguirán interesándose por los pastos de alta montaña de Sajambre para sus ganaderías. Hasta el siglo XIX estuvieron los nobles arrendando los altos puertos de Sajambre al Concejo.

Lourdes Vega dijo...

Muy bien Elena, puedes estar segura que por mi parte lo creo firmemente, por algo dedicas tu vida a la investigación y con toda tu alma, hacia todo lo referente a la tierra de tus mayores y tambien tuya que es la mía a mucha honra...Muchas gracias...para mí muy interesante todo y contenta de saber algo más.

Elena dijo...

La percepción de la pobreza antes y después de la industrialización es muy diferente. Hasta el siglo XIX estuvieron condes y marqueses trayendo sus ganados a pastar a Sajambre (ya iré dando a conocer las noticias). E incluso alguno puso pleito al Concejo porque exigía cosas a las que los sajambriegos se negaban. Ya en el siglo X, al monasterio de Sahagún le interesaba Sajambre por sus pastos. Eran lugares codiciados por esta razón principal.

Pero, además, en la Edad Media, cualquier rincón era bueno para engrosar los dominios de un noble. Eso era poder, aparte del rendimiento económico que pudieran obtener. Fuese el concejo lo que fuese, había hombres que pagaban rentas e impuestos, que estaban obligados a ir a la guerra con su señor, etc.

A menudo se tiende a juzgar el pasado con la mentalidad actual. Esto es un error en Historia.

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