domingo, 29 de mayo de 2016

LOS PORTALES ANTIGUOS DE LAS CASAS SAJAMBRIEGAS



La fisonomía de la casa sajambriega anterior a 1800 era diferente a lo que llegó como casa tradicional al siglo XX. Uno de los elementos arquitectónicos que marcaba dicha diferencia eran los portales o portaladas, voces que son sinónimas en Sajambre, según la segunda acepción que ofrece el Diccionario General de la Lengua Asturiana (1). 

Para empezar, muchas de las casas sajambriegas de la Edad Moderna tenían dos portales, uno en la parte delantera de las casas y otro en la parte trasera. Al mismo tiempo, algunas lo tenían solo delante de la puerta principal y otras solo en la parte trasera.  

Vierdes, 1721. Inventario post mortem de Juan de Granda: «ynbentariaron la mitad de la casa en que bibía dicho difunto, que se conpone de mitad de cozina, establo, pajar, portal atrás y adelante, y bodega, que linda con órrio de Cosme de Granda y Camino Real». 

Soto, 1699. Inventario post mortem de Juan de Martino, el que fuera Merino Mayor de Valdeburón: «la casa en que al presente bebía que se conpone de coçina, sala, aposentos, bodega y portal y establos, que en todo son seis bigadas de casa, con su portal al lado de atrás, según linda toda con el río caudal y con los güertos que están al lado de arriba de dicha casa y con casa de los herederos de Pedro Alonso». 

Soto, 1699. Inventario post mortem de Juan de Martino: «Yten una bigada de casa del susodicho en dicho lugar, do diçen Ballobal, con su portal atrás y adelante, según le corresponde, que linda con casas de Manuel Sánchez y con casa de Pedro Sánchez, su hermano». 

Ribota, 1693. Juan Fernández hipoteca la mitad de su casa como garantía del pago de un censo a favor de Domingo Redondo, vecino de Pio: «hypoteco la media cassa de mi continua morada, según está sita en el lugar de Rivota, a do dizen la Vega del Soto, que se compone de cozina, pajar y establos, portales atrás y delante, con sus antojanos, entradas y salidas, y servidumbres, que es de piedra, madera y teja. Y linda con la otra media cassa mía y güerta que está a la parte de atrás de dicha cassa y camino que ba a Tamanzia y a Güérgola». 

Ribota, 1674. Diego Fernández recibe de su madre «la mitad de la casa en que al presente vive, de piedra, madera y teja, con su bodega y sus portaladas de atrás y delante, en el barrio de Güérgula». 

Soto, 1665. Inventario post mortem de Mencía de la Caneja: «Yten una portalada que está a la parte trasera de dicha casa, que corresponde a la media bigada referida». 

Ribota, 1662. Inventario post mortem de Juan Fernández de Ribota: «la cocina antigua con dos portaladas, la una a la parte del río caudal del dicho lugar de Rivota y la otra a la delantera de dicha casa, que dicha casa y portaladas lindan con casa de Alonso de Viya y con el río caudal y con la güerta cercada de parez seca, con sus antoxanos y más derechos». 

Soto, 1636. Inventario post mortem de Marcos Piñán: «una casa de morada con coçina, bodega de amasar y quatro aposentos dormitorios, un reçibimiento y un portal fuera de dicha casa, pegado, y un establo en la misma casa de morada, con tenada y una portalada de atrás de dicha casa, todo pegado, con su establo».

Estos portales se construían prolongando la aguada o faldón del tejado sobre las fachadas, apoyándose la techumbre en «postes» de madera. 

Oseja, 1666. Se habla de una construcción que estaba haciendo Juan de Vega en el barrio de Quintana: «En Osexa, concejo de Saxanbre, a 23 de junio de 1666. Pedro de la Mata pidió embargo en el portal que arma delante de la cassa por quanto con dicho portal se toma el camino de carro para el servicio de su órrio y se detiene el agua del techo de su cassa por aver sacado el techo del portal más afuera que está el techo de la cassa de Pedro de la Mata y se hace notorio agravio. Y pidió no se le pusiese ripia ni texa, ni se haga otro edefiçio antes se demuela lo hecho». 

Oseja, 1670. El regidor de Oseja, José Díaz de Caldevilla, en nombre de los vecinos de dicho lugar, denuncia a José Bermejo porque habiéndole dado «los veçinos de este lugar un pedazo de suelo para armar dos vigadas de casa y lo tomaron señalado y antojanado, con calidaz y condición que no sacarían la lizaza ni lienzo de paredes, ni esquina ninguna, ni armadura de portal fuera de aquello que se le señaló para dichas dos vigadas de casa», desobedecieron e hicieron la obra más grande de lo que había sido licitado por el concejo.  El juez acepta la denuncia y paraliza la obra. 

Oseja, 1669. Bernabé Martínez, vecino de Oseja, construía un portal en «la pendiente de su casa» que ponía en riesgo la pared de la huerta de la fragua, propiedad de Lupercio Díaz, en el barrio de la Pandiella, a causa de «en particular el arroyo que ba por dicho sitio se a de desviar por de fuera de los postes de dicho portal y arrimarle haçia la parte de la parez de dicha güerta donde se sigue peligro moral de caer la parez de dicha güerta con el corriente del agua y follaxe de los carros y ganados que por allí an de correr y pasar».

El portal sajambriego que describen los documentos de los siglos XVII y XVIII era como el que todavía conserva la Casa Piñán de Oseja.

Postes posiblemente originales que sustentan la techumbre del portal de la Casa palacio de los Piñán de Cueto Luengo, en Oseja de Sajambre.
La prolongación del faldón o pandilla de la cubierta de la Casa Piñán forma el portal.



A partir del último tercio del siglo XVII se empieza a dar un uso diferente al espacio de los portales, cerrándolo y transformándolo en espacio habitable: 

Oseja, 1675. Inventario post mortem de María Martín: «la cozina de la morada de dicha María Martín que es una bodega que está en la portalada de la casa de la continua morada en que vive Gregorio de Acevedo. Linda con la cozina de dicho Gregorio de Acevedo (su hijo) y con el camino de los molinos de Carunde». También poseía una «casa nueva con su portalada». 

Oseja, 1675. Inventario post mortem de Pedro Díaz de Caldevilla: «con más la cozina en que vivía a la portalada de dicha casa». 

Soto, h.1679: «diéronle a Juan Díaz… con lo que se corresponde de la portalada nueva con su aposento». 

Soto, 1805. En la casa de Isabel González, viuda de Pedro Díaz de la Caneja: «la bodeguita que está en el portal de esta mi casa». 

Pio, 1815. Inventario post mortem de María Fernández: «una portalada que sirve de caballeriza con su pajar».

El aspecto del cerramiento de estos portales tradicionales puede contemplarse hoy en la Casona del Socuestu, en el Concejo de Amieva, fechada entre los siglos XVII-XVIII que por Resolución del 11 de enero de 2016 (BOPA 08/02/2016) pasó a formar parte del Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias.

Proporciono dos de las fotografías de Belén Menéndez Solar que fueron incorporadas al inventario del Principado y publicadas en el mencionado BOPA. Pueden verse en mayor resolución en su artículo titulado «Amieva. La Casa del Socuestu», cuyo enlace añado en la nota (2).

Fuente: BOPA 2016-02-08 y Blog de Belén Menéndez Solar (2)
Antiguo portal de Oseja de Sajambre.

El portal de la Casa de los Piñán de Cueto Luengo, sin cerrar, está fechado por documentos conservados en su Archivo entre los años 1621 y 1639, que fue cuando se construyó el palacio rural del que forma parte.  Lástima que en Sajambre no suceda lo mismo que en Asturias y las construcciones antiguas de los concejos leoneses de la Montaña Oriental se valoren y se protejan como se merecen.

El caso amievense muestra que los portales antiguos de la arquitectura civil sajambriega eran del mismo tipo que los utilizados en Asturias. Otro caso conservado, del que tenemos noticia, se encuentra en la localidad de Insierto (Valle del Cuna), en el concejo de Mieres. Se trata de la conocida como Casa de las Novenas, del siglo XVIII (3):




Como puede verse, tanto en la Casa de las Novenas, como en la casa del Socuestu, existe un zócalo de piedra que cierra en parte el espacio porticado. Si hacemos caso a los documentos sajambriegos, tales obras han de ser posteriores a las últimas décadas del 1600.  Y el palacio de los Piñán es más antiguo que todas ellas.

El esquema básico del portal utilizado en las viviendas puede verse en los pórticos de ermitas e iglesias rurales en el tercio norte peninsular, llegando muchas de ellas a 1800 con zócalo cercado.  Proporciono ejemplos cercanos a Sajambre, como son los de Santa Eulalia de Valdeón, Santa María de Viegu y Santiago de Vis (4). En Sajambre, esta tipología se reproduce en la ermita de San Roque, aunque hoy ofrezca una techumbre a tres aguas que seguramente no tuvo en su origen.

Pórtico de la iglesia de Santa Eulalia, de Posada de Valdeón.
Pórtico de la iglesia de Santa María de Viegu, concejo de Ponga.
Pórtico de la iglesia de Santiago de Vis, en la parroquia de Mián, concejo de Amieva. Fuente: Amigos del Texu (4).


NOTAS

(1)   Xosé Lluis García Arias, Diccionario General de la Lengua Asturiana: http://mas.lne.es/diccionario/palabra/60123
 

(2)   Blog de Belén Menéndez Solar:  







6 comentarios:

lourdes vega dijo...

Pues sí, y eran éstos portales muy necesarios para la gente pues en ellos se pasaban la mitad del año haciendo madera para Campos, madreñas y otros enseres para la casa todos muy útiles en aquellos tiempos que ni había TV, ni Radio ni nada....hasta que feura la hora de cebar el ganado. También para guardar los carros de la hierba, el ganado que se covijaba en ellos...eran muy necesarios hasta que vino lo moderno y desaparecieron fue una pena pero así desaparece todo...Yo conocí muchos más bien en la Pandiella pero tambien en Quintana y en la casa nuestra por detrás tenemos uno pero no tan típico pues ya se sostiene sobre muro de piedra...

lourdes vega dijo...

Preciosas Fotos....

Elena E. Rodríguez Díaz dijo...

Cierto, Lourdes. Esa era la función principal de los portales. Debido al clima lluvioso del Norte, ese espacio cubierto servía para trabajar la madera al aire libre y con luz natural al resguardo del agua. Hay que pensar también que las casas de aquella época estaban muy mal iluminadas porque había pocas ventanas o estas eran muy pequeñas. Era una manera de protegerse del frío, ya que hasta que el vidrio no se empezó a fabricar de manera industrial en el siglo XIX, los campesinos del medio rural no solían tener cristales en las ventanas. Solo los tenían los ricos y las iglesias. En los portales también había pequeños gallineros y servían, como bien dices, para dejar los aperos de labranza o las madreñas. El carro solían meterlo bajo el hórreo, aunque supongo que los más pobres, que solo tenían un cuarto de hórreo, en algún lugar pondrían su carro a resguardo. En cuanto a los animales, se refugiarían momentáneamente, porque en aquella época todos tenían establos, a los que llaman 'caballerizas'. Las vacas y los rocines o las caballerías mayores eran sus medios de vida y, en el caso de los equinos, también de transporte, tanto para mercadear, como para desplazarse. Así que los cuidaban bien y los guardaban en las cuadras, cortes, caballerizas o establos, que todo es lo mismo.

Elena E. Rodríguez Díaz dijo...

La gente de Historia del Arte dirá que los pórticos de las iglesias son elementos arquitectónicos mucho más antiguos. Y tendrán razón. Desde la época grecorromana, nada menos. En las iglesias más ricas, los pórticos poseían pilares de piedra o columnas en arco (recuérdese el magnífico pórtico de San Miguel de Escalada). En los templos más pobres, esos pilares y columnas se sustituían por postes de madera. En algún caso, como sucede en la iglesia pongueta de Viegu, se imitaban en madera los capiteles de las columnas de piedra. Pero lo extendido del modelo de pórtico cubierto sobre pilares de madera de las iglesias rurales del Norte peninsular sirve para explicar cómo eran aquellos pórticos de las viviendas civiles que describen los documentos y, sobre todo, cómo se fueron cerrando poco a poco con zócalos de piedra o construyendo habitáculos en ellos.

Belén Menéndez Solar dijo...

¡Todo un placer seguir aprendiendo de ti, Elena!. Un fuerte abrazo.

Elena E. Rodríguez Díaz dijo...

Gracias, Belén. Te debo un correo y te lo voy a mandar ahora mismo. En este caso, de los portales antiguos sobre postes de madera, hay paralelismo entre Sajambre y Amieva, como lo hay en la unidad básica de poblamiento: casa-hórreo-huerta, tres componentes inseparables en el pasado sajambriego. Un fuerte abrazo para ti también.

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