domingo, 6 de noviembre de 2011

NUEVAS NOTICIAS SOBRE EL ARCEDIANO, DON PEDRO DÍAZ DE OSEJA (1)

El Archivo de la Casa Piñán guarda una rica colección epistolar con correspondencia privada desde, por lo menos, la primera mitad del siglo XVII. En dicha colección epistolar he localizado ya varias cartas autógrafas del arcediano de Villaviciosa, Don Pedro Díaz de Oseja, que probablemente aumenten en número cuando avancemos en el análisis de este conjunto documental. Voy a extraer alguna información de dichas cartas, comenzando por los parentescos que en ellas menciona el propio Arcediano. 

PIÑÁN DE CUETO LUENGO. Los Piñán de Cueto Luengo eran parientes de Don Pedro Díaz, quien llama prima a la madre de Domingo Piñán de Cueto Luengo, cura de Oseja y Comisario de la Inquisición. La madre de Domingo Piñán se llamaba Juana González de Coco y estaba casada con Gonzalo Piñán de Cueto Luengo, vecinos de Soto. La fundadora de la capellanía de Soto era una hermana de esta Juana llamada de la misma manera (recordemos que en esta época la homonimia es muy frecuente) y, por tanto, las dos eran primas del Arcediano, aunque no sepamos en qué grado, ni por qué vía exactamente.

Durante el tiempo que Don Pedro estuvo ausente de Sajambre, que fue la mayor parte de su vida, los Piñán cuidaban de su madre y hermanas. Y cuando Domingo Piñán se establece en Oseja en 1621 será él quien atienda a la madre y a Francisca, ya viuda.

Domingo Piñán de Cueto Luengo fue también el brazo derecho del Arcediano en Sajambre, su alter ego como el propio Don Pedro le define en una de sus cartas. La relación entre ambos fue muy estrecha y el Arcediano tenía a los Piñán de Cueto Luengo en alta estima y consideración, como abiertamente declara en varias ocasiones.

Dirigiéndose a Domingo Piñán: “la particular buena boluntad que siempre le tube a vuestra merced por ser mi sangre y hijo de padres tan honrrados en quienes siempre hallé correspondençia de mi buena boluntad, y por conoçer que vuestra merced, por su persona, mereçe mucho más”. 

Con mucho gusto reciví la de vuestra merced de primero de abril por el aviso que me da de su b[uena] salud y de los demás parientes y, en particular, por ver la firma que en ella viene del señor Gonzalo Piñán, su padre, cuias manos besso con las de la señora Juana González, mi prima, de cuya salud, que yo tanto estimo y deseo vuestra merced no me diçe nada, de que le acuso l[...]. Yo, a Dios gracias, quedo bueno en el devido deseo de servir a mis parientes y deudos y, en particular, a vuestra merced como uno de los más prencipales”. 

Señor Domingo Piñán, pariente y cura de Oseja y Soto, que goze con mucho gusto y salud de cuerpo y ánima, no digo muchos años, sino hasta tener otra cosa mucho mejor como mereçe, para lo qual no seré io el que menos ayudará”. 

Mi madre me dice le tiene en mi lugar por hijo y que recive de vuestra merced tales obras, de que yo estoy muy obligado, no digo çelosso de que sea más querido y faboreçido que yo, como se puede temer, porque el hijo presente suele ser antepuesto al ausente como fue Jacob en ausencia d’Esaúd. Consuélome con que la señora Juana González, mi prima, hará la recompensaçión poniéndome a mí tan adelante en su graçia como vuestra merced fuere puesto en la de mi madre”. 

GONZÁLEZ. El González que a finales del siglo XVI y principios del XVII estaba afincado en Soto de Sajambre había emparentado con la familia del Arcediano y con los Piñán de Cueto Luengo. Además de sus primas, el Arcediano también menciona en varias cartas a otro primo llamado García González que a veces estaba en Sajambre y a veces le acompañaba: “...que tiene neçesidad de bestido, pésame [que mi] madre no me aya avisado, pues siempre le ten[go] (...) que no se deje pasar mal y que mi primo, Ga[rcía Gon]zález, le dará por mí (a) mi quenta lo que ubiere... García está lejos y ansí podrá faltar su socorro, siendo menester vuestra merced sirva de darle por mi quenta...”; “...que escribo por vía de León en el pliego de nuestro primo, García González...”. 

VIYA. “Huélgome haya venido el pariente Viya, que la sabrá curar y regular”, con esta frase el Arcediano se esta refiriendo a una silla de montar y a algún Viya emparentado con él, no se sabe si por la propia línea del apellido Viya o por sus consortes.  

DÍAZ DE RIBOTA.A Sancho Díaz, scrivano, nuestro pariente, dirá vuestra merced que aperçiva al conçejo paguen al canónigo los treinta ducados que les presté, plazo a San Juan, porque son menester”.  Aquí está el antepasado más antiguo de los Díaz de la Caneja de Oseja y aquí hay un vínculo con la familia del Arcediano, no donde decía el padre Martino, sino mucho más atrás en el tiempo. No sabemos por qué vía, ni en qué grado. Don Moisés Díaz-Caneja sospechaba que quizás Juliana de la Caneja, mujer del escribano Sancho Díaz de Ribota y origen del Caneja de este linaje, pudo haber sido hermana del José de la Caneja con quien casó Gracia Fernández en Soto. De ser así, el escribano estaría emparentado por vía “política”, no sanguínea, con la familia del Arcediano. Pero el propio don Moisés aclara que se trata de pura especulación, pues no encontró evidencias de ello.

DÍAZ DE CALDEVILLA. A Cosme Díaz de Caldevilla, que también menciona en su testamento, le dirige una carta en 1623.  El Arcediano estaba emparentado con los Díaz de Caldevilla por partida doble: por el matrimonio de una de las hermanas y por línea de su tío paterno. Por eso, un Díaz de Caldevilla, de nombre José, fue el primer administrador de la obra pía del Arcediano en Sajambre, así como escribano público.

2 comentarios:

Lourdes Vega dijo...

Poco a poco, nos vamos familiarizando con todos los antepasados sajambriegos...Por mi parte ya pienso en que hasta yo, puedo ser "pariente" del Arcediano...bueno, ese Viya, que nombra el mismo, era pariente suyo según dice, y mi abuelo materno, era Rodriguez Viya...¿Quién sabe!

Elena E. Rodríguez Díaz dijo...

Al Arcediano le pasaba como a muchos sajambriegos "de cierta edad", porque a los jóvenes esto ya no les pasa.

Tradicionalmente, los parentescos se midieron en Sajambre no limitándose a la familia parental y allegados más próximos, sino a algo diferente y mucho más amplio, más cerca (casi) del clan. Cuando era pequeña y escuchaba aquello de "somos muy familia porque tu abuelo y mi abuela eran primos terceros" o cosas por el estilo, yo pensaba: ¡Cielos, dice que "muy" familia, cuando en ese parentesco no queda nada de proximidad!

Cuando el Arcediano habla del pariente Viya o del primo González, a saber a qué grado se estaba refiriendo, quizás un lejanísimo grado e, incluso, pudiendo estar "emparentados" por vía política, ni siquiera de manera consanguínea.

Todo esto hay que verlo y entenderlo con mucha, mucha distancia.

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