lunes, 21 de marzo de 2011

INQUISIDORES SAJAMBRIEGOS DE LOS SIGLOS XVI Y XVII.

Poco a poco vamos conociendo a algunos sajambriegos que colaboraron con la Inquisición formando parte de su engranaje burocrático en los siglos XVI y XVII.

Sus nombres nos llevan a familias de hidalgos notorios que debieron utilizar estos cargos y su situación de preeminencia social como un instrumento más de poder sobre sus vecinos. Además, los que desempeñaban tales cometidos poseían inmunidad personal y los servicios prestados al Tribunal siempre permitían obtener beneficios económicos.

Por ahora sabemos de las siguientes funciones inquisitoriales desempeñadas por sajambriegos:

Oficial: cualquiera de los miembros laicos o eclesiásticos al servicio de la Inquisición que formaban parte de su estructura burocrática.

Comisario: oficial sin salario fijo, aunque recibe una paga tras cada actuación. Requisitos: ser clérigo secular. Función: preside los tribunales de su distrito, recibe las acusaciones, cita testigos, apresa, inicia procesos, coordina la actuación de los familiares.

Familiar: oficial laico sin salario, aunque se beneficia económicamente de las delaciones que hace. Requisitos: ser varón, casado, laico, mayor de 25 años, hijo legítimo, de buena fama, cristiano viejo, no desempeñar o haber desempeñado nunca oficios viles, ni comerciales. Función: espiar, delatar, detener, vigilar y trasladar a los reos a las cárceles inquisitoriales. Fueron los más temidos y los más odiados.

INQUISIDORES SAJAMBRIEGOS

PEDRO DÍAZ DE OSEJA: documentado como familiar del Santo Oficio en el año 1589. No lo era todavía en 1575, ni en 1581 cuando Diego de Labra, párroco de Santa Eulalia de Abamia, lo denuncia por impago de una deuda (Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, Registro de Ejecutorias, caja 1634, n.37 y caja 1445, n.37 respectivamente: ejecutorias derivadas de dos denuncias contra Pedro Díaz de Oseja). No es el futuro arcediano de Villaviciosa, quien nació hacia 1583, sino un personaje cronológicamente anterior.

JUAN DÍAZ: hermano de Diego Díaz de Oseja y tío del arcediano de Villaviciosa, Pedro Díaz de Oseja. Documentado como familiar de la Inquisición en documentos de sus descendientes (Archivo Histórico Nacional de Madrid, Estado, Pruebas Santiago, exp.1513, ff.15vº-16rº).

DOMINGO PIÑÁN DE CUETO LUENGO: Comisario del Santo Oficio y párroco de Oseja y su anexo, Soto, entre 1621 y 1652.

DIEGO DE LA CANEJA (n.1635 - m.1676): arcediano de Villaviciosa en la Iglesia de Oviedo. En el año 1675 solicita que se le acepte como oficial de la Inquisición. El 3 de diciembre de 1675 se despacha la certificación de la aprobación (Archivo Histórico Nacional de Madrid, Inquisición, leg.1423, exp.13). La investigación que se hizo sobre él hasta dar por buena su solicitud tiene 134 páginas. Don Diego de la Caneja no llegó a ejercer un año entero como oficial del Santo Tribunal, pues la muerte le sorprendió al poco de iniciar su trabajo.

3 comentarios:

Lourdes Vega dijo...

Veo que tanto los Piñán como los Diaz Ceneja desempeñaron el cargo de "Familiares" de la Inquisición...claro, algunos. ¡Que susto me llevé cuando leí, Don Pedro Diaz de Oseja! ya aclaras bien que no fue el Arcediano.El cargo de Familiares siguió existiendo en el clero y sigue, aunque con otro significado, se dice, éste es el Familiar del Obispo...

Elena dijo...

La Inquisición tenía muchas ventajas: sus miembros poseían ciertos privilegios (como llevar armas, ser impunes), no pagaban ciertos impuestos, era una fuente de ingresos (por trabajo hecho) y, lo más importante, proporcionaba honor y poder. En cada pueblo había un número preestablecido de soplones (los familiares) y en cada distrito debía haber un comisario. Las familias que van a dominar siempre todo lo relacionado con el poder en Sajambre, no podían dejar pasar de largo a la Inquisición.

La designación "familiares" arranca de la Inquisición medieval cuando eran individuos que acompañaban y protegían a los inquisidores, como si formasen parte de la "criazón" y clientela de dicho inquisidor. Supongo que éste es el significado con el que se usa en la Iglesia actual. Pero a partir de los Reyes Católicos, los "familiares" cambian de función y se mantienen como delatores durante toda la Edad Moderna hasta la abolición definitiva del Tribunal.

Elena dijo...

También yo me llevé un sobresalto cuando leí PEDRO DÍAZ DE OSEJA en los documentos, pero no, es imposible. Para ser familiar había que ser laico y estar casado. Pero es que si lo identificáramos con el Arcediano éste tendría que haberse muerto con 107 años de edad o más.

En los siglos XVI, XVII y XVIII se produce (a veces de manera exagerada) una cosa llamada homonimia, es decir, la existencia de muchas personas llamadas igual en el concejo y en un mismo pueblo. Esto quiere decir que este Pedro Díaz de Oseja no tenía por qué ser ni siquiera familia directa del futuro Arcediano. Sólo era un señor llamado Pedro Díaz, que vivía o había vivido en Oseja.

Por ejemplo, la homonimia resulta un inconveniente muy grande para armar las genealogías, porque había tíos, sobrinos, primos, todos llamándose igual. Un caso que llega a marear son los Redondo: todos los hombres se llamaban igual, varios siglos llamándose de la misma manera las personas de una misma familia o de varias familias a la vez.

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