miércoles, 15 de diciembre de 2010

EL ROBO DE LA VIRGEN DE SOTO (1658-1660): nuevos datos sobre el ladrón.

Vimos en el post del 3 de octubre de 2010, que la imagen de la Virgen con el Niño que el canónigo D. Diego de la Caneja envió a Soto había sido interceptada y raptada por Sebastián de Asiego, “veçino del lugar y conçexo de Parres, recoxió dicha ymagen y la puso en su capilla, diciendo la quería para sí”. Y aunque el concejo de Soto se la había pedido enviándole una orden del propio canónigo (“y aunque por parte deste dicho lugar se remitió por dicha ymagen con horden de dicho canónigo”), Sebastián de Asiego se negaba a devolverla (“no la ha querido, ni quiere dar”). Esto sucedía a finales del mes de diciembre del año 1660.

Me preguntaba en dicho post quién sería este Sebastián de Asiego que se atraveía a desafiar al canónigo Caneja y si tendría condición clerical. Un documento de 1659 proporciona algo de luz para empezar a desvelar este misterio y nos permite conocer la identidad de dicho Sebastián de Asiego. No se trataba de un clérigo, aunque en el asunto pudo haber estado implicado un eclesiástico. El contenido del documento es el siguiente.

El 6 de octubre de 1659, el cura párroco de Oseja y Soto, el bachiller Francisco de Orcasitas, se obliga a pagar a Sebastián de Asiego, vecino y regidor perpetuo del Concejo de Parres, 160 reales de los intereses de un censo (préstamo hipotecario) de 200 ducados que debían tres vecinos de Soto. Al efectuar esta escritura de obligación, el cura sajambriego se compromete con su persona y bienes (“de lo qual obligo mi persona y todos mis bienes espirituales y temporales, presentes y futuros”) a pagar puntualmente dichos réditos el día de San Martín del mes siguiente a la escrituración del documento y de no hacerlo “quiero y consiento ser executado en mi persona y bienes” (Archivo de la Casa Piñán, Notarial, Gonzalo Piñán de Cueto Luengo, leg.1659, ff.42rº-vº).

¿Habrá alguna relación entre esta obligación y el robo de la Virgen? ¿Quiso interpretar Sebastián de Asiego que la imagen sagrada formaba parte de los bienes del cura de Soto? ¿Se apropiaría de ella porque el párroco no pagó o no pudo pagar esta deuda?

De entrada, el documento nos permite identificar plenamente al ladrón. Sebastián de Asiego era en aquellos días regidor perpetuo del Concejo de Parres, un cargo municipal que había comprado por 260 ducados en el año 1636(1). Era persona poderosa y económicamente destacada en la región. Fundó un mayorazgo en Parres, poseía propiedades en Parres y Cangas de Onís y fue beneficiario de varios censos.

En el protocolo de 1659 del Archivo de la Casa Piñán, Sebastián de Asiego actúa conjuntamente con Luisa Díez, viuda de Cosme Sánchez, y natural de Soto de Sajambre. No queda claro si su función es la de representante de la viuda o si compartía las rentas del censo por algún motivo. Los deudores eran los tres hermanos de Luisa: el licenciado Lupercio Díez, Juan Díez y Damián Díez, todos vecinos de Soto. El cura del lugar, Francisco de Orcasitas, ayuda a sus parroquianos haciendo suya la deuda y comprometiéndose con su persona y bienes a saldarla en el plazo de un mes.

Las fechas están muy cercanas entre sí como para que no hubiera existido alguna relación entre estos hechos. Pero, por ahora, hay que dejarlo en una conjetura a la espera de localizar nuevos documentos con más información.


-----------------------
NOTAS
(1) Ángeles Faya Díaz, “Gobierno municipal y venta de oficios en la Asturias de los siglos XVI y XVII”, Hispania LXIII/1, n.213 (2003), pp.75-136; p.128.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe tu comentario aquí