jueves, 2 de diciembre de 2010

EL BARRIO DEL VALLEYO DE OSEJA DE SAJAMBRE (2): los molinos de Carunde.

Los dos lugares llamados de la misma manera (Vallejo) que existían en Oseja solían distinguirse denominando a uno “El Ballejo de Trecoro” (1675) o “en la ería de Las Quadriellas, do se dize El Ballejo” (1711) y, así mismo, relacionando al segundo con lugares que le eran cercanos, como el camino de los molinos, La Cortina, las Cuestas de Carunde o La Bolera. Vamos a hacer un recorrido general por las descripciones de estos parajes que aparecen en los documentos, algunos de los cuales están hoy totalmente cubiertos de vegetación.

Para el Catastro de Ensenada (1752), Carunde se encontraba dentro del término del barrio de Las Cortes (Oseja de Sajambre, Archivo Municipal, Libro I, f.288rº) y durante el siglo XVII y primera mitad del XVIII allí existieron cuatro molinos con seguridad y posiblemente alguno más. Los vecinos de Oseja tenían también el del Buseco, del que hablaremos cuando lleguemos al barrio de Quintana.

El documento más antiguo que habla de los molinos de Carunde se conserva tan deteriorado que no se puede ver la fecha, pero he podido leer que fue escriturado por Sancho Díaz de Ribota cuando Domingo Piñán ya era cura de Oseja y Soto, por lo que debe colocarse después de 1621 y antes del 31 de diciembre de 1633 por lo que diré en un momento. Se trata de una venta que hace una familia de Oseja (imposible ver los nombres) de “la mitad del molino de Carunde con su molinera y aderezos como (...)mos y poseemos, parada y antoxanos que pa[rte] con los hered[eros] (...) Domingo Alonso, Juan Redondo y María de Biya [...]” (Archivo de la Casa Piñán, Sección Notarial, Sancho Díaz de Ribota, leg.1600-1633).

El mencionado 31 de diciembre de 1633, el Comisario Piñán compra una parte del “molín de Carunde” a Juan Redondo, vecino de Pío e hijo de Juan de Viya, y más tarde adquiere también la parte de Domingo Alonso (Archivo de la Casa Piñán, Sección Notarial, Sancho Díaz de Ribota, leg.1600-1633). Este molino se incorporará al Mayorazgo fundado por Gonzalo Piñán de Cueto Luengo y permanecerá en la familia hasta la Edad Contemporánea.

En el Catastro de Ensenada de 1752, al describir las propiedades de Agustín Piñán de Cuetoluengo, se dice: “Molino arinero. Tiene un molino que llaman Carundo (sic) que / muele el año entero, que linda a los quatro aires con río caudal y pasto común. Otro molino en dicho sitio, el que no muele por estar arruynado y linda de todos quatro ayres con el río dicho y pasto común de ninguna utilidad” (Oseja de Sajambre, Archivo Municipal, Libro 1, ff.151vº-152rº).

Y en un documento de 1794, de partida o división de los bienes no incluidos en el Mayorazgo, se lee: “Item para el mismo Don Alejandro se bajan quinientos reales por los desmejoros del molino arinero perteneciente al Mayorazgo de que es poseedor... Hay un molino arinero en el río de Carunde perteneciente a esta hermandad, ya desmoronado, que sólo hay la parada; y está a convención de todos estos hermanos la dejan al hermano Agustín graciosamente para que lo tenga por suyo propio” (Archivo de la Casa Piñán, Sección Familiar, caja 3).

Los Piñán fueron, por tanto, dueños de dos molinos en Carunde y la familia Acebedo Villarroel era a su vez propietaria de otros dos molinos en el mismo lugar, como cuenta un documento del año 1703: “Yten ynbentariaron un molino en el río de Carunde que está ynmediato a otro molino del dicho Gregorio de Azevedo y linda con al riega de La Lejía” (Archivo de la Casa Piñán, Notarial, Agustín Piñán de Cueto Luengo, leg.1703). Ya me dirán ustedes si esta “riega de La Lejía” sigue existiendo con este nombre o no. Cincuenta años más tarde, en época del Catastro de Ensenada, un Luis de Acebedo y un Pedro de Acebedo seguían siendo dueños de molinos activos en Oseja.

En el año 1675, José Díaz de Caldevilla presenta las cuentas del periodo en el que fue tutor y administrador de los bienes de María de Cabrero, menor de edad, entre los que se encontraba “la renta del molino de Carunde”, propiedad de los Cabrero (Archivo de la Casa Piñán, Notarial, Gonzalo Piñán de Cueto Luengo, leg.1675). Podía ser alguno de los molinos anteriores o podía tratarse de un quinto molino.

El camino que pasaba por El Vallejo iba a Carunde por un lado y continuaba hacia el barrio de Caldevilla por el otro. Cuando el Arcediano, Pedro Díaz de Oseja, deslinda su casa en el barrio de Las Cortes dice:

1655: “...según linda la dicha casa, hórrios y huerta con el camino que va desde El Vallejo a Caldevilla”.

Era uno de los ramales del Camino Real que cruzaba el valle y comunicaba los cinco pueblos entre sí:

1699: “Primeramente ynbentariaron la casa en que bivía... según linda con el Camino Real que ba para los molinos de Carunde”.

Seguiremos.

3 comentarios:

Lourdes Vega dijo...

La verdad es, que está claro lo del Barrio del Vallejo o "Valleyo". Claro que existen aún esos caminos que mencionan los Documentos y que son como ramales del Camino Real. A mi me sorprende lo de este barrio pero se comprende bien y sí, siempre oí que en Carunde había un molino...pero eran 4 por lo visto...así se ve cuánta gente desapareció de Oseja. Y esos prados que mencionas algunos son ahora todavía de los descendientes de aquellos Luises Acebedos...A mí me gustaría que el famoso Camino Real se volviera a llama así.

Elena E. Rodríguez Díaz dijo...

Poco a poco, según avanzo en la lectura de los documentos que guarda el Archivo Piñán (que no es un simple archivo familiar, es algo de mayor envergadura) las cosas se van poniendo en su sitio y se va documentando bien todo lo antiguo. Por ejemplo, ya tengo documentado el momento en el que empiezan a rehacer los caminos según el testamento del Arcediano, el cuándo, el cómo y el por quién. Habrá sorpresas y habrá que rectificar algunas cosas repetidas durante años y años, pero podremos reconstruir gran parte del pasado, incluso del pasado anterior al siglo XVI.

Sí, a mí también me gustaría que se recuperara el nombre del Camino Real. Por ejemplo, esa Calle Real que tenían todos los pueblos y que era el lugar por el que entraba el camino en cada localidad.

En otros lugares andan inventándose caminos como reclamo turístico y aquí tenemos un montón de caminos históricos sobradamente documentados. Ya nos han usurpado una parte de la Vía Saliámica a la que le han puesto un nombre anacrónico e inventado. Pero, Lourdes, en esto como en todo, la gente (TODOS) debiera (1º) conocer bien su pasado y (2º) adquirir la conciencia necesaria para su defensa, protección, puesta en valor, lo que proceda. Nunca como un instrumento electoral que tenga uno u otro valor según quién lo "utilice" para su beneficio, sino como un bien cultural que es de todos, que debiera ser objetivo de todos los programas políticos pero, al mismo tiempo, quedar al margen de la propaganda y de las manipulaciones electoralistas.

Lourdes Vega dijo...

¡Qué razón tienes!hace falta gente interesada en recuperar todo lo nuestro...y solo por motivos de conocer y dar a conocer nuestra historia, la vida de nuestros antepasados, cómo vivían,cómo trabajaban y se ganaban el pan y toda la herencia que nos dejaron con su ejemplo. Tú ya estás haciendo todo lo que puedes y a tí ya te debemos mucho. A mí me admira cuánta vida hubo por ese Barrio que desconocíamos...y cuánto ignoramos...

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