domingo, 7 de noviembre de 2010

MÁS SOBRE OBRAS PÍAS EN LOS SIGLOS XVII Y XVIII (2): los González.

Las Obras Pías fundadas en las familias González, Viya y Simón, al igual que la establecida entre los Alonso, dejaron por capital un cierto número de bueyes de labranza con instrucciones precisas sobre cómo se debían criar, vender y comprar para ir manteniendo la fundación y, en el mejor de los casos, para ir aumentándola con el tiempo.

En la Obra Pía de los González, de Oseja, se especifica que “...para conprar y bender los bueyes que diere de sí la administración y ansimismo los que se conpraren, han de ser añojos y nobillos de corto prezio y éstos se den al pariente más cercano y más pobre hasta que lleguen a diez años, y entonces se bendan y de su balor se pongan otros del género dicho, y no bueyes abentajados que, siéndolo, no se podría mantener dicha Obra Pía...” (Archivo de la Casa Piñán, Notarial, Sajambre, Agustín Piñán de Cueto Luengo, leg.1711).

La naturaleza de las obras pías suponía que del capital fundacional (en este caso bueyes) debían beneficiarse los miembros más pobres de la familia, quienes no podían venderlos ni efectuar ninguna otra transacción económica con ellos, ya que esa prerrogativa estaba reservada a los administradores, que eran siempre el cura de la parroquia y el pariente más cercano al fundador. Al ser la Iglesia la dueña de los bienes, en caso de conflicto se dependía de la jurisdicción diocesana.

Por eso cuando Miguel Acebedo permutó por su cuenta un buey que había recibido de la obra pía, su patrono, Toribio González, lo denuncia ante el Obispo de León: “...el dicho Miguel de Azebedo teme[rosa]mente para apremutar dicho buey por [...], bolbió a hazer otra premuta sin lizenzia de los referidos cura y patrono, por cuia causa se a atrasado y danificado dicha Obra Pía. Sobre que protestó dar querella criminal o en la forma que más aya lugar ante el señor Obispo que al presente es deste Obispado o su discreto Probisor, a quien toca el conozimiento desta causa...” (Archivo de la Casa Piñán, Notarial, Sajambre, Agustín Piñán de Cueto Luengo, leg.1703).

Cuando este Toribio González hace testamento el 15 de abril de 1711, los 5 bueyes de la obra pía estaban en poder de “Roque Bermejo, uno; Antonio Díaz, otro; la viuda de Diego Alonso, otro; Josseph, otro; la viuda de Juan Alonso, otro” (Archivo de la Casa Piñán, Notarial, Sajambre, Agustín Piñán de Cueto Luengo, leg.1711).

Sabemos que Juan de Gonzalo había fundado esta Obra Pía, lo que no sabemos es cuándo, aunque hubo de ser como pronto en la segunda mitad del siglo XVII porque en el año 1703 ya era patrono Toribio González y antes lo había sido su padre, Pedro González, muerto con anterioridad a 1701. De esta fecha conservamos el testamento de su viuda, Elena Díaz de Caldevilla, y el inventario de bienes de la casa. Además del promogénito Toribio, también fueron hijos suyos Manuel, María, Toribia y Ana.

Toribio González hace testamento en el año 1711 dejando por herederos a sus hijos Toribio, Dionisio, Manuel, María y Micaela González. Su primogénito, Juan González, había muerto antes de 1711. Sin embargo, en el patronato de la obra pía familiar no le sucede ninguno de sus hijos, sino Juan González de Bulnes, vecino de Soto y heredero a su vez del que fuera cura de Oseja hasta el mes de enero de ese mismo año, Pedro González (ver post de 4 de noviembre de 2010), por lo que ambos debían ser parientes del fundador.

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