domingo, 21 de junio de 2009

MOJONES ANTIGUOS (IV): la colocación en 1551 de un gran mojón que se había caído.

Conservamos una serie de documentos (1) que nos permiten describir el procedimiento utilizado en la época para renovar y colocar las piedras divisorias y, en concreto, el gran mojón de Fuencaliente que se hallaba fuera de su lugar y para cuya colocación iba a ser necesaria la fuerza de muchos hombres. Esta piedra, que debía ser enorme, servía de mojón entre los concejos limítrofes de Burón y Valdeón por una parte, pero también separaba a estos dos del concejo de Sajambre, porque a decir de varios testigos: “que hazia los términos de Sajanbre que sabe que va la dicha raya desde dicho hito derecho al hyto questá en Collado Barreyo”; “…y por la otra parte hazia Sajanbre”. Todo el procedimiento reviste forma legal, se desarrolla ante las autoridades concejiles implicadas y de ello levanta acta el “escribano real de sus magestades” en la Merindad de Valdeburón.

1. El 26 de noviembre de 1551 los concejos de Burón y Valdeón acuerdan “renovar los mojones e señales antiguos”.

2. El 2 de diciembre, reunidos en Vegacerneja, se convoca a los vecinos de los dos concejos interesados “para que veniesen a alçar e renovar larca e hito e mojón de las Agüeras de Fuencaliente”, que dividía los términos de Burón y Valdeón.

3. El 7 de diciembre se toma declaración a 6 testigos sobre la ubicación y características del dicho mojón, situado junto al Camino Real pero que entonces se hallaba derribado, a fin de alzarlo y colocarlo en el lugar correcto: “el uno de los dichos hitos era el hito de Huencaliente sobredicho y que al presente estaba caído en el suelo. El qual, de siempre jamás a esta parte, tanto que en memoria de onbres no es, avía estado y estaba en el dicho lugar entre términos, y que agora paresçía estar caído en el suelo. El qual dicho hito hera de piedra y muy grande, y tenía en sý çiertas señales, segúnd que los veçinos del dicho conçejo de Burón y los veçinos del dicho conçejo de Baldeón lo avían puesto y alçado por tal hito, para partir los dichos términos como hito y arca y mojón dentre anbos conçejos”.
Como se ve, por una parte se dice que el mojón era muy antiguo (“de siempre jamás a esta parte, tanto que en memoria de onbres no es”) y por otra, que habían sido los vecinos de estos concejos los que lo habían puesto allí. Sin duda, han de referirse a que las señales que en él existían habían sido hechas por los vecinos, así como a la elección de tal piedra como mojón por los habitantes de la tierra en épocas pasadas, ya que 100 años antes, en 1443, los procuradores de Sajambre ya aluden a este mojón de la siguiente manera: “…e dende a otro fito que está çerca de Fuy Caliente, contra el dicho conçejo de Valdeón, debajo del camyno de carro…”.
Cada uno de los 6 testigos describe el mojón como “una piedra muy alta y ancha, y tenía çiertas cruces por señal” y algunos echan la culpa de su ruina a un tal Alfonso Fernández de Retuerto “el loco”: “que es pública voz y fama que lo arrancó vn onbre que se salió de juizyo, que se llama Alfonso Fernández, ques vecino del dicho lugar de Retuerto”. No parece posible que un único hombre hubiera tirado el mojón cuando hizo falta la fuerza de muchos vecinos para levantarlo. A lo más, pudiera ser que el monolito estuviese medio caído y terminara de hacerlo con ayuda del loco de Retuerto.

4. El mismo 7 de diciembre se redacta un documento distinto en el que queda constancia oficial de la petición de ayuda que hacen los de Valdeón a los de Burón para levantar entre todos la pesada piedra. Al negarse Burón a participar en la empresa, son los de Valdeón los encargados de hacerlo ante el juez, Juan Díez, quien ordena a Juan de Elvira, Alfonso Díez, Alfonso Díez Blanco, Juan Bermejo, Juan Majón “y otras muchas personas, veçinos del dicho conçejo de Baldeón, que alçasen el dicho mojón e lo posiesen en el mismo logar que antes estaba”.


¿QUEDARÁ ALGÚN RESTO DE ESTA PIEDRA?

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NOTAS
(1) Elena E. Rodríguez Díaz, Valdeón: Historia y Colección Diplomática. El occidente de Picos de Europa en la Edad Media, RIDEA, Oviedo, 2000, pp.343-353.

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