miércoles, 15 de abril de 2009

LINAJE DEL ARCEDIANO: los descendientes de la hermana María.

La hermana del Arcediano de Villaviciosa (Oseja h.1583 - Oviedo 1665), llamada María, casó con Antonio González de Prada, a quien debió conocer por ser pariente (¿hermano?) del cura de Oseja y Soto, Juan González de Prada, con quien el Arcediano pleiteó durante 13 años. Al ser Valdeón el origen del marido, María se traslada a vivir a este concejo.

El matrimonio tuvo los siguientes hijos conocidos: María, Cosme y posiblemente Matías. Los tres aparecen en el testamento de Pedro Díaz de Oseja como “sobrinos”. Aclaración: entonces, igual que ahora, el término sobrino podía referirse tanto al sobrino carnal, como al sobrino en segundo o tercer grado. Esto hay que tenerlo en cuenta.

María se casa con Pedro Díaz de Caldevilla y fueron vecinos de Valdeón.

Cosme González de Prada debe ser la misma persona a la que el Arcediano llama también “Cosme, el tullido” y lo sitúa como vecino del concejo de Valdeón. El mote alusivo a alguna tara física debió utilizarlo para distinguirlo de otro pariente de igual nombre perteneciente a la línea de su hermana Gracia, que también es mencionado en el testamento. Casó con María de los Corrales y murió antes de 1665.

Matías Díaz aparece en el testamento de Pedro Díaz como su sobrino, vecino de Valdeón y ya difunto en 1665. Es la misma persona que mencioné al hablar de los descendientes de la hermana Francisca. Ahora bien, su calidad de vecino de Valdeón es lo que me lleva a creerlo más relacionado con el linaje valdeonés del Arcediano, siempre con la debidas reservas por lo que estamos diciendo.

Este Matías Díaz se casó con Catalina Díaz, que era hija de Gutierre González de Prada, y fueron vecinos de Valdeón. Tuvieron una hija conocida llamada Dominga Díaz de Prada. Dominga se casó con Vitorio Alonso “hijo del Rojo”, uno de los apellidos característicos de Soto y Caldevilla de Valdeón. Cuando el Arcediano hace testamento en 1665, Dominga ya era viuda y aparece entre las pobres vergonzantes que Pedro Díaz enumera en una de las mandas de beneficencia bajo el apelativo de “la Roja, viuda”.

Estos datos habría que confrontarlos con la documentación que se conserva en Valdeón, pues otras fuentes proporcionarán sin duda mayores precisiones o correcciones.

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