domingo, 2 de noviembre de 2008

LA CAPELLANÍA DE LA VIRGEN DEL PÓPOLO (II): la fundadora, doña Juana González de Coco.

Juana González de Coco estableció en 1625 una fundación piadosa que consistió en una capellanía adscrita a la iglesia de Soto que llevaba por nombre “capellanía de la Virgen del Pópolo” (Eutimio Martino, Valdeburón, n.139). Definiré esta institución más adelante porque ahora quiero centrarme en la personalidad de la fundadora.
El apellido González es un patronímico que significa "hijo de Gonzalo" y, aunque hoy haya desaparecido, el apellido Coco se documenta desde el año 1598. El documento fundacional de la capellanía dice que Juana González era originaria de Soto y en Soto aparece el apellido Coco en la fecha más temprana (1598), cuando se menciona “la casa de Pedro de Coco” (Archivo Piñán, Toribio de Granda 1598-05-04). En un documento hecho en Oseja en 1633, uno de los testigos se llama Agustín Fernández de Coco (Archivo Piñán, Sancho Díaz 1633-12-21). En 1659, Baltasara Díaz de Coco, mujer de Ventura Díaz, tenía un prado en el Verrunde de Oseja (Archivo Piñán, 1659). En 1680, el apellido Coco vuelve a documentarse en Soto (Eutimio Martino, Valdeburón, n.157). Y en 1794 se cita a un Manuel Alonso de Coco (Colección Particular, Francisco de Mendoza 1798-03-10).


Pero la noticia más interesante nos la proporciona el documento fundacional cuando menciona al primer beneficiario de su capellanía: su sobrino Domingo Piñán, a la sazón cura de Oseja y su anexo, Soto. Se trata de Domingo Piñán de Cuetoluengo, el mismo que construyó una parte de la Casa Palacio de Oseja, así como la capilla señorial de Santo Domingo, que fue Comisario del Santo Oficio y que es, hasta el momento, el personaje más antiguo que conocemos del linaje Piñán.


El parentesco debía venir por línea materna y coincide en nombre con la mujer del hermano de Domingo, llamado Gonzalo Piñán, documentado en el año 1579 y muerto antes de 1636, cuyos hijos María González (viuda de Alonso de Biya en 1592), Juan Piñán y Pedro Piñán están documentados en Soto, mientras que Agustín Piñán y Gonzalo Piñán lo están en Oseja junto a su tío Domingo. Al ser el nombre de Agustín poco frecuente en el Sajambre de esta época y aparecer siempre vinculado a la familia Piñán, a este Agustín que fue sobrino carnal del comisario y que vemos en documentos de mediados del seiscientos, bien pudo ponérsele el nombre de algún antepasado; de manera que, tal vez, el Agustín Fernández de Coco documentado en 1633 perteneciera a esta misma familia. Nótese también la reproducción del nombre de la fundadora en uno de los hijos de Gonzalo Piñán de Cuetoluengo que, por lo que sé a día de hoy, hace el número I de los Gonzalos de esta familia.


La fundación de la capellanía nos dice otra cosa interesante: Juana González de Coco vivía en Madrid, tenía propiedades inmobiliarias en dicha ciudad y suficiente caudal para establecer una fundación piadosa en su pueblo natal. Esto quiere decir que la familia Piñán debía disfrutar de una holgada situación económica antes de la aparición en la escena sajambriega de Domingo Piñán. No en vano, este personaje había estudiado en la Universidad, alcanzado el grado de licenciado y obtenido el curato de Santo Adriano de Gradefes antes de llegar a Oseja en 1621. Ninguna de estas cosas habrían sido posibles sin medios económicos. Hay que remarcar también que, entre 1598 y 1622, vemos a su hermano Gonzalo Piñán y a su mujer, Juana González (la homónima de la fundadora), comprando propiedades en Sajambre.


En resumen, esta primera Fundación sajambriega documentada estuvo vinculada al pueblo de Soto, fue establecida por un miembro de la familia Piñán y disfrutada por otro miembro de la misma saga.


PRÓXIMO CAPÍTULO (de este artículo): la institución de la capellanía en el Antiguo Régimen.

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